Finales Alternativos (EvilCharming)

Capítulo 5

Regina se dirigió a la casa de Zelena en las afueras de Storybrooke, ignorando al grupo que la seguía. Afortunadamente, ahora se había reducido a David, Robin y Emma, que habían notado la conmoción desde su patrulla cuando iba a recoger a su padre para patrullar. Entre los dos oficiales encantadores, habían logrado dispersar a la multitud de habitantes del pueblo en su mayor parte al asegurarles que se ocuparían de esto. El pueblo pareció aceptarlo por ahora, ya que Robin se había calmado, y los cuatro se dirigieron unas pocas cuadras hacia la parte del vecindario de la Bruja Malvada.

Observó su entorno, buscando alguna pista que le indicara si la desaparición de Zelena había sido obra suya o de una fuerza externa. Robin interrumpió sus pensamientos cuando él la empujó como si no estuviera allí, y su corazón se hundió un poco cuando él tomó un juguete de bebé del medio de la cocina y lo miró con desesperación. A pesar del resentimiento que todavía sentía hacia él, su corazón se dolía por el hombre que una vez consideró suyo. Los recuerdos de su propia experiencia similar cuando Henry estaba en Nunca Jamás vinieron a su mente y se estremeció ante la sensación de impotencia.

-No hay señales de que alguien haya entrado -Emma frunció el ceño después de que ella y David hicieran un rápido perímetro para revisar las ventanas y las puertas. Regina asintió con la cabeza a los oficiales antes de centrar su atención en la casa, apoyando las manos en las caderas mientras se permitía pensar. No podía quitarse de encima la sensación de que su hermana estaba detrás de todo, pero tenía que encontrar pruebas reales antes de poder decir algo. Si les decía a los demás lo que su intuición le indicaba sin ninguna pista adecuada, probablemente ella misma parecería culpable.

-No creo que Zelena se la llevara. Ella había cambiado, nos llevábamos bien -razonó Robin en voz alta, mirando fijamente el suave osito de peluche que tenía en la mano-. La viste, Regina, se estaba comportando.

David observó cómo la morena permanecía en silencio, abriéndose paso a través de la casa hacia la puerta trasera como si la estuviera atrayendo un sexto sentido. Emma continuó deambulando por las habitaciones en busca de pistas y Robin miró impotente el juguete de su hija, tratando de darle sentido a todo.

-¿Qué pasa, Regina? -preguntó David en voz baja después de caminar por el lado opuesto de la escalera y seguirla hasta la puerta trasera. Ella también lo ignoró y bajó los escalones hacia el patio trasero aparentemente vacío. David notó la tensión en sus hombros, los pasos precisos que daba como si estuviera abriéndose paso a través de una mina terrestre. Se apoyó contra el poste del porche en lo alto de los escalones y cruzó los brazos para observarla mientras se detenía después de unos momentos. Levantó las manos y en un movimiento rápido apareció una barrera verde translúcida sobre el patio antes de desintegrarse con el toque de la magia de Regina. David parpadeó un par de veces después de que lo que parecía un espejismo se hubiera disipado, haciendo visibles para ellos los tallos de frijoles que estaban allí en realidad.

-¿Qué demonios? -murmuró Robin después de que él y Emma se dirigieron al porche trasero.

-Frijoles mágicos -dijo David, y miró con recelo a su hija mientras ambos esperaban lo que Regina iba a decir cuando se dio la vuelta. Tenía una expresión indescifrable en el rostro y los labios apretados en señal de vacilación.

-Regina, ¿qué pasa? ¿Cómo podemos recuperarla? -Robin bajó las escaleras y la bombardeó con preguntas que, según pudo notar David, irritaban a la alcaldesa en medio de su proceso de pensamiento.

Levantó una mano para silenciarlo y dejó escapar un suspiro antes de comenzar: -No sé dónde las encontró, pero Zelena aparentemente consiguió semillas de frijoles mágicos. Era su hechizo de protección el que las ocultaba de la vista de cualquier otra persona mientras crecían... Obviamente las usó para llevar a Madeline de regreso a Oz, Robin.