Desde su elevación como Dios Musculoso, Gokú se había vuelto adicto a la admiración. Disfrutaba ser adorado y deseado, ser reconocido como un ser superior, halagado e idolatrado al nivel que la gente pagaba millones por sólo estar en su presencia. Amaba que le señalaran lo grandes que eran sus músculos, lo enorme que era y lo imponente que era su presencia.
Es por eso que desde que lo conoció, la mente de Gokú sólo se ocupaba en pensar en Darwin. Ese adorador era especial. Había soñado con Gokú desde la infancia. Había esperado años para estar en su presencia. Se había desecho de sus bienes para poder estar frente al Dios Musculoso. Jamás habría pensado conocer a su ídolo de toda la vida. El deseo de Darwin por Gokú era superior, y eso llenaba a Gokú más que otros adoradores.
El poderoso Dios no podía sacar de su mente al chico, así que mientras estaba en el gimnasio levantando pesas y mancuernas con los máximos pesos posibles, recordó que le había pedido su número telefónico y le envió un mensaje.
Gokú: hola soy Gokú, cómo estás 😊
Darwin: hey, hola, muy bien gracias, ¿y usted señor Gokú? 😊
Gokú: Bien, gracias, en el gimnasio, entrenando.
Gokú se quitó camiseta, dejando al descubierto su enorme torso de pectorales gigantes. Quedó solamente en una ajustada licra blanca que hacía lucir sus enormes piernas y, entre ellas, un bulto grande aprisionado por la prenda deportiva. Se paró frente al espejo y se tomó una fotografía que envió a Darwin y a la cual el joven reaccionó con un corazón.
Darwin: wooooow, Señor Gokú, qué enorme, aún me cuesta creer que estuve en la presencia de alguien tan musculoso.
Gokú: no me llames señor, dime sólo Gokú, y háblame de tú 😉
Darwin: Ok... quería agradecerle por lo amable que fue conmigo en el Templo. Realmente nunca olvidaré ese momento, es lo más cerca que he estado de esa forma con un hombre y qué hombre. Fue un sueño hecho realidad.
Gokú: ¿en serio nunca has estado con un hombre?
Gokú, aún sin camisa, hizo una pose de perfil frente al espejo, la cual dejaba apreciar mejor el volumen de sus grandes glúteos y piernas dentro de la ajustada licra. Nuevamente se tomó una foto y la envió a Darwin.
Darwin: Qué nalgotas XD recuerdo que están muy duras. Y respondiendo a su pregunta, no, soy completamente nuevo en todo jeje, tampoco había visto a un hombre con tan poca ropa. Y menos aún he tenido sexo.
Gokú: Y... ¿te gustaría?
Gokú tomó su celular y lo colocó cerca de su ombligo, con la cámara hacia arriba apuntando a sus pectorales. Tomó una foto donde se veía su pecho desde abajo. El volumen de estos músculos apenas dejaba ver su cara. Eran como dos montañas coronadas por los pezones cafés del Dios.
Darwin: sí mucho, pero no he encontrado al indicado o quien me guste :P
Gokú: y si lo encontraras, ¿qué te gustaría probar?
Darwin tardó un poco en responder la pregunta. Gokú intuyó que se sentía apenado.
Darwin: me gustaría mucho sentir un hombre dentro... a veces meto mis dedos... ahí...
Gokú: uff, ¿y en qué piensas cuando lo haces?
Darwin: jejeje, me da pena.
Gokú: anda, dime.
Darwin: en ti, pienso en ti, pienso que tengo encima tu enorme cuerpo, que te siento, que toco tus músculos y que mis dedos son tu pene. Imagino que estás sobre mí moviéndote y diciéndome que me quieres. Y digo mucho tu nombre y gimo mucho cuando lo hago.
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Gokú y el Templo Musculoso
FanfictionAgobiado por la falta de empleo y dinero con los cuales sostener a su familia, Gokú recibe una invitación para trabajar en un misterioso "Templo musculoso", un lugar dedicado a la apreciación de los físicos más imponentes del planeta... y al placer...