—Hemos decidido hacer como que nada pasó. —me informa Jade, muy orgullosa.
—¿Eh? ¿Cuándo?
—Nos encontramos en el ascensor y la tensión fue tan grande que exploté.
—¿Qué le dijiste?
—Que no podíamos seguir así.
—¿Y...?
—Y Nick me dijo que estaba de acuerdo, que hagamos como que nada pasó y que seamos amigos.
—Guau. —me sorprendo—. Ya decía yo que venían muy... eh... ¿normales?, cuando los ví entrar.
—Pues eso. No pasó, no pasa y no pasará absolutamente nada. —se cruza de brazos, muy segura.
—Ajá. Aunque esté que se cae de bueno. —arqueo una ceja, desafiandola.
—Exac... ¡No! —se pone roja y comienza a negar frenéticamente con las manos—. No está nada bueno. Punto.
—Vale. Y yo odio a Matteo. —hablo sarcásticamente y ruedo los ojos.
—Está bien, está bien. Tal vez esté un poquito bueno, pero nada más. —sigue con su postura de chica orgullosa.
—Eso no decías cuando regresaste del viaje. —canturreo.
—¡¡Shhhh!! —me tapa la boca con las manos y yo comienzo a reírme. Pone tanta presión en su agarre que nos acabamos cayendo hacia atrás en mi cama—. Además, tú estás casada, no puedes opinar sobre lo buenísimo que está Nick.
—Punto número uno, aunque tenga novio, tengo ojos en la cara y no voy a negar lo innegable. —enumero con los dedos—. Punto número dos, me estás aplastando. Quita. —le palmeo la espalda y ella se aparta, riendo. Me incorporo y pongo mis piernas en forma de mariposa, y Jade también lo hace, delante de mi—. Y punto número tres, acabas de admitir que Nick está buenísimo.
—¡Yo no...! —chilla, pero es interrumpida por los toques de la puerta.
—Pasa. —digo, mirando la puerta para ver a Matteo abriéndose paso en mi habitación. Se recuesta en el marco y nos observa desde allí.
—Vengo a escoltarlas. —nos avisa—. Las cervezas ya están frías.
Asentimos y nos ponemos de pie. Jade me lanza una mirada furibunda y sale de la habitación pasando por el lado de Matteo, dejándome sola con él y su cara de confusión al ver a mi amiga fulminándome con sus ojos.
—¿Acaso...?
—Sí, está loca. —digo, acercándome—. Ya se le pasará.
—¿Te contó lo de...? —deja la frase en el aire y eleva el dedo índice, señalando por donde mi amiga se fue.
—¿Lo de Nick? —pregunto y él asiente—. Sí.
—Son algo tontos, ¿no? Está claro que se atraen.
—Muy tontos. —suspiro.
—Por lo pronto, dejémoslos a ellos con sus tonterías y vamos a centrarnos en cosas más importantes.
Enarco una ceja.
—¿Por ejemplo?
—Por ejemplo... —engancha mi cintura con un brazo y me acerca a él rápidamente en pocos segundos. Su sonrisa divertida y tranquila me provoca cosas inexplicables en el estómago—. Ya ha pasado mucho tiempo desde nuestro último beso.
Lo miro incrédulamente como si le hubiera salido otra cabeza.
—Matteo, te dí un beso como de película antes de entrar en la habitación a hablar con Jade porque según tú no soportarías no verme.
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Un Error que volvería a cometer
Teen Fiction¿Qué pasaría si de la nada tuvieras que compartir tu nuevo departamento con alguien por un error de una empresa inmobiliaria? ¿Te lo has preguntado? ¿Y si ese "alguien" es un chico? ¿Qué harías? ¿Y si está guapísimo? ¿Y si está buenísimo? ¿Y si tien...