❝SECOND BEST ― SONADOW/SONKNUX ❞

kismet.

★  ── DISCLAIMER: Mención a drogadicciones y prostitución.

Cerró ambos ojos con fuerza, volviéndolos a abrir tratando de despejar la vista borrosa ocasionada por la pantalla luminosa frente a él. Bien podría colocarse sus gotas, pero por el apuro de esa mañana no pudo guardarlas a tiempo y el artículo le recordaba su constante despiste. Maldijo entre dientes, el picor junto a la sensación de arenilla le obligó a quitarse las gafas. Con los párpados cerrados, intentó masajear suavemente los ojos intentando de alguna forma desvanecer el ardor y se resignó a dejar por esa noche el trabajo pendiente.

Seguido de ello, se fijó en el reloj alrededor de su muñeca, chistando al darse cuenta que llegaría tarde a la reunión que se suponía debía tener con su compañero. En ese momento era el único quién se encontraba en la oficina y, por ende, la habitación se sumía en una penumbra casi espeluznante para cualquiera. Sin embargo, a Shadow le relajaba, podía ordenar sus cosas con tranquilidad o disfrutar del silencio inerte cerniéndose sobre él; Pero esta noche, el cuerpo le pesaba y los movimientos eran torpes.

"¿Sigues en la oficina?"

La notificación irrumpió en la quietud de la oficina, arrancándolo de sus pensamientos. Con un suspiro resignado, se levantó y comenzó a llenar el maletín de cuero desgastado, sus pertenencias chocaban entre sí en un desorden que en ese momento no le importaba.

"Llego en 20"

Se limitó a enviar, apagando el monitor antes de cerrar el portafolio y avanzar hasta la salida. Realmente no se sentía preparado para cualquier cosa que el zorro le diría o como, él mismo, respondería ante ello. La incertidumbre lo oprimía. No quería divagar en pensamientos, no en esos momentos, no cuando su única compañía fuera del trabajo lo abandonaba. La soledad lo acechaba, más intensa que nunca. El zorro había sido su único refugio, su única compañía. Porque sí, el problema era ese, se sentía solo

A pesar de las incomprensiones Shadow lo apreciaba, él lo cuidaba, desde el primer momento en que se conocieron. Por obvias razones su salida lo tomó desprevenido, igual el hecho que nunca se lo comunicó antes ¿Desde cuando se habían distanciado tanto?

Ajustó la correa del maletín y enderezó los hombros mientras se acercaba al local. Se detuvo por unos instantes y con una respiración profunda, abrió la puerta, adentrándose en el conocido lugar. La luz fluorescente castraba sombras alargadas en las paredes, pero él caminaba con paso firme. Sus ojos recorrieron rápidamente cada mesa buscando la figura conocida del zorro hasta dar con él en unas de las esquinas. Sin decir nada se acercó, no obstante, un cuerpo lo empujó con brusquedad, haciéndolo retroceder. Un "disculpe" mecánico fue lo único que escuchó, pero tampoco le tomó tanta importancia y sin fijarse, siguió en su camino.

Kitsunami, sumido en sus pensamientos, apenas notó la presencia del otro. Fue la sombra que se proyectó sobre la mesa lo que lo hizo levantar la vista de golpe. Shadow lo observaba fijamente, con la mirada estoica que lo caracterizaba puesta en él.

― Acabo de pedirte un café, sin azúcar, como te gustan ― Intentó sonreírle, pero lo único que recibió como respuesta fue un asentimiento. Observó cómo el vetado se sentaba en silencio antes remover el café con una cucharilla, sus ojos ahora se encontraban fijos en la bebida. ― Y hace unos momentos me encontré con el jefe, a veces me da escalofríos ¿No te parece lo extraño que es incluso después del trabajo?

La risa forzada que intentó se le ahogó en la garganta, convirtiéndose en un sonido hueco y sin vida. Sus hombros se hundieron, y por un momento, se sintió pequeño e insignificante. Nuevamente no obtuvo respuesta dejando que el silencio se extendiera entre ellos; Shadow tampoco hacía un esfuerzo en continuar la conversación y Kitsunami necesitaba decir algo, cualquier cosa, pero las palabras se le atascaban. Tal vez el silencio del vetado era su forma de castigarlo.