[Good For You - Selena Gomez]
Después de aquella cita, la vida de Jungkook se volvió más caótica, pasaron una semanas en las que sucedieron una serie de acontecimientos que cambiaron por completo su vida, no sólo el problema de salud mental de su hermana, también aparecieron nuevas complicaciones de salud con una persona de su familia a quien es muy allegado.
Aunado a ello, durante esos días notó algunos cambios extraños en la actitud de Taehyung, ya no hablaban como antes, ahora era él quien siempre debía mandar un mensaje primero, pues si no lo hacía el alfa no lo contactaba, sin embargo, aún se mantenía pendiente de vez en cuando a su bienestar y seguía preguntando por su día. Faltaban solo dos semanas para empezar sus clases en la universidad y sentía ahogarse con todo el desastre en su vida.
Un día decidió salir a caminar, tomó el camión que lo deja en uno de sus sitios favoritos para respirar hondo y sentir tranquilidad. Al llegar caminó entre las calles llenas frías y obscuras por el denso follaje de los árboles, acaba de llover y se puede sentir ese delicioso olor de tierra mojada que le encanta.
Las casas son enormes, coloridas, elegantes, le gusta imaginar todo lo que ha pasado en ese lugar lleno de historia, los importantes personajes que caminaron por las mismas calles que ahora él transita, las anécdotas, ideas, tragedias y vivencias del lugar, tantos artistas, escritores, poetas, políticos, se imagina algún día siendo dueño de alguna de esas casas y sonríe.
Llega al jardín principal y recorre el lugar acariciando los pequeños arbustos con sus dedos, inhala y exhala hondo, se sienta en una de las bancas de concreto frente a la iglesia que se encuentra cerrada, cierra los ojos y se concentra en los sonidos que lo rodean, el motor de los carros, el ladrido de los perros, el viento que sopla gentil entre las hojas, el gotear del rocío, las aves que cantan, su corazón que intenta ser tranquilizado con una profunda respiración.
Se queda así por varios minutos, no tiene intenciones de hacer nada más, simplemente quiere dejar de pensar en la tormenta de problemas que hay en su presente, quiere concentrarse en vibraciones positivas.
Siempre ha sido una persona que busca el lado bueno de todo, sin importar la situación, su vida ha estado plagada de enfermedades y muertes de familiares cercanos, lo que le ha ayudado a comprender y aprender a soltar y a valorar aquello que es de verdad importante, amando su presente y aceptando lo que viene como parte de la vida, de aquellas enseñanzas que se deben aprender para evolucionar como ser humano y parte del universo.
Pero últimamente le cuesta mucho trabajo, siente que no puede expresar su sentir, se ahoga, llora, se desespera y por primera vez experimenta lo que es un ataque de ansiedad. Lágrimas resbalan por sus mejillas y aprieta sus labios para no soltar un sollozo, no le gusta que las personas lo vean llorar, no porque lo haga parecer más débil, sino porque no le gusta provocar sentimientos negativos en los demás.
Deja de llorar porque al fin su alma descansa, siente que en ese momento necesita algo más, un abrazo, palabras de aliento, no obstante, no quiere preocupar a su familia de más, con los problemas que tienen ahora es suficiente. Tampoco quiere molestar a sus amigos, sabe que puede contar con ellos pero, ¿y si no?, ¿qué pasa si le dicen que está exagerando?
Saca el celular de su bolso y entra a la aplicación de mensajería instantánea para enviar un mensaje, pero no sabe a quién, se queda mirando sus conversaciones por algunos segundos y finalmente se decide.
JK: Tae, ¿estás ocupado?
JK: Ya debes estar en casa y no quiero ser una molestia, se que no hemos hablado en unos días pero de verdad necesito platicar con alguien
Sorprendentemente no espera mucho para recibir una respuesta.
TH: ¿qué pasa?
JK: Me siento mal, ¿podemos vernos?
TH: ¿Estás en tu casa?
JK: No, estoy en un parque
JK: Cerca de tu casa de hecho
TH: Envíame tu ubicación
JK: [Ubicación]
TH: Llego en cinco minutos
JK: Gracias Tae
Volvió a cerrar los ojos en espera del alfa, volvió a concentrarse en los sonidos lejanos intentando identificarlos y después de unos minutos sintió una mano apretar con suavidad su hombro, abrió los ojos y con un brillo especial en ellos y una amplia sonrisa resplandeciente jaló a quien lo sostenía para abrazarlo, hundió su nariz en su cuello pero de nuevo el fue imposible sentir aroma alguno.
-No lo intentes, siempre tomo supresores para ir al trabajo.
Aún en esa posición respondió -¿algún día me dejarás conocer tu aroma?
-Quizás.
El alfa lo separó con los brazos y se sentó a su lado, mirando al frente -¿por qué estás mal?
Jungkook suspiró y lo pensó por un momento, de verdad odia ser una molestia pero necesita sacar al menos un poco de su dolor.
-Es... mi familia, puede parecer inmaduro pero realmente estoy preocupado, siento que no tengo la fuerza mental para lidiar con todo eso.
-Pensé que ya habíamos hablado de eso, te dije que no te enfocaras en los problemas.
-Lo sé, pero es imposible ¿sabes?, esos problemas están ahí y no se pueden solucionar, y no puedo hacer nada para ayudar.
-Jungkook, si nada de eso está en tus manos tienes que dejar de pensar en eso, deja de ser tan infantil, ya vas a entrar a la universidad, en eso es que te debes concentrar.
-Es que...
-No, no, no más quejas, basta- sacó su celular, puso una canción en un volumen un poco alto y recostó su cabeza en las piernas del omega.
Jungkook volteó a su alrededor, normalmente ese sitio es muy tranquilo, rara vez hay ruidos fuertes porque todos respetan esa quietud, se sonrojó a pesar de no encontrar a nadie a su alrededor, a él le parece una falta de respeto.
-Tae, apaga eso, ¿no ves que aquí nadie hace eso? Respeta la tranquilidad de los demás.
El alfa frunció el ceño pero obedeció la petición, aunque sólo bajó un poco el volumen.
-Yo no veo a nadie más aquí.
-No importa, es un lugar de paz, incluso hay una iglesia.
-Qué mandón.
-Bueno ya, gracias por venir.
-Vamos a otro lugar.
-¿A dónde?
-No sé, sólo vamos, anda- se puso de pie y lo tomó de la mano jalándolo consigo.
-Pero a dónde iremos.
-Tu ven conmigo.
Cruzaron el parque y la calle y llegaron a un auto rojo.
-Este es mi auto, bueno, de mi papá pero da igual.
-Pensé que no veías a tu papá.
-A veces lo veo.
-Oh- Jungkook se acercó y esperó a que Taehyung abriera su puerta, pero eso no sucedió, rodeó el auto y subió, encendió el motor y bajó los vidrios.