Capítulo 19/ La verdad

462 35 14
                                    

LA VERDAD

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

LA VERDAD

Adara Morgan.

-¡No tuve otra opción! ¡Entiende, maldita sea!- Los gritos de Solé resuenan en toda la habitación.

-¡Confíe en ti! - sigo apuntando el arma en su dirección- ¡¿Cuanto tiempo más pensabas verme la cara?!

-¡Solo hice lo que me pidieron!- se detiene justo al frente de mi, eso hace que la pistola quede contra su pecho- No tuve otra opción, pero sino lo entiendes entonces vamos dispara.

-¡No me reste!- me aparto frotando mi sien- ¿Qué tiene que ver Samantha en esto?.

-No se.

Me arta que se las quiera dar de lista intentando hacerme ver como una tonta, estrelló mi mano contra su rostro tirandola al suelo. Laraina reacciona corriendo a él socorro de Solé.

-Hay que calmarse- la ayuda a ponerse de pie- Así no vamos a llegar a nada.

He intentado calmarme desde que Andrey la trajo, pero mi cabeza es un puto desastre, todo mi cuerpo arde por la rabia que me hace estallar en su contra. La observó temblar un poco cuando ve que me encaminó de nuevo hacia ella, Laraina se mete impidiendo que llegue a donde se encuentra.

-¿Vas a ponerte de su lado?- miro con cierta decepción a la mujer que tiene su mano sobre mi hombro.

-No, pero tampoco voy a dejar que la mates a golpes sin antes permitir que te de una buena explicación.

-¡¿Qué explicación me puede dar ella?! ¡¿De cómo me estuvo viendo la cara?!- indagó mientras Solé se esconde detrás de la italiana.

-Tu madrina me dijo que no podía decirte nada porque seria ella quien lo haría. Además te juro que no se más de lo que ya te he contado, los únicos que saben la verdad son tu madre, tu padre, tu madrina y... bueno- duda si decir lo último, la amenazo con que continúe hablando-Samantha.

Eso me taladra la cabeza, ni siquiera Helena o Agustín saben la verdad, y Samantha si. Ella lo ha sabido durante todo este maldito tiempo, me ha mirado a los ojos sabiendo que me estaba engañando. Su maldito descaro fue tan grande que las veces que le pregunté negó todo haciéndose la inocente. Le podría perdonar que hubiera cometido cualquiera otro error conmigo, pero el que me haya mentido no, porqué eso no fue un error lo hizo porque esa fue su decisión; me oculto todo porque esa era su intención y eso no se lo voy a perdonar.

Odio haber sospechado de ella y decidir confiar en su palabra. En el fondo lo sabía, pero tenía la estúpida esperanza de estar equivocada. Vi las cosas y por andar de idiota me hice la ciega, que feo se siente decepcionarte de alguien que creías diferente.

-¿Dónde está mi madrina?.

-Aquí estoy.

Me giro observando a la señora que ha entrado a la habitación en compañía de Mount y Jessica, los miro buscando respuestas pero ellos solo se encogen de brazos como señal que no saben quien es la mujer.

Entre Nosotras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora