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*narra Gavi*

Las cuatro siguientes fueron interminables, a María la trasladaron a uno de los hospitales de Barcelona. Cuando llevaba dos semanas en coma pensamos que sería buena idea que estuviese lo más cerca de casa posible.

Sus padres habían venido a verla todos los días pero habían perdido la esperanza, cosa que yo no haría. Dormí todas las noches en el hospital y no me separé de su lado ni un segundo, si despertaba quería que me viese allí

— Hola -dijo Lucía llegando- ¿qué tal está?
— Igual que siempre -dije suspirando- ni siquiera mueve un dedo
— Gavi deberías de irte a dormir a casa -me dijo- yo me quedaré esta noche

Lucia y Pedri se habían vuelto a venir a vivir a casa, sabían que el accidente había sido muy duro para mí y no querían dejarme solo, en parte lo agradecía ya que echaba de menos estar todos juntos como antes y ahora casi todo volvía a la normalidad, estaba deseando que María despertase para darle la gran noticia de que nuestros amigos volvían a vivir con nosotros

— No -dije- Lu ya hemos tenido esta conversación muchas veces no me pienso ir de aquí hasta que despierte
— Pero porque no vas te das una buena ducha y duermes un poco
— Ya me quito de aquí para ir a entrenar no voy a irme un día entero
— Gavi -dijo- aunque me duela decir esto ayer no despertó hace dos semanas tampoco ¿crees que lo hará hoy?
— No puedo más -dije pasando mi mano por la cara- de verdad que no puedo más
— Lo sé -dijo poniendo su mano en mi hombro- ha sido un mes duro -añadió- ¿sabes algo de la denuncia?
— No he podido hacerla -dije- tanto el abogado de mi familia como Xavi piensan que toda mi carrera se iría a la mierda si denuncio, yo saldría perdiendo porque fui yo quien empezó esa pelea -añadió suspirando- maldito sea el momento en el que lo hice
— Oye -dijo- lo hiciste para protegerla, ella se metió en medio y ese gilipollas le pego no tienes la culpa
— Gracias por apoyarme lu
— De nada -dijo- y ahora por favor ella también querría que tú descansaras un poco -añadió- ve a casa descansa y mañana por la mañana vienes
— Tiene razón -dijo Pedri llegando- yo me quedaré también esta noche -añadió- Gavi estás echando a perder tu vida por estar aquí sentado esperando un milagro
— Va a despertar -dije- lo se
— Claro que sí pero que tú estés aquí esperando a que lo haga solo hace que tú también eches tu vida a perder
— Tenéis razón quizás debería irme a dormir esta noche a casa
— ¿Quieres que me vaya contigo? -me preguntó Pedri- no quiero que estés solo
— Está bien -dije- Lu por favor
— Si te aviso si pasa algo no te preocupes serás el primero en saberlo
— Gracias -dije dándole un abrazo- nos vemos mañana princesa -añadí dándole un beso en la cabeza a María- hasta mañana Lu

Me fui de allí sin saber si era o no era buena opción, cogimos mi coche y nos dirigimos a casa. La casa estaba tan vacía sin ella que ni siquiera me apetecía estar allí. Me duchaba y me cambiaba en el hospital así que hacía mucho tiempo que no pasaba por ahí

Subí a mi habitación y dejé todas las cosas que traía, tenía ganas de una buena ducha caliente así que lo primero que hice fue meterme en la ducha para despejarme un poco

Cuando salí, me puse el pijama y me dirigí hacia la cocina para comer algo. Pedri estaba allí, se había duchado al igual que yo y estaba preparando algo de comer que olía de maravilla

— Mi madre te hizo croquetas -dijo- sabía lo mal que lo estabas pasando y quiso ayudar
— Tu madre es la mejor -dije-
— Si que lo es

Nos sentamos en la mesa y nos pusimos a cenar en silencio, mi mente no paraba de darle vueltas al mismo tema, temia que no despertase nunca y la perdiese

Cuando terminamos de cenar ayude a Pedri a recoger todas las cosas de la cocina, quería tener mi mente despejada para poder dormir un poco y descansar

En los entrenamientos no rendía, estaba cansado de dormir siempre en una silla de hospital y mi mente siempre estaba allí con ella, había dejado de ser titular y había pasado a jugar pocos minutos en algunos partidos, siempre que fuesen en Barcelona ya que nunca volaba a las diferentes ciudades, no quería estar muy lejos si ella despertaba

La casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora