CAPITULO 3

16 2 0
                                    

Pov Jungkook.

Esta sí que ha sido una pelea divertida, pensé mientras observaba cómo su culo se mecía a cada paso.

Solté un gemido cuando me senté, con el tejido de los pantalones rozándome la punta de la polla.

Nuestro encuentro había tenido un efecto distinto en mí al que había tenido el día anterior.

En aquel momento había hecho que me hirviera la sangre, pero no había entendido qué significaba todo aquello hasta ese instante.

El jóven Park.

Jimin.

—Esta situación es tu puñetera culpa —dije, tratando de calmarme antes de hacer algo precipitado.

Era guapo y estaba lleno de fuego.

Pequeño pero bravo, con unos labios llenos y perfectos para ser besados que no podía dejar de imaginar en torno a mi polla; su pequeña mano era capaz de abarcarla por completo y se veía obligado a usar las dos.

Sus expresivos ojos de color avellana me habían cautivado.

Estaba totalmente fascinado con él, y me ponía cachondo de una forma que no me había ocurrido en años.

Por suerte, parecía no ser el único que tenía problemas.

Por cómo se había puesto colorado y había apartado la mirada, se sentía igual de atraído hacia mí.

Sentí que me llenaba de determinación.

Estaba completamente decidido a ver hasta dónde podía presionarlo, hasta qué punto podía ponerlo cachondo.

¿Podía calentarlo tanto que fuese él quien tomara la iniciativa?

Meneé la cabeza para tratar de aclararme las ideas.

Mi carácter estaba tratando de tomar las riendas, y tenía que serenarme y centrarme en mi trabajo.

No sabía nada de Park Jimin, y él tampoco sabía nada de mí, pero, aun así, me encontré pensando en él a lo largo del día.

Estaba acabando de manera muy distinta a la que había empezado.

A diferencia del empleado temporal que había salido huyendo después de almorzar el viernes, Jimin había peleado.

Me estaba comportando como un capullo y lo sabía, me lo merecía, y él no hacía más que avivar el fuego.

El día anterior, cuando me había derramado el café encima, había tratado de sacarme aquella expresión suya de la cabeza durante toda la noche.

Había parecido muy tímido y asustadizo al disculparse, y eso, por algún motivo, me había cabreado.

No tanto la mancha ni el calor del líquido, sino el balbuceo estúpido.

Pero esa mirada…

La furia ardiente después de insultarlo había prendido algo en mi interior.

Me había sacado de la neblina en la que se había sumergido mi mente.

Y después se había apuntado a la segunda ronda.

En ese momento, cada vez que estaba cerca, quería arrancarle la ropa y clavarle mi polla.

Hacer gemir esa boquita lista suya.

Diluir mi frustración follando con él.

Y después volverlo a hacer.

Me intrigaba, y sabía que estábamos montando un buen numerito para los cubículos que había cerca.

Lo había obligado a hacer fotocopias, a ir por café o a por mi almuerzo, a responder a mis llamadas… solo para ver cómo meneaba las caderas o sentir su mirada furibunda sobre mí.

😳Casual Encounter👣||Kookmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora