Capítulo 34

1.3K 74 22
                                    

Narración de Lizbeth

Caminó un par de pasos hacía mí, y por inercia yo retrocedí. En un rápido movimiento tomó mi cintura con sus manos, obligándome a dejar de retroceder -¿Te parece que maldecirme a mitad de la noche y decirme bruja, es de cariño?- su mirada estaba fija en mí -Podrían vernos- fue mi excusa para alejarme de ella.

Me alejé un par de metros -Deja de hacer eso- me miró de forma amenazante -¿Hacer qué?- me hice la confundida, aunque creo que sé a lo que se refiere -Huyes de mí, me ignoras, me evitas, y ahora resulta que la niña se preocupa de si nos ven o no- podía notar la molestia tanto en su rostro como en su voz.

-¿Y?- sé que esto es un error, pero recordemos cual es mi frase. Si engañas a los demás, engañas a tu mente. Y yo debo actuar con indiferencia, al fin y al cabo no es como si la estuviera lastimando, a ella solo le interesó sexualmente, es obvio. -¿Y? ¿Cómo qué y?- fingí una sonrisa, de esas cínicas que me salen tan natural, y hablé -Yo soy un intentó de amante, no tu mujer, ni mucho menos tu esposa. Yo no debo darte un trato especial- creí ver un destello de decepción en sus ojos, seguramente fue imaginación mía. Pues en seguida soltó una pequeña risa, ¿De qué se burla? Se esta burlando de mí -¿Cuál es el chiste?- respondí un poco irritada -No ninguno. Me causa gracia que hayas creído que yo quería un trato especial- lo dijo de una forma tan, tan insolente, que me sentí como una estúpida.

-Ve y cógete a tu esposo y deja de perseguirme a mí. Bruja.- salí rápidamente de la cocina, pues no soportaba las ganas de decirle hasta de lo que iba a morir, pero sin duda mis ganas de besarla eran mucho peor.

Entré a mi habitación, estuve un buen rato sin hacer nada, simplemente sentada en mi cama, observando la oscuridad, no sé en que momento me quedé dormida pero lo hice.

La alarma sonó.

Abrí mis ojos, y la conversación que tuve con Titania, fue lo primero que mi mente procesó. Que se vaya al carajo. Salté de la cama y fui a ducharme. Al salir, me maquillé, no sé porque pero hoy tenía ganas de ser la maldita perra que todos aman y muchos odian. Elegí mi outfit.

Hacía frío, de hecho parecía que iba a llover, pero eso no va a arruinar mi día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hacía frío, de hecho parecía que iba a llover, pero eso no va a arruinar mi día. Además hoy teníamos partido a las 11:00 a.m y nos tocaba recibir a nosotras, entonces sería en el colegio. Por ende solo tendré estás primeras horas.

Sorpresivamente, revisé mi celular y vaya hoy voy temprano.

Bajé las escaleras y Martha estaba ahí -Su té esta listo señorita- me extendió mi termo -Gracias- le di una suave sonrisa -Dile a Sebastián que venga por favor- le pedí -Enseguida- se fue.

En eso mamá apareció, al parecer estaba en la cocina -Buen día mi vida- me dió un beso en la mejilla -Buen día mamá- miré a mi alrededor y luego devolví mi vista a ella -¿Y los señores Ron?- por un segundo creí que me cruzaría con Titania. -Se fueron desde hace un rato- le resto importancia. -Princesa me tengo que ir, tengo un caso importante- una vez más beso mi mejilla y salió con prisa.

La Profesora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora