SÁBADO

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- ... Y bueno, con eso terminamos el noticiero de la tarde. La algarabía por la Semana de los Héroes llegó a su punto más alegre, ¡Y esta es la noche de los bailes escolares y las noches de fiesta en todo París! Celebren con precaución y no permitan que nada, ni siquiera esa inusual fuga de gas que destruyó una cuadra entera, los detenga de celebrar este día como se debe. Esta ha sido Nadja Chamak y les deseo un gran día!

- Apágalo.

El hombre presionó un botón y apagó el televisor frente a ellos. Su interlocutora, una mujer madura y ciega, respiraba a través de los dientes, furiosa.

- Deberíamos estar agradecidos de que pudimos mitigar la desastrosa misión de ayer, señora. En los medios sólo hablaron de ella como una pequeña explosión de gas y la alcaldesa Bustier no tiene nada que la haga sospechar de lo que hacemos.

- ¡No hay nada que agradecer! Hemos quedado como absolutos idiotas. 2-017 es nuestro más efectivo espécimen. ¡Demostrar esas habilidades tan evolucionadas...!

- En verdad es fascinante. Pero eso es justo lo que la hace peligrosa.

- Envía más soldados por ella. ¡Hazlo!

- Ir por ella después de hoy sólo arruinaría el factor sorpresa. Debemos esperar a que baje la guardia o sólo destruirá a más de nuestros soldados. Y hasta donde sé, replicar los poderes de Akumas es demasiado difícil para estar enviando más de nuestros agentes de forma descuidada.

- ¿Y qué debemos hacer? - Insistió la mujer.

- Esperar.

- ¿Esperar?

- Esperar. Ella cometerá un error. Tarde o temprano todos lo hacen. Y ella también lo hará... Así que por ahora... No hay nada más que esperar.

- Quiero resultados, Sousuke. Quiero que no salgas de esta horrible ciudad hasta que me la traigas, podamos trozar su cerebro y estudiar qué salió tan bien con ella. Empieza a trabajar.

- Como guste, señora Tsurugi.

Tomoe Tsurugi caminó fuera de la habitación, dejando sólo al hombre, quien sólo miró de reojo a Rose en las demás pantallas.

- Ya te atraparemos... Rosita. Es la Semana de los Héroes... Así que te cederé esta noche.

. . .

- ¿Rosita? ¡Rosita! ¡Amor, despierta! ¡Por favor, despierta!

Rose abrió los ojos pesadamente. Lo primero que vió fue a su madre, por lo que no pudo evitar asustarse ante la imagen de su anterior maltratadora. Le tomó unos segundos recordar que la había acondicionado a ser una madre abnegada y amable. Unas ligeras ojeras se manifestaban bajo sus ojos, pero aún así le mostraba una dulce sonrisa mientras tomaba sus manos para que pudiera sentarse en la cama, ayudándola de forma amable.

- Ay, hijita... ¡Por fin despertaste!

- ¿M-mamá? ¿Qué pasó? - empezó a preguntar Rose.

- Bueno, oficialmente dormiste un día entero, querida.

- ¿U-un día entero?

- Sí... Empezaba a preocuparme. P-pero pediste que no te llevase al hospital. Así que te traté lo mejor que pude... ¿Hi-hice bien?

La preocupación en el hilo de voz de su madre hizo a Rose sentirse triste por ella por primera vez en tantos años. Aun cuando estaba consciente que su trato tan dulce y lindo se debía a la sugestión de su telepatía, sentir ese afecto que tanto añoraba de su madre no le permitió mantener compostura, por lo que abrazó a su madre con cariño. La mujer respondió también con un dulce abrazo que cortó rápido para empezar a revisarla.

Miraculous Chronicles: Lady in BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora