Rising Star

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_____THE GOLDEN GAME____

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_____THE GOLDEN GAME____

El sol brillaba intensamente sobre la pista de tenis, un calor agonizante que parecía sofocar el aire. Erik, se enfrentaba a su rival, un tenista experimentado de 20 años. La multitud estaba sentada en la tribuna, protegiéndose del sol con sombreros y gafas.

En la fila delantera, José Menéndez, miraba con ojos críticos, su rostro enrojecido por la tensión y el sol abrasador sobre ellos. Lyle, estaba sentado junto a él, su expresión más calmada pero igualmente atenta. Mientras que Kitty , estaba sentada al lado de su esposo, su rostro impasible, sin mostrar emoción alguna.

El partido había sido intenso, con ambos jugadores dando todo de sí. El Menendez había empezado fuerte, pero el otro jugado había ganado terreno en el segundo set. Ahora, en el tercer set, el chico luchaba por mantener su ventaja. La tensión en la tribuna era palpable.

José gritaba consejos y críticas a Erik, su voz cargada de desesperación.-¡Vamos! ¡No te rindas! ¡Golpea más fuerte! - gritó el hombre furioso

-Papá, cálmate - murmuró Lyle en voz baja con vergüenza.

El mayor Menéndez se sentía incómodo con las constantes intervenciones de su padre.Sabía que Erik necesitaba concentrarse, no escuchar críticas.

Finalmente, el tenista ganó el punto decisivo, y el menor se desplomó sobre la pista, dejando caer su raqueta, exhausto y derrotado. La multitud aplaudió educadamente, pero también se escucharon algunos murmullos de desilusión y compasión hacia el chico, había dado un buen partido pero no había sido suficiente

José se levantó de su asiento, su rostro enrojecido por la ira. Caminó hasta el chico mientras lo levantaba de un brazo-¿Qué pasó ahí afuera?-exclamó, su voz cargada de desprecio.

-Lo lamento - susurró Erik, bajando su cabeza apenado.

-¡Eres un perdedor! ¡No tienes la pasión ni la dedicación para ganar! - continuó José mientras lo sacudía del brazo.

Erik se detuvo, sintiendo una oleada de emociones encontradas. La rabia y la tristeza se mezclaban en su interior. El sudor corría por su rostro, y su respiración era agitada.

-Lo lamento, papá- dijo el chico, su voz baja y temblorosa.-Me esforcé, pero no fue mi día.

El hombre se acercó al rostro del chico, su voz subiendo de tono.-¡No fue tu día! ¡Nunca es tu día!- Lo sacudió del brazo enterrando sus dedos - ¡Eres un fracaso, Erik! ¡Un fracaso como jugador y como hijo!

La multitud comenzó a sentirse incómoda, algunos se levantaron de sus asientos, otros miraban hacia otro lado. El hombre mayor se levantó y se acercó a José con nervios, llevaba entrenando a Erik desde hace unos meses

Golden Game| Lyle And Erik Menéndez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora