𝐅lutterless┋ˢᵒᵒᵗᵃᵉᵍʸᵘ ·۫

· · · · ⊱ ⁵⁴ 𝓕.𝐢𝐟𝐭𝐲-𝐟𝐨𝐮𝐫

El joven doctor se encontraba realizando algunos experimentos en el pequeño laboratorio improvisado que construyó en el estudio abandonado de su lujosa casa, el cual solía usar como trastero al no saber qué utilidad darle, pues pasaba más tiempo en el hospital que en su hogar.

Tanto Yeonjun como Bahiyyih ya se habían establecido allí, pero las circunstancias hicieron que aún no pudiera hacer las modificaciones necesarias para convertir su abandonada vivienda en una casa familiar adecuada para la crianza de una niña.

En primer lugar, debido a sus huesos rotos, Yeonjun estará temporalmente en silla de ruedas y, al menos por las noches, necesita dormir con la maquinaria adecuada para sobrellevar todo el daño de su cuerpo. Por lo que su habitación, siendo la más limpia y decente de toda la casa, se ha convertido en una sala de hospital improvisada donde el mayor puede estar cómodo.

Al principio, él se negó cortésmente, argumentando que entonces Kai no tendría dónde dormir, dado que el resto de las habitaciones carecían de cama y el sillón ya estaba siendo ocupado por Mina. Sin embargo, Yeonjun acabó aceptando cuando el doctor aclaró que dormirían juntos.

Kai había utilizado como excusa que necesitaba estar cerca para enterarse rápidamente por si el dolor empeoraba mientras dormía, por si Yeonjun se caía de la cama y no podía levantarse o cualquier accidente que pudiera ocurrirle a alguien que estaba sobrellevando las consecuencias de haber sobrevivido milagrosamente a una caída de muchísimos kilómetros de altura.

Aunque sus preocupaciones son muy comprensibles, la realidad es que solo quería dormir con su adorable chico polilla entre sus brazos. Nunca tuvieron la oportunidad de vivir juntos hasta ahora, y eso le emocionaba lo suficiente como para necesitar sentir el cuerpecito de su amado en todo momento por miedo a que desapareciera de repente. Ya no solo porque casi muere, sino que las veces donde creyó que todo estaba yendo maravillosamente bien, este desaparecía de su vida de manera abrupta.

Sabe que no volverá a ocurrir. Yeonjun se fue para dejarle estudiar y, por mucho que le fastidien sus decisiones, puede llegar a comprender sus motivos. Nunca actuó maliciosamente y ahora que todo estaba aclarado, Yeonjun no tenía razones para irse de nuevo. Tampoco es que pudiera, su movilidad está muy limitada por sus huesos rotos. Aun así, Kai sentía ese miedo por perderlo de nuevo, solo que este había escalado a algo más profundo. No es que Yeonjun se vaya lo que le preocupa, sino que muera.

Todos los acontecimientos recientes le han afectado profundamente. Siente una gran aversión por todo lo que Yeonjun ha tenido que soportar. Es cierto que cometió errores con Beomgyu, pero eso no lo convierte en una mala persona. Estaba siendo manipulado por su madre y ahora que conoce la verdad, se esfuerza por ser un buen hermano. Por lo tanto, no cree que Yeonjun merezca tanto dolor y sufrimiento y siente un gran resentimiento hacia su madre por haberle causado tanto daño.

Esa señora tiene muchísima suerte de que Yeonjun sobreviviera, pues Kai era capaz de subir para tomarse la justicia por su propia mano si perdía a su amado para siempre. Como ciudadano del reino, está sujeto a las normas sociales de la ciudad, y si hay algo que destaca mucho en la sociedad diurna es que nadie se escandaliza cuando alguien es vengativo. Aunque no haya una ley explícita que lo mencione, el “ojo por ojo; diente por diente” es una filosofía de vida que está más presente de lo que parece. De ahí que tengan toda una festividad cuando los criminales pasan por el corredor de la muerte.