Capítulo 24

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Un par de horas después, cuando terminan de reorganizar a los pelotones y leer la lista de muertos, todos los de jinetes de primero en el Ala Cuatro estamos vestidos con nuestra nueva ropa de vuelo, esperando frente a nuestros dragones en el campo...

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Un par de horas después, cuando terminan de reorganizar a los pelotones y leer la lista de muertos, todos los de jinetes de primero en el Ala Cuatro estamos vestidos con nuestra nueva ropa de vuelo, esperando frente a nuestros dragones en el campo de vuelo.

El uniforme es más grueso que el normal, con una chamarra que me cerré sobre la armadura de escamas de dragón. Y, a diferencia de nuestros uniformes de siempre, la ropa de vuelo no tiene ninguna insignia fuera de nuestro rango sobre el hombro y la marca de líder para quien lo es.

No hay nombres.

No hay parches.

Nada que nos delate si nos separamos de nuestros dragones tras las líneas enemigas. Solo un montón de fundas para nuestras armas.

Intento no pensar en la posibilidad de tener que luchar en la guerra algún día y me concentro en el caos organizado que se está desplegando sobre el campo de vuelo esta mañana.

No puedo evitar notar la forma en que los otros cadetes miran a Fafnir o el enorme espacio que le dan los demás dragones.

Honestamente, si a mí me mostraran esos dientes en un gesto furioso, también me haría a un lado.

No, no lo harías, porque no lo hiciste. Te quedaste a defender a Andarna aun cuando estabas lastimada —Su voz llena mi cabeza y sé por su tono que preferiría estar haciendo otras cosas.

— Solo porque estaban pasando demasiadas cosas en ese momento —le respondo —. ¿Hoy no va a venir Gwyneth y Andarna?

Viene llegando Gwyneth y Andarna, No necesita tomar clases de vuelo porque no puedes montarte en ella.

Miro al cielo y efectivamente veo a Gwyneth.

— Buen punto. — Aunque me hubiera gustado verla.

Ella también es más callada en mi cabeza y no tan metiche como Fafnir.
Y aquí viene el cascarrabias.

Escuché eso. Pon atención.
Hago un gesto de fastidio, pero pongo atención.

—... y con solo noventa y dos jinetes, ustedes son la clase más chica a la fecha.

Dioses.

— Creí que había ciento un dragones dispuestos a formar un vínculo, además de ti y Gwyneth.

La disposición no asegura que encontraremos jinetes dignos —me responde Fafnir.

No todos los humanos son dignos para nosotros — dice Gwyneth con esa voz de dulzura que siempre tiene.

—Y, aun así, ¿ustedes tres me eligieron a mí? — ¿Con cuarenta y un libres?

Vaya insulto.

Lo mereces. Al menos eso creía ayer, ya que aparentemente no pones atención en clase. —gruñe y siento una exhalación de vapor tibio en la nuca.

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