Pov: Merlina
Ceder a la locura resultaba cada vez más intrigante; la idea de sucumbir completamente a tal estado era tentadora, especialmente si me negaba a la placentera sensación que me invadía.
El contacto de los labios de Enid sobre los míos me transportaba a una experiencia que, en el transcurso de mi breve y desafortunada existencia, nunca había conocido; era como estar inmersa en lo más profundo del averno.
En esa posición tan comprometedora, permití que mi deseo dominara mi juicio; con lentitud, coloqué mis manos sobre la espalda de Enid, atrayendo su figura hacia la mía, anhelando sentir su calor y la suavidad de su piel lo más cerca posible.
Un intenso calor se apoderó de mi cuerpo, la vestimenta comenzaba a resultar incómoda, y los sutiles jadeos de la dulce cachorra sobre mí complicaban aún más la situación, pues era consciente de que no era el momento adecuado; debía poner fin a esto.
— Enid — susurré con dificultad, mas ella, ignorando mis palabras, se dirigió hacia mi cuello, besando con lentitud y ansia esa área, lo que provocó un gemido involuntario de mi parte. — E-enid, espera, debemos...
Con un beso voraz, interrumpió mis palabras; sentía que iba a ser consumida en ese instante. Sin dilación, Enid me hizo caer sobre la cama, posicionándose sobre mi cuerpo y volviendo a unir nuestros labios en un beso cargado de deseo y sensualidad.
Debía detener esto; no era el momento, al menos no en este instante.
Con esfuerzo, la aparté para que pudiera observarme; sus pupilas se hallaban dilatadas, sus ojos celestes, oscurecidos por un destello ámbar, sus colmillos se habían alargado ligeramente, sus mejillas, sonrojadas, y su respiración, agitada. Era la perfección encarnada.
— Detente, yo... no estoy aún preparada, Enid — exclamé con pesar, apartando mi rostro.
Ella, con delicadeza, me instó a volver a contemplarla. — Está bien, lo comprendo, Mer — comentó con dulzura. — Debo disculparme, el estar tan cerca de ti me vuelve loca.
— Creo que puedo afirmar lo mismo; aún no comprendo del todo esta situación, es enormemente nueva para mí — respondí suavemente.
Una vez recuperadas, nos sentamos en mi lecho; un silencio reinó por un momento, no resultaba incómodo. Al contrario, era un silencio placentero y, de manera extraña, me sentía sumamente bien.
— Esto es como un sueño — expresó Enid.
— ¿A qué te refieres?
— Jamás pensé que podría ser correspondida por ti — dijo, visiblemente sonrojada.
— ¿Cuándo ocurrió tal cosa? — inquirí, intentando que sonara como una broma, lo cual resultó en el efecto contrario, pues la expresión de Enid se tornó triste. — Lo siento... intenté que sonara humorístico, mas no soy hábil en tales asuntos.
— Me sobresalté por un instante, Mer — sollozó como un cachorro. — ¿Significa esto que correspondes a mi lobo y a mí? — preguntó, llena de esperanza.
— Permíteme reflexionar — respondí tras una breve pausa. — No estoy segura.
— ¡Meeer! ¿No me lo dirás?
— Claramente, no.
— ¡No seas así, Mer! Te lo ruego, dímelo — hizo una expresión de cachorro.
— Vamos a descansar; ya es muy tarde — solté para provocarla, no le revelaría mi respuesta por el momento, aunque mis acciones ya parecían hablar en mi lugar.
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Ligadas por una profecía. (Wenclair)
RomanceInmersa en una problemática exasperante, donde Enid y yo nos vemos entrelazadas por el destino, atadas a una profecía. ¿Será el destino benévolo con nosotras o nos conducirá sin remedio hacia un desenlace funesto?