Susurros en la oscuridad

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Era una noche tranquila en la sala de prácticas. El resto del grupo ya se había ido, pero Yeji y Chaeryeong se quedaron, como solían hacer a veces, perfeccionando los últimos pasos de la coreografía. La luna llena iluminaba la habitación a través de las grandes ventanas, proyectando sombras suaves en el suelo. 

Chaeryeong se dejó caer sobre el piso, respirando pesadamente después de repetir los mismos movimientos una y otra vez. Yeji, a su lado, la miró con una sonrisa cansada pero llena de cariño.

—Deberíamos irnos a descansar ya, Chaeryeong —dijo Yeji suavemente, sentándose a su lado.

Chaeryeong asintió, aunque su cuerpo parecía demasiado agotado para moverse.

—Tienes razón, pero quería asegurarme de que todo estuviera perfecto —respondió con una pequeña sonrisa.

Yeji la observó en silencio por un momento, admirando la dedicación de su amiga. Había algo en la forma en que Chaeryeong se esforzaba por ser siempre la mejor versión de sí misma que la conmovía profundamente.

—Siempre das lo mejor de ti —dijo Yeji, casi en un susurro.

Chaeryeong levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de Yeji. Había algo en la forma en que la líder la miraba que hacía que su corazón latiera un poco más rápido.

—Gracias, unnie —dijo Chaeryeong, sintiendo una calidez que iba más allá del simple agotamiento físico. —No sé qué haría sin ti.

Yeji sonrió, una de esas sonrisas que siempre lograban tranquilizarla.

—Y yo sin ti —respondió Yeji, acercándose un poco más. —Sabes que siempre estoy y estaré aquí para ti, ¿verdad?

Chaeryeong asintió, pero había algo más en sus ojos, una mezcla de agradecimiento y algo más profundo que no siempre podía poner en palabras. El silencio entre ellas se llenó de una conexión que no necesitaba explicarse.

—Ven aquí, jagiya... (cariño) —dijo Yeji suavemente, abriendo los brazos en un gesto de invitación.

Chaeryeong dudó un momento, pero luego se deslizó hacia Yeji, apoyando su cabeza en el hombro de la líder. Yeji la rodeó con sus brazos, abrazándola con suavidad, como si ese gesto pudiera protegerla de cualquier cosa.

Ambas se quedaron allí, abrazadas en la oscuridad de la sala de prácticas, escuchando la respiración de la otra y sintiendo el latido de sus corazones sincronizados.

—Me gusta estar así contigo... —murmuró Chaeryeong, cerrando los ojos mientras se acurrucaba más en el abrazo de Yeji.

Yeji acarició suavemente el cabello de Chaeryeong, sintiendo cómo su propia tensión se desvanecía con cada segundo que pasaba.

—A mí también —respondió Yeji con voz suave. —Podría quedarme así toda la noche.

Chaeryeong sonrió, sintiendo cómo el cansancio parecía desvanecerse en la calidez del abrazo de Yeji. No importaba cuán difícil fuera el día o cuán agotador fuera el entrenamiento, sabía que siempre tendría este lugar seguro en los brazos de su amiga.

—Yeji unnie... —susurró Chaeryeong, apenas audiblemente.

—¿Sí? —respondió Yeji, con los ojos cerrados, disfrutando del momento.

—Gracias por ser tú. —Las palabras de Chaeryeong salieron con una sinceridad que hizo que Yeji abriera los ojos.

Yeji no respondió de inmediato. En lugar de eso, apretó un poco más a Chaeryeong, dejando que su gesto hablara por sí mismo.

—Siempre estaré aquí para ti, Chaery. Siempre —dijo finalmente, en un tono tan suave que apenas fue un susurro.

La luna continuaba brillando a través de la gran ventana, y en esa pequeña sala de prácticas, bajo su luz plateada, todo parecía perfecto. Ambas se quedaron allí, en la quietud de la noche, sabiendo que, en ese momento, no había lugar en el mundo donde preferirían estar que en los brazos de la otra.

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[♡]¡!~Whispers in the Dark | ChaerJiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora