5.
El traslado de Alemania a Estados Unidos se realizó con discreción y rapidez. Las Naciones Unidas, preocupadas por el bienestar del joven representante, decidieron que un cambio de entorno podría ser beneficioso para él. La excusa oficial era que Alemania necesitaba unas "vacaciones" lejos de las presiones de su trabajo.
Desde que puso un pie en suelo estadounidense, se sintió inquieto. Había algo en el aire, una sensación de vigilancia constante, como si estuviera bajo un microscopio. Lo llevaron a un lujoso resort en las afueras de Nueva York, un lugar rodeado de naturaleza y lejos del bullicio de la ciudad. Le dijeron que era para su relajación, pero las miradas furtivas y las conversaciones susurradas de los agentes de seguridad lo hicieron sospechar que había algo más detrás de todo esto.
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Mientras tanto, en las oficinas centrales de la ONU, los médicos y psicólogos continuaban revisando los resultados de las evaluaciones de Alemania. Habían realizado múltiples pruebas y entrevistas, analizando cada detalle de su comportamiento y su estado mental. Finalmente, los resultados fueron claros y alarmantes: Alemania sufría de esquizofrenia.
Los síntomas que había mostrado (las alucinaciones auditivas y visuales, los episodios de paranoia y la confusión constante) eran indicativos de una condición mental seria. El diagnóstico fue un golpe duro, tanto para los médicos como para los representantes de los países (potencias) que observaban el caso con creciente preocupación.
El Comité de Seguridad y Salud Mental de la ONU se reunió de urgencia para discutir el siguiente paso. Se concluyó que Alemania necesitaba atención médica inmediata y constante. Acordaron, con gran pesar, que debía ser trasladado a una instalación segura donde pudiera recibir el tratamiento necesario. Contactaron al FBI para ayudar a garantizar la seguridad y monitorear el traslado, ya que Alemania estaba, después de todo, bajo observación internacional.
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En el resort, Alemania se sentía cada vez más atrapado. Había agentes de seguridad en cada esquina, y aunque intentaban parecer discretos, él sabía que lo estaban vigilando. Durante días, intentó mantener la calma, disfrutar del descanso forzado, pero las voces en su cabeza se intensificaron.
Una tarde, mientras caminaba por los jardines, dos agentes se le acercaron.
-Señor Alemania, necesitamos que nos acompañe
Dijo uno de ellos con una sonrisa forzada. El europeo los miró con sospecha, pero no tenía otra opción. Fue escoltado hasta un coche negro que lo llevó a las oficinas locales del FBI. Al llegar, fue recibido por un grupo de médicos y agentes de la ONU que ya estaban allí esperando.
-¿Qué está pasando?
Preguntó, sintiendo cómo la ansiedad comenzaba a burbujear dentro de él. La OMS, quien había liderado la evaluación en su hogar, se acercó con una expresión seria.
- Joven Alemania, hemos recibido algunos resultados de sus evaluaciones. Necesitamos que permanezca aquí para más observación y evaluación. Esto es por su seguridad y la de todos los demás.
Alemania sintió que el suelo se deslizaba bajo sus pies. ¿Más evaluaciones? ¿Más observación? Estar atrapado en una instalación médica, tratado como un caso de estudio, lo aterrorizaba...
-No... no puedo quedarme aquí. No necesito esto. ¡No estoy loco!
La ONU y el FBI intentaron calmarlo, pero cada palabra que decían solo aumentaba su sensación de paranoia. Las paredes del lugar parecían cerrarse sobre él, y el pánico comenzó a tomar el control. Miró a su alrededor frenéticamente, buscando una salida. En un momento de desesperación, vio una puerta ligeramente entreabierta al final del pasillo. Sin pensarlo, corrió hacia ella. Los agentes gritaron detrás de él, pero Alemania ya había atravesado la puerta, corriendo por un estrecho corredor que parecía llevar a una salida lateral.
El sonido de las alarmas llenó el aire, y pudo escuchar los pasos rápidos de los agentes detrás de él. Su corazón latía a mil por hora, el miedo y la adrenalina lo empujaban literalmente a seguir adelante. No podía quedarse allí. No podía permitir que lo encerraran. Encontró una escalera de emergencia y comenzó a descender rápidamente. Mientras bajaba, las voces en su cabeza se mezclaban con los gritos reales que lo llamaban a detenerse. Pero no podía detenerse. Tenía que escapar, a toda costa.
Al llegar al nivel inferior, empujó una puerta que daba a un callejón. Sin detenerse, siguió corriendo, sabiendo que cada segundo contaba. No sabía a dónde iba, solo sabía que tenía que alejarse, tenía que encontrar un lugar donde pudiera pensar, donde pudiera estar solo.
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Mientras corría por las calles de Nueva York, algo dentro de él comenzó a cambiar. Las voces en su cabeza, la figura de su padre, la paranoia constante... todo empezó a mezclarse... Por primera vez, se dio cuenta de la gravedad de su situación...
¿Y si realmente estaba enfermo? ¿Y si su mente le estaba jugando una mala pasada? El pensamiento le heló la sangre. Necesitaba ayuda. Pero no podía confiar en nadie. No en la ONU, no en el FBI. Todos ellos solo querían encerrarlo, tratarlo como si fuera un peligro. No, si iba a buscar ayuda, tendría que ser en sus propios términos, de una manera que él pudiera controlar.
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Gracias por leer ^^ si tiene ideas comenten :D no olviden votar
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Esquizofrenia (Alemania-Contryhumans)
SpiritualAlemania se ajustó sus lentes con un gesto automático y continuó revisando un documento importante. Su responsabilidad como país pesaba sobre sus hombros, cada decisión tenía un eco, un reflejo que se extendía más allá de su propia vida, afectando a...