cap 32. Stanley y el equipo de socorristas de mascotas.

3 1 0
                                    

Narra Stanley.

Hoy era un día perfecto para salir con mi hermano Jackson y nuestros amigos Kevin, James, Max y Jacob al zoológico. Habíamos dejado nuestras obligaciones a un lado y disfrutábamos de un merecido día libre. Cada uno había traído a sus mascotas: yo tenía a mi adoráble cachorro Chase, Kevin paseaba con su elegante Princesa y Jackson llevaba a su pequeño Jackson Jr.

Mientras caminábamos por los senderos del zoológico, me maravillaba al ver cómo los animales disfrutaban de sus hábitats. Los elefantes chapoteaban en el agua, las cebras trotando alegremente por el prado y las jirafas estirando sus largos cuellos para alcanzar las hojas más altas. Pero lo que realmente capturó nuestra atención fue la zona de los monos.

Al llegar allí, nos detuvimos en seco. Un monito pequeño estaba aferrado a su madre, que lo cuidaba con ternura. "¡Mira qué adorable!", exclamó Max, señalando al pequeño que apenas podía sostenerse en pie.

Fue entonces cuando el encargado de la zona se acercó a nosotros. Con una sonrisa cálida, nos informó: "Ese monito acaba de nacer hace apenas una semana. Su madre no lo deja ni un segundo; está muy atenta a él".

Sentí una mezcla de alegría y ternura al observar la escena. "Es increíble ver cómo cuida de su pequeño", comenté mientras Chase movía la cola emocionado por la actividad a su alrededor.

Nos acercamos un poco más, pero siempre manteniendo una distancia respetuosa. La conexión entre la madre mono y su bebé era palpable; cada vez que el pequeño intentaba soltarse un poco, ella lo abrazaba con fuerza.

"¿No sería genial tener un monito como mascota?", dijo Jacob entre risas.

"Creo que es mejor dejarlos en su hogar", respondí con una sonrisa. "Mira cómo se cuidan entre ellos".

Sin embargo, mientras disfrutábamos del momento, no pude evitar sentir que algo no estaba del todo bien. Miré de reojo hacia la parte trasera de la jaula y vi un movimiento extraño... algo que parecía ser otro monito intentando salir. La curiosidad me llevó a acercarme un poco más.

"¿Vieron eso?" pregunté, señalando hacia donde había visto el movimiento.

Los demás se giraron rápidamente y observaron cómo el pequeño monito parecía estar buscando algo o alguien. "Parece que está perdido", murmuró James con preocupación.

Sentí un escalofrío recorrerme la espalda. ¿Qué pasaría si ese pequeño monito se separaba de su madre? Sin pensarlo dos veces, decidí que teníamos que hacer algo.

Mientras el pequeño monito seguía moviéndose inquieto, mi corazón latía con fuerza. La idea de que pudiera estar perdido me preocupaba. Miré a mis amigos y vi que compartían mi inquietud.

"¿Qué deberíamos hacer?" preguntó Kevin, frunciendo el ceño mientras observaba al monito. "No podemos dejarlo así".

"Tal vez deberíamos avisar al encargado", sugirió Max, pero algo en mí me decía que no era suficiente. La mirada del monito, llena de confusión y miedo, me hizo sentir que debía actuar.

"Espera", dije, sintiendo una chispa de determinación. "Si está perdido, tal vez solo necesita un poco de ayuda para volver con su mamá".

Mis amigos me miraron con sorpresa, pero antes de que pudieran protestar, ya había tomado la decisión. "Voy a intentar acercarme a él".

Con cuidado, me acerqué a la jaula, manteniendo una distancia segura. El monito me miró con sus ojos grandes y brillantes; parecía entender que yo quería ayudarlo. "No te preocupes, pequeño", murmuré suavemente. "Voy a ayudarte".

Mientras tanto, Chase se sentó a mi lado, moviendo la cola como si sintiera mi emoción. Intenté hacer algunos sonidos suaves para atraer la atención del monito y, sorprendentemente, él comenzó a acercarse un poco más hacia mí.

El oficial Stanley. Y el criminal de Canterville.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora