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La fiesta terminó, y el chico pidió mi número, se lo dí.

Al parecer es alguien más agradable de lo que pensaba.

Pero aunque me sorprende su amabilidad. El tema principal era mi nuevo trabajo.

Tras una semana de larga espera. Por fin era hora de empezar mi entrenamiento para adaptarme a mi nuevo trabajo.

Estaba tan entusiasmado, por fin ejercería en un mejor puesto, en un lugar donde sabía que pertenecía.

Mi estómago se sentía muy revuelto de los nervios.

Me vestí lo más casual que pude. Y encendí mi auto en camino a mi nuevo lugar de trabajo.

Mis manos sudaban y mi cabeza se llenaba de pensamientos positivos, tratando de animarme y no derrumbarme de nervios.

Las calles estaban poco transitadas. Eso me alivió un poco, podía conducir a mi ritmo y sin preocuparme de chocar.

Me estacioné, y salí de mi auto, listo para cualquier cosa.

Caminé a la entrada con los puños cerrados.

Y entonces entré.

La vista era genial, la oficina estaba repleta, pero podías moverte con facilidad. Era algo raro, contradictorio consigo mismo, pero bello a la vez. Era un ambiente de compañerismo, pelea, amor. Pero siempre desembocaba en un lugar fascinante, pues es donde estan las masas más corruptas, y estaba dispuesto a desenmascarar gente.

Y llegó mi nueva jefa.

- Buenos días señorita Lopez

Saludé con profesionalismo.

- Ah, buenos días Dr. Schneider, ¿Acaba de llegar?

Asentí con la cabeza.

- Bien, me alegro, parece que está muy comprometido en su trabajo, ¿Le parece si empezamos con su capacitación?

- Claro, me parece bien

Ella caminó por la estación llevandome a su oficina. Cerró la puerta detrás de nosotros y me invitó a sentarme en la silla frente a su escritorio.

Me senté y ella se sentó en su silla.

- Bien, la dinámica del equipo es muy fácil, no nos traicionamos, no nos dejamos atrás, nos contamos todo, y jamás guardamos secretos. ¿Entendido?

Asentí con emoción.

- Me gusta tu entusiasmo

Se levantó y me llevó a la sala principal.

- ¿Te puedo llamar Henry?

- Claro

- Bien, Henry. Te presentaré al equipo, somos gente bastante tranquila

Dos chicos peleaban detrás de la jefa.

- ¡Suéltame , subnormal!

- ¡Devuélveme el pan!

La jefa suspiró.

- Ellos son Peter y Fernando, el primero es el informático, el mejor de la oficina. El segundo se encarga de recibir rechazar y clasificar los casos, hace lo que puede. Hay un tercero, Armando, pero es más de campo, probablemente esté hablando con algún informante

Los chicos se acercaron a la jefa.

- ¡Fernando me quiere quitar el pan!

- ¡Es de todos, cabron!

- Guarden la compostura señores, el pan es de todos y para todos, compártelo o te saco de la oficina. Ahora, Henry, como te decía, somos personas muy tranquilas ,puedes confiar plenamente en nosotros

Los hombres me miraron.

- ¿Tu eres el nuevo?, mierda eres demasiado joven. Ten cuidado, o terminarás como Fernando, todo crikoso

Recibió un golpe por parte de Fernando.

- No le hagas caso. Tiene envidia de mi belleza única

- Chicos, esto es humillante. Por favor, déjenme terminar el recorrido del nuevo, se los ruego si quieren. Pero cállense y vayan a hacer algo productivo por una vez en la vida

Oculté las risas que trataban de escapar.

- Ahora, necesito enseñarte el archivero. Ahí hay casos viejos y tal vez te sean útiles, ya sabes, por tus estudios

- Si

La seguí hasta el archivero.

- Hay casos resueltos, abiertos, olvidados, de todo tipo, puedes hacer lo que quieras con ellos, menos quemarlos

- Okey...

- Creo que eso sería todo. ¿Alguna duda?

- ¿Dónde estará mi lugar de trabajo?

Asintió.

- Si, debí empezar por ahí. Ven, te lo enseñaré

Volvimos a la oficina, habían unos cuantos cubículos, cuatro para ser exactos. Uno para cada oficial.

Me señaló el mío.

- Este es el tuyo. Puedes decorarlo, será tu segundo hogar, créeme. Ahora, te enviaré unos archivos, necesito que los redactes, ¿Te parece bien?

- Si, enseguida

Me senté en mi silla y encendí mi computadora.

Era emocionante tener un lugar mío.

Mi madre probablemente veía una herramienta en mí. Por algo me dejó seguir mi sueño. Aunque fue por un mal motivo, y ella cree que no lo sé.

Fernando se me acercó.

- Así que, ¿Qué hace el hijo de la gobernadora aquí?

- Pues...

Entendí completamente la pregunta. No era secreto la corrupción de mi madre, mucho menos para el departamento de crimen organizado.

- Encerrar a la mierda parecida a mi madre

Su mirada se iluminó, parecía estar listo para cualquier cosa menos eso.

- Vaya, así que hay problemas en casa

Suspiré.

- No tienes ni idea

Sonreí de manera divertida.

- Oye, se que la jefa te dijo que redactaras unos archivos, pero necesitamos alguien que busque a Armando, necesitamos al equipo completo. Yo haré la redacción si quieres

Me ví tentado por su propuesta, quería hacerlo yo, pero si solo necesitaba ir a buscar a uno de los nuestros. No tenía ningún problema.

- Bueno, me parece bien. Aunque ,¿Por qué no va nadie más?

- No te preocupes por detalles así, normalmente no salimos,y como eres nuevecito y de paquete, me pareces más apto

Sonreí.

Apreciaba sus comentarios.

- ¡Okey!, iré enseguida

Apagué mi computadora y me fuí con una sonrisa en la cara.

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𝖫𝗂́𝗇𝖾𝖺 𝖣𝖾𝗅𝗀𝖺𝖽𝖺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora