Damián se despertó al día siguiente con una pesadez en el pecho. A pesar de todo lo que había vivido en el parque de diversiones la noche anterior y del apoyo de sus madres, el miedo y la incertidumbre seguían acechándolo. Se vistió con desgana, impidiendo mirarse demasiado al espejo. Sabía que sería un día complicado, y lo único que quería era evitar a Connor, como si eso fuera a hacer desaparecer sus problemas.
Al llegar al colegio, fue directo a su casillero, manteniendo la mirada baja. La presencia de Connor en el pasillo lo inquietaba, pero logró escabullirse antes de que sus ojos se encontraran. Sabía que no podía enfrentarlo todavía; No estaba listo para esa conversación, para lidiar con sus emociones.
Durante las primeras horas, todo parecía ir bien. Mantuvo un perfil bajo, no levantó la mano en clase, no habló con nadie más de lo necesario. Pero entonces, justo antes del almuerzo, escuchó las risas de un grupo de chicos en el pasillo. Al principio, no les prestó atención, pero cuando las palabras "omega" y "gordito" resonaron, no pudo evitar detenerse.
—¿Qué pasa, Damián? —se burló uno de los chicos, un beta que siempre parecía disfrutar molestando a los demás—. ¿No puedes correr sin que se te mueva todo el cuerpo?
El comentario lo tocó más fuerte de lo que esperaba. Damián había aprendido a ignorar las burlas la mayoría de las veces, pero ese día, algo dentro de él estalló. Tal vez era la acumulación de emociones, tal vez el estrés constante de evitar a Connor, o tal vez simplemente estaba cansado de ser el blanco fácil.
Sin pensarlo dos veces, se lanzó sobre el chico. Los puños de Damián impactaron con fuerza, golpeando al beta hasta que el sonido de los puñetazos se mezcló con los gritos de los que estaban alrededor. Todo sucedió tan rápido que nadie tuvo tiempo de detenerlo antes de que el chico quedara noqueado en el suelo, con la cara hinchada y ensangrentada.
—¡Damián! —gritó uno de los profesores al verlo—. ¡Detensión ahora mismo!
Lo siguiente que supo es que estaba en la oficina del director, esperando el veredicto de su castigo. Lo suspendieron por diez días, pero Damián no sintió remordimientos. Estaba cansado de que todos pensaran que podían decir lo que quisieran sin consecuencias.
Al llegar a casa, se preparó mentalmente para el regaño de sus madres, pero, para su sorpresa, lo recibió con sonrisas.
—Estamos orgullosos de ti, Damián —dijo una de ellas, dándole una palmada en la espalda—. Sabemos que siempre es mejor evitar la violencia, pero a veces es necesario defenderse dijo ivy.
—Exacto —asintió Harley—. No vamos a permitir que te conviertas en el blanco de nadie. Tienes derecho a que te respeten.
Damián quedó perplejo. No era la reacción que esperaba, pero el alivio lo envolvió. Sin embargo, su tranquilidad fue difícil poco, porque esa misma noche Connor apareció en su casa, con el ceño fruncido y una mirada de desaprobación.
— ¿Qué demonios te pasa? —le espetó Connor en cuanto estuvo a solas—. ¿Cómo se te ocurre ser tan irresponsable? ¡Lo dejaste en el hospital!
Damián lo miró con una mezcla de frustración y tristeza. —Me estaba molestando. Ya no aguantaba más...
—¡Eso no justifica que lo hayas golpeado hasta dejarlo inconsciente! —gritó Connor, gesticulando con ojo—. ¿Qué pasará la próxima vez? ¿Vas a hacer lo mismo? Tienes que pensar antes de actuar.
Damián bajó la cabeza, sintiendo el peso de las palabras de Connor, pero no tuvo mucho tiempo para lamentarse porque Jon llegó poco después. Al contarle lo sucedido, Jon soltó una carcajada.
—¡Lo no queaste! —rió, golpeándole suavemente el hombro—. ¡Eso es increíble! Aunque la próxima vez, trata de no dejarlo respirando —bromeó con una sonrisa traviesa.
Damián lo miró incrédulo, pero no pudo evitar reírse también. La exageración de Jon y su forma despreocupada de ver las cosas siempre le arrancaba una sonrisa, incluso en los peores momentos.
—Bueno, ya veremos... —contestó Damián entre risas.
Por un momento, todo parecía más ligero. Aunque sabía que aún había problemas por resolver, tener a Jon y el apoyo de sus madres lo hacía sentir que, tal vez, no estaba tan solo en esta batalla.
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Renacer en tus brazos
RomanceDamián, un omega que ha sido herido en el pasado, decide cambiar su vida después de descubrir los engaños y manipulaciones de su antiguo alfa, Jon. Cansado de las mentiras y de un amor que solo le trajo dolor, Damián escapa en busca de un nuevo comi...