Capitulo 4 | ♤

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Stiles estaba metido en serios problemas.

Realmente lo era.

En realidad, no había pensado que obedecer a su padre en este asunto sería un problema. Derek Hale y él no tenían nada en común, salvo que ambos tenían autos y que ambos tenían un motivo para estar en una gasolinera.

Derek Hale era mayor y un criminal o algo así, y parecía vivir en su casa quemada y medio demolida o en su coche, lo cual... bueno, Stiles no sabía qué pensar al respecto. Ni siquiera estaba seguro de que fuera cierto, pero sentía que habría visto a Derek por allí si no hubiera pasado todo su tiempo en el bosque.

Joder, se sentía como un acosador... o un adolescente enamorado, que era, bueno, eh, la parte adolescente, no la parte enamorada, porque realmente no quería pensar en eso. Había vuelto al trabajo y estaba colocando la nueva comida a domicilio en la vitrina refrigerada, y estaba bastante contento de estar en el aire frío. Porque de repente sintió mucho calor al recordar cómo se veía Derek Hale, a la luz del sol poniente, comiendo pizza, con los labios brillantes por la grasa o tal vez el sudor. Sin mencionar que no se le permitiera hablar con Derek, algunos de los pensamientos de Stiles deberían haber sido ilegales. Había hecho todo lo posible para evitar todo el asunto de pensar en chicos guapos para evitar más problemas cuando estaba en la escuela, pero simplemente negar que Derek fuera atractivo también era estúpido, ¿verdad? Por ejemplo, si alguien le preguntara: "Stiles, ¿crees que Derek Hale es objetivamente atractivo o no?", ¿no sería sospechoso que lo negara?

Estaba bastante bueno, ¿no? Su pelo color carbón, la barba incipiente en la barbilla, los ojos que Stiles creía que eran verdes, pero que seguían brillando con colores fascinantes cada vez que la luz los iluminaba. Sí...

Él tragó saliva.

—No —se dijo a sí mismo—, no iba a pensar en Derek Hale más que para satisfacer su curiosidad sobre, bueno... Derek, supuso... e incluso eso ya era demasiado. Incluso parecía... extrañamente invadir la privacidad del tipo, o incluso su intimidad. Stiles se estremeció.

—¿Estás bien? —preguntó Derek, y Stiles realmente necesitaba comprarle una campana o algo así. Así que, primero gritó fuerte, luego se tropezó con el refrigerador y tiró algunas cajas de helados. Derek, que estaba de pie detrás de él, rápidamente extendió un brazo para sostener las cajas en su lugar antes de que cayeran al suelo. Tuvo éxito, pero también lo llevó a pararse básicamente sobre Stiles como un matón de secundaria sobre su víctima antes de amenazar con golpear a Stiles si no le entregaba el dinero del almuerzo de inmediato.

—Errrr… —dijo Stiles.

—Parecías tener frío —dijo Derek, como si fuera una especie de caballero victoriano preocupado porque Stiles pudiera morir de tuberculosis por haber estado llorando bajo la lluvia. Parecía preocupado, y eso hizo que Stiles se pusiera nervioso y eso es todo.

—Básicamente estoy parado en el congelador —argumentó Stiles. Observó la chaqueta de cuero, los jeans y la camisa de Derek. Irradiaba calor tanto como el congelador detrás de Stiles irradiaba frío, y aun así no parecía acalorado, o bueno, estaba acalorado, pero de una manera diferente—. Pero supongo que no te afecta la temperatura como a nosotros los simples mortales, ¿qué demonios, amigo? ¿Hiciste un trato con el diablo, porque definitivamente podría usar algo contra todo este sudor? A veces siento que nunca dejaré atrás la pubertad, y eh, simplemente voy a dejar de hablar ahora, ¿de acuerdo? Bien, bien. —Hizo un movimiento como si cerrara la cremallera de sus labios.

Derek le sonrió.

¡Qué psicópata!

De repente, como si nada hubiera pasado, empujó las cajas de helados hacia el estante del refrigerador y se inclinó hacia atrás para poner algo de distancia entre ellos. Su rostro también quedó desprovisto de toda emoción nuevamente, solo ojos inexpresivos y cejas descontentas, y Stiles sintió extrañamente como si hubiera sufrido un latigazo cervical por el cambio de atmósfera.

Como cualquier otro día | Derek x Stiles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora