Peter se dejó guiar por la necesidad en los besos de Tony. No había pensado más allá de lo que debían pensar al inicio, y no le había importando siquiera que estuvieran en el estacionamiento de un local de comida rápida y mucho menos dentro un auto con la ventana baja y a vista de todo mundo. Y no le hubiese importando nada de hecho, ni los reclamos de algún tipo de seguridad o el posible escándalo que se llevaría Tony si algún malicioso los viera, sino fuera porque, de pronto y con mucha culpa, el rostro sonriente de Gwen apareció en sus pensamientos como una bella pompa de jabón que explotó tan pronto Tony tocó más piel.«Solo será por un rato, cariño. No es necesario presionarnos», le había dicho Gwen un martes en la noche cuando comenzó a dudar sobre todo eso. Había tenido la cita con Tony ya, y pese a que le había encantado como nunca y la sonrisa del rostro no se le había ido por un largo tiempo, aún quedaba eso de "y qué pasaba si...".
¿Y qué pasa si lo hacemos ahora?, se preguntó Peter, sintiendo cómo Tony abandonaba sus labios y se dirigía, con sensualidad y vehemencia, hacia su cuello.
«Solo será por un rato, cariño», se repitió en su mente.
-Solo será por un rato -murmuró, dejándose besar solo por unos segundos.
-¿Qué dices, cielo? -pese a que había hablado, su voz salió amortiguada y chocó caliente contra la piel sensible de Peter.
-Creo que deberíamos parar -dijo de pronto, aunque no se separó. Sin embargo, quitó amable y disimuladamente la mano coqueta de Tony de su cuerpo-. Te irás pronto, no quiero que te retraces.
-Necesito despedirme bien -dijo, juguetón, y mordió con delicadeza, arrancando en Peter un suspiro cargado de tensión-. Los japoneses pueden esperar.
Peter río.
-Dios, no quiero entrometerme en tu trabajo, Tony -soltó divertido, aunque en el fondo quería que parara porque, si continuaban, Gwen lo mandaría a la mierda. Tomó el rostro de Tony y le regaló un beso antes de guiarle a que se sentara correctamente en su propio asiento.
-Eres mi prioridad ahora, Peter, no te entrometes -dijo con calma, quitándose algunos botones de su camisa en busca de aire. Su hamburguesa estaba tirada en el piso del auto, cerca a sus pies. Pese a que todavía se veía la ferocidad y el hambre de Peter en sus ojos, chasqueó la lengua al ver sus carísimos zapatos manchados con salsa-. Eran mis favoritos.
Peter también se relajó. Se hizo un poco de aire, se enderezó completamente y, por suerte, su hamburguesa seguía tan bien como siempre. Se palmeó las mejillas para quitarse la excitación de hace un momento y habló:
-Puedes comer el mío.
-Quiero comer otra cosa, Peter, no una hamburguesa -dijo, mitad bromista, mitad insatisfecho por el corte abrupto a una follada-. Pero la acepto. Dentro de poco tengo que estar en el aeropuerto y la comida de ahí, del avión, es malísimo. ¿Sabías que no hay mucha diferencia en la comida de asientos de primera clase y la económica?
Peter volvió a reír, y le tendió la hamburguesa a Tony, quien comenzó a comer con leve desespero al ver la hora.
-Te irás pronto -dijo Peter de la nada, devorando las papas. En el fondo sentía mucha pena. En serio le gustó la química con Tony, le gustó eso que acababa de ocurrir ahora.
-Y volveré pronto -respondió Tony, devorando el último bocado y aprovechando la servilleta para contorsionarse y limpiarse los zapatos finos-. No podemos dejar esto así, no después de saber que quieres hacerlo.
Peter río por tercera ocasión, sin embargo, esta vez estaba nervioso. Quería hacerlo, sí, pero no de esa forma, no cuando tenía a alguien en casa que le amaba. Gwen en ningún momento había sido así de cercana con alguno de sus citas y dudaba siqueira que lo estuviera pensando por unos cuantos billetes. No como él, que no pensaba en los billetes pero sí en el placer sexual que Tony podía brindarle.
¿Acaso, se preguntó, estaba insatisfecho con Gwen? Con ella no lo había hecho desde hacía unas semanas. Ambos no eran muy activos tampoco y básicamente su tiempo, mente y todo tipo de deseo se lo había llevado la universidad, las deudas y el desempleo. ¿Era eso, la falta de actividad sexual, lo que le nublaba la mente y le pedía a gritos que se diera una oportunidad con Tony ahora? Porque Tony, fuera todo, era un imán atractivo que derrochaba sensualidad y masculinidad pura, y sabía, porque lo había leído en foros de Internet, que era buenísimo en la cama.
Quizás es eso, se dijo, la falta de sexo esta haciendo que me sienta desesperado.
De todas formas, no era la excusa. Debía, necesitaba, mantener su distancia a partir de ahora. Amaba a Gwen, en serio lo hacía. La conocía desde que ingresó a la universidad y se habían hecho novios tan pronto descubrieron que tenía ciertos intereses comunes. No podía faltarle el respeto de esa forma.
Sin embargo, decirle a Tony que estaba en una relación acabaría con todo, incluso con la amistad sana que estuvieron creando a partir de mensajes de texto. No quería perderlo, pero tampoco quería perder a Gwen.
-Tony... -llamó, inquieto, triste. La idea de que aquello se acabara le pesaba mucho. Tony podía olvidarlo con otro chico de la app, no perdía mucho después de todo, pero él... Él sí perdería a alguien a quien había comenzado a ver como cercano, íntimo si se ponía a pensar más allá-. Tony... tú...
-¿Si?
-Te irás pronto -dijo otra vez, viendo la cajetilla vacía de las papas en su regazo. Luego, se armó de valor y le vio a la cara-. Estaba pensando en eliminar mi perfil de la página, ya sabes. No quiero entrometerme más en ese mundo, quiero decir -tomó mucho aire-, es la primera vez que hago algo como esto.
-¿Lo dejarás? -preguntó Tony, el espanto en su rostro que buscaba ocultarlo con una suave sonrisa-. No te preocupes, podemos dejarlo ahora.
-No quiero dejarlo -respondió con rapidez-. Me gusta de hecho, es solo que es extraño. Estamos en lados distinto ahora. Me contrataste y hacemos todo eso, y posiblemente más.
-¿La idea de sexo por dinero te incomoda?
-No es el punto. Es solo que estaba pensando en eliminar todo y me quedaba la duda de si tú y yo seguiríamos con esto. Te irás pronto, estarás lejos. No nos veremos ni hablaremos mucho porque estarás en reuniones. Quizás se pierda un poco lo que se construyó, ¿no?
Tony largó una suave risa.
-Lo primero que haré al pisar tierras estaunidenses será buscarte, Peter. Esto no se ha acabado. De todas formas, si te preocupa la paga, podemos hacerlo algo más exclusivo.
Peter tragó saliva. No era lo que buscaba, se dijo, una no relación con Tony estaba bien. Le gustaba como ahora, como estaban. Sin detalles como besos en los autos porque quería mantener ese aire profesional del que Gwen le había hablado una vez. Aunque consideraba que estaba dándole demasiadas vueltas al asunto, tenía un punto válido.
-Sigamos como estamos, solo eso. Me gusta la relación así -dijo entonces.
-Como gustes, cariño. No me iré a ninguna parte.
-Solo a Japón -río por su chiste, aunque la tranquilidad y el nerviosismo de saber que Tony seguiría ahí también le hacía sonreír.
-Sí, solo a Japón... Quizás me acompañes a la próxima -comentó..
-Quizás...
Tony le sonrió y Peter le devolvió la sonrisa, y en un suave movimiento que no iba a perderse, se inclinó hacia adelante para recibir un último beso porque, a partir de ahora, le pondría el límite que Gwen tanto le había recomendando.
.
Fic en decadencia.
Próximo capítulo, time skip de unos meses supongo.
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SugarDaddy.com
FanfictionDespués de no tener con qué mantenerse, Gwen tiene la fabulosa idea de registrarse junto a Peter en una página en búsqueda de algún Sugar daddy. GwenxPeter TonyxPeter Menciones a otros shipps. Advertencia: Eventos rápidos, pocas descripciones.