Capitulo 27

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Fiesta de disfraces.

Daniel.

Mis ojos se detienen en la hermosa mujer acostada en mi cama, su piel pálida mezclándose con las finas sabanas que cubren su cintura y pechos, el cabello azabache como un manto sobre las almohadas.

Es hermosa, no se puede negar, Layla Lombardi es una de las mujeres más bellas con las que me he ido a la cama.

Ahora teniendola aquí, viéndola dormir y apreciando las curvas que se marcan por la fina tela pegada a su piel entiendo a Adrik, a el tonto de su novio, a Alejandro que se dejó matar tan fácil por haber caido ante ella y a todos los que andan llorando por una oportunidad.
Un
Y es que Layla no es cualquier mujer, no es esa mujer que cualquiera pueda tener, no está al alcance de todos y mientras ellos mueren lopor una oportunidad de la ninfa de cabello oscuro, ojos esmeralda y cuerpo escandaloso, yo la tengo en mi cama, saboreando el exquisito néctar de su ser.

Parpadeo cayendo en cuenta que me he quedado más tiempo del normal admirando la belleza de la mujer a mi lado.

Reparo en todas las veces que hemos cogido, ya llevamos varios meses en esto y en menos de dos meses me voy a casar con Clara Lions, mi despampanante prometida.

Se suponía que Layla y yo solo seríamos algo de una noche y no pasaría de ahí, confieso que desde que la ví en ese restaurante me llamó mucho la atención y fantasee con tenerla, pensé que sería cosa de capricho porque ninguna mujer se me resiste.

La veía tan indiferente, que se me hizo todo un reto el llevarla a tener y no pensé que me gustaría tanto estar dentro de ella, que mis genitales pidieran a gritos entrar en ella, pero así es y no estoy enamorado ni mucho menos, pero esa atracción sexual es algo que me atormenta, porque la he mandado al diablo una y mil veces y al final Layla Lombardi termina robándose mi cordura.

Esto se a convertido en algo tóxico, lleno de celos por su parte, peleas, sexo desenfrenado, dormidas juntos, baños, bromas, tener que aguantar sus niñerias, siento que se me va de las manos.

Salgo de la habitación y me dirijo al minibar sirviendome un vaso de whisky, apreciando la tranquilidad de estar solo y no tener a Sasha merodeando por aquí y metiendo la nariz donde no la llaman, no sé cómo supo que Layla y yo teníamos sexo de vez en cuando y quiso comprobar si la hija de Ernesto Lombardi era en verdad tan hermosa como se decía y veía en la prensa de la Academia.

Pero eso es mentira, estoy seguro que vino a advertirle a Layla sobre no meterse entre Clara y yo, todo gira entorno a ese bendito compromiso y unión con los Lions, todo depende de ello.

Me doy un trago largo sintiendo el ardor que deja el líquido al bajar por mi garganta y caer en mi estómago vacío, debería comer algo, ya es lo suficientemente tarde, pero la verdad no tengo mucha hambre.

Me recargo en el umbral del salón revisando la notificación en mi celular, una gala en Britko, me invitan a un baile de disfraces como en la antigüedad, ruedo los ojos, no me interesan para nada este tipo de cosas aburridas.

–¿Sucede algo?

La voz somnolienta de Layla me hace alzar el rostro para mirarla, está recostada a uno de los sillones envuelta en una toalla.

–Solo una estúpida invitación a una gala.

–A mi también me a llegado, muero por ir.

Dice emocionada y ruedo los ojos.

–Que te diviertas.

–¿No irás?

–No, es una perdida de tiempo, ese tipo de evento no me gusta.

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