LOVE

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Mingyu se bajó del auto del mayor y miró la casa donde vivía Wonwoo. Su Wonwoo, sonrió, era exactamente como se la imaginó alguna vez.

Un chico como Wonwoo tenía que vivir en una casa moderna, con un enorme jardín, ventanales y claro que tenía que haber ventanales en las habitaciones. ¿Cómo podría ver las estrellas si no hubiera ventanales?

—Tía, estoy en casa.

Una mujer de edad mediana salió de la casa y sonrió, abrazando a Seungcheol.

—Él es Kim Mingyu, amigo de Wonwoo.

La mujer lo miró sorprendida con el uniforme y sonrió —¿un militar? Qué honor, un gusto querido; ¿quieres que les prepare algo de comida? Aunque no estoy segura de que él quiera recibirte, ya no recibe a nadie últimamente.

Seungcheol abrazó a su tía —No te preocupes, tía, vamos a hacer algo de comida para todos —volteó mirando al alto —Wonwoo está en el segundo piso, tercera habitación a la izquierda, prácticamente en el fondo. —Señaló esta última indicación al chico uniformado.

El nerviosismo invadió el cuerpo de Mingyu; habían pasado más de tres meses desde la última vez que lo vio y lo miró llorar por su culpa. Si no quería verlo, lo entendía, pero Seungcheol se veía preocupado y él lo estaba más que ninguno. No sabía nada de él y enterarse que la estaba pasando mal, posiblemente gracias a su culpa, no lo hizo sentir mejor.

Terminó los escalones y volteó mirando al fondo. En su lado izquierdo, estaba obscuro. La cortina de la ventana frente a su puerta estaba cerrada, lo que le impedía a los rayos del sol atravesar a través de ella.

Todo estaba tan silencioso, frío y obscuro para ser de día. Caminó con cuidado hasta tocar la última puerta. Tocó algunas veces, pero no escuchó ninguna respuesta. Tomo el pomo de la puerta y se asombro de sentir que estaba abierto, empujó poco a poco la puerta hasta mirar en la habitación.

Si el pasillo era obscuro, la habitación lo era aún más.

No había ninguna fuente de luz, las cortinas estaban cerradas, la lámpara de noche a un lado de su cama estaba apagada, parecía como si fueran las diez de la noche, se sentía frío y no había un solo ruido.

Toda la habitación estaba extrañamente bien ordenada, nada estaba fuera de su lugar y solamente un bulto estaba sobre la cama, cubierto hasta la cabeza con una enorme colcha negra sobre su cuerpo.

Había una charola con comida; al parecer había comido un poco; en realidad solo probó un bocado y lo dejó en su mesa de noche. No tomó nada de su jugo.

Se acercó hasta estar a su lado, se dejó caer en el suelo y miró sus manos que estaban aferradas a su cobija. Estaban hechas puño sobre su cobija, como si no quisiera que nadie más se las quitara.

Solamente su cabello negro sobresalía de ella.

Tomó su mano con delicadeza; estaba fría, muy fría, demaciado fría para un cuerpo normal. Comenzó a quitar la cobija de encima de su cuerpo y miró su cara.

Su corazón estuvo apunto de detenerse, su cara estaba completamente cambiada, ya no estaban sus mejillas y los hundimientos debajo de sus ojos eran tan grandes que se levantó para tomar su cara y mirar que estuviera bien.

—Hyung —agitó un par de veces su cuerpo precupado por la forma en que lo encontró.

Lo movió un par de veces más, entrando un poco en pánico hasta que vio los ojos parpadear un par de veces del mayor.

—Oh Dios —lo atrajo a su cuerpo y lo abrazó tanto que sintió el cuerpo contrario y lo soltó poco a poco. No se veía, pero sí se sentía. Si seguía abrazándolo con su fuerza, probablemente lo rompería.

—wonu

Wonwoo lo miró extraño y subió su mano hasta la cara del alto, dibujando sus facciones con su dedo índice. Sonrió —volviste.

El alto volvió a abrazarlo con más cuidado —lo siento tanto, Wonwoo, tal vez no debí haberme ido de esa manera, lo siento tanto.

Wonwoo comenzó a llorar sin inmutarse ni un poco, sin vergüenza y sin sentirse débil, abrazando al alto tan fuerte como sus fuerzas se lo permitieron. —Yo estaba preocupado por tí, por lo que te dije la última vez; yo no quería dejar de verte, solo estaba enojado.

—Estabas decepcionado y me lo merecía, pero no tenías que sentirte así, Wonwoo, todo fue mi culpa desde engañarte hasta irme sin decirte nada. No hice las cosas bien, pero fue toda mi culpa, ¿lo entiendes?

—No quería que te fueras.

—No podía seguir engañandome ni engañándote a tí, estaba muy decepcionado de mí mismo.

—¿Por qué me dejaste? ¿De verdad no importaba tanto?

Mingyu miró su cara y negó, limpiando sus lágrimas. —Tú eres todo para mí, Wonwoo —volvió a abrazarlo —estaba tan preocupado, pero no quería buscarte. Una parte de mí tenía miedo de cómo reaccionarias al verme. En mi pensamiento tú estabas haciendo tu vida, olvidándote completamente de mí.

—¿Cómo podría hacer mi mundo sin ti?

—Debí llegar antes, lo siento tanto —lo cargo y lo saco de su cama para pasar sus labios por los del mayor, tomando sus mejillas, profundizando más su beso. Lo dejó una vez y ambos se volvieron a abrazar. — No era así como tenía que pasar.

—Te perdono, Mingyu.

El alto lo miró negando —no, no puedes simplemente pasar por alto todo esto; hice las cosas mal y necesitas hacerme entenderlo.

Wonwoo miró al alto con su uniforme y sonrió, para pasar sus manos dibujando las letras talladas en la sudadera negra que tenía puesta el alto.

—¿No me extrañaste cuando estabas ahí?

—No he dejado de pensar en tí desde que entré.

—¿La estabas pasando bien?

—No sin saber una sola noticia de tí

—Entonces ambos estamos en la misma sintonia.

—no Wonwoo no...

El mayor sonrió y volvió a besar los labios del alto, dejándole las palabras en la boca hasta sentir las manos contrarias abrazarlo por la cintura.

—Te amo, Mingyu.

El alto se sorprendió por la declaración contraria y sonrió, dejando un beso en las mejillas contrarias.

—No tanto como yo te amo a ti.

Ambos rieron —voy a internarte, loco.

Wonwoo negó: —¿Quieres estrenar conmigo un nuevo telescopio que me regalo Joshua?

—¿No lo has estrenado ya?

—Te estaba esperando

Mingyu cargó al mayor y asintió —tenemos todo lo que me resta de tarde; supongo que no importa si recibo un castigo por llegar más tarde.

—No, entonces cuando pueda hacerlo.

—De verdad no importa, me lo merezco.

—Maldito sádico.

—Quiero quedarme contigo hoy, hasta tarde.

—Está bien, supongo que unas largatijas sobre el piso caliente y el sol sobre tu cuerpo te harán reflexionar.

—No me importa.

Ambos estuvieron jugueteando un poco mientras estaban sentados sobre la cama...

—Niños, ¿están bien?

Wonwoo miró a su tía —¿está lista la comida? Tengo hambre

La mujer sonrió complacida —ven, mi amor, hice tu comida favorita.

Se levantó llevando a Mingyu con él.

Ambos iban bajando y Wonwoo se detuvo —te he extrañado, pero sigo molesto; tenemos que hablarlo algún día y aclarar toda esta situación.

—Así será, pero por ahora necesito que vuelvas a ser el Wonwoo del que me enamore.

—Solo necesitaba mi vida de vuelta.

Ambos se miraron y sonrieron.

Entre cartas y constelaciones [ MINWON / MEANIE ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora