¡¿Des... DESTERRADA?!

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Un día en el Cielo...

- ¡¿Cómo es posible esto, Ennid?! - Me dijo Sera, que estaba al lado de Adán.

- ¡Has descuidado a la humanidad! - Ahora habló Adán.

- Lo sé, pero...

- ¡No hay peros, Ennid! - Me interrumpió Sera, enojada.

- Este error no tiene perdón. - Dijo Adán con los brazos cruzados.

- Tendremos un juicio, ¡ahora!

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Ya estaban todos listos para el juicio. Pero yo estaba muy nerviosa. No quería que por un error yo... Me expulsarán del Cielo.

Ennid, tú eres una de los ángeles más importantes de todo el Cielo. No puedes cometer un error así de grande. - Me habló Sera desde arriba, con el metiche de Adán a su lado otra vez.

Qué metiche.

- Sí, perdón, pero...

- No, te dije que no hay peros, Ennid. - Por primera vez, la ví enojada. Su expresión mostraba furia, al igual que sus ojos y tenía su mandíbula apretada, daba miedo.

- ¡¿No viste lo qué hiciste?! - Adán se metió a la conversación. Pff... Era tan chismoso que caía mal, iba a voltearle los ojos pero me contuve. - La Tierra ahora está prácticamente destrozada, hay caos por todas partes. - Como si a él le importará mucho la humanidad.

- Es cierto, hay guerras por todos lados, peleas y ofensas. ¡Por tu culpa, Ennid! - Vale. Tal vez tenga un poco de culpa, pero tampoco es para tanto... ¿no?

- ¿Acaso quieres que Dios se enoje? - Me quedé pálida en ese momento, Dios era muy paciente y si se enojaba, de seguro causaba algo así como una guerra en el Cielo.

- Tú... - Adán me señaló con su dedo acusador. - Eres un ángel observador, Ennid.

- No debes vigilar el Infierno, tu deber es vigilar la humanidad para que haya paz allí, como lo había dicho Dios. ¿No crees?

Bueno, tal vez si era un problema grande. Yo soy un ángel que vigila la humanidad, me encargaba de los humanos y la paz entre ellos. Pero después, supe del Hazbin Hotel y no voy a mentir, me mataba la curiosidad y empecé a observar el infierno y después descuidé la humanidad. Pero solo fue un poco, tampoco es como si haya hecho algo verdaderamente horrible, ¿verdad?

- No... No creo que fue para tanto... - Ví como los ojos de Sera me mataban con solo mirarme, como si tuviera la culpa de todos sus problemas.

LO SON, TONTA

Ay, a veces odio a mi misma al pensar esas cosas.

- Adán... - Adán, al oír a Sera, chasqueó los dedos y bajó la esfera y casi enseguida mostraba las imágenes de la humanidad en esos momentos. Abrí los ojos como platos cuando ví que todos estaban peleándose, con armas, palabras y golpes y todo por... Mi culpa.

- ¡¿Has visto lo que haz hecho?! - Ahora habló el idiota de Adán, siempre me ha caído de la patada. Pero, no era él quién me preocupaba, era Sera. Todo el tiempo me había visto con ojos de pistola y eso me ponía los pelos de punta. Un escalofrío llegó a mi cuerpo cuando hicimos contacto visual.

- Bien. Esto ya no tiene perdón, Ennid. Pero por tus acciones, tu irresponsabilidad y tus errores... Tú, Ennid, estás desterrada del Cielo.

No... ¡No! Yo no puedo estar en el infierno, he escuchado que era un lugar horrible y cuando observaba ese lugar, parecía que todo era cierto. Armas, drogas, peleas, insultos... Yo no podía estar ahí.
Y también he oído de Lucifer, he visto en el Infierno que es muy atractivo, pero por lo que he oído, era muy extraño y había "robado" a la esposa de Adán, Lilith. Entonces, él sería peor que Adán.

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- ¡NO, POR FAVOR! - Rogué, aterrada.

- No se diga más... - Adán me tomó del brazo y me empujó hacía las puertas del Cielo y me lanzó.

- ¡AAAAAAH!

¡BUM!

Caí al suelo de cara.

Auch, había dolido.

Algún día pagarás, idiota

Me levanté y sacudí el polvo de mi vestido, miré alrededor y a pocos metros estaba... ¡El Hazbin Hotel! Wow, era mucho más grande de lo que pensé. ¿Por qué era tan grande si solo hay como dos huéspedes? No lo sé.

Caminé hacia allí, no pude resistirlo, era demasiado curiosa. Abrí las puertas del hotel sigilosamente.

Ví a un gato de estatura baja, con alas rojas y negras y en su mano tenía una botella de alcohol, a su lado una araña de estatura alta, no sé si eran por los tacones negros altos que llevaba puestos, un traje rosa con blanco y un moño negro en él. Parecía estar coqueteando con ese gato y estaban en algo así como una recepción-bar.

Enfrente de ellos, habían tres sillones rojos, donde habían dos chicas. Una de cabello rubio con un traje rojo y a su lado una chica de cabello blanco y moño rojo. Se me hacía bastante familiar... Bueno... Adelante de ellas estaba un demonio de estatura alta, traje rojo al igual que su cabello y unas orejitas de venado adorables, en su mano tenía un micrófono.

Da miedo, pero es adorable.

Esperen...

Llegó alguien más...

¡L-Lucifer! ¡No! Tenía que salir de ahí ahora...

Me sorprendí cuando la chica de rubio jaló de mi brazo para evitar que saliera y entré, llamando la atención de todos los de ahí. Me sentí incómoda al ver que todos clavaban la mirada hacia mí.

- ¡Hola! - Habló la chica de rubio.

- H-Hola. - Dije muy nerviosa.

- ¡Bienvenida al Hazbin Hotel! - Dijo mientras abría sus brazos a los lados. - ¿Cuál es tu nombre?

- Eh... E-Ennid.

Vale, ¿podrías ocultar tus nervios un poco más? Podría resultarnos bien, ¿no?

- ¡Ennid, eres bienvenida a este Hotel para tu redención. Yo soy Charlie. Ven, te presento a mis amigos. - Jaló de mis manos hacia los demás. Nos detuvimos enfrente del sofá. - Ella es Vaggie, mi novia. - Curiosamente, esa chica me era familiar. Me dió una vuelta para mirar a ese demonio con sonrisa aterradora, daba miedo. - Él es Alastor, el anfitrión del hotel. - Me llevó al bar. - Ellos son Husk, el bartender y recepcionista, y Angel, un huésped. - Me guío hacía Lucifer. - Él es Lucifer, mi papá.

- ¡¿TÚ PAPÁ?!

¡¿PODRÍAS INTENTAR SER UN POCO MENOS EXPRESIVA, CARAY?!

Lucifer río suavemente ante mi reacción.

Estúpida reacción, querrás decir.

- Así es, ¿eres nueva por aquí no, Ennid? No te había visto. - Me dijo Lucifer. Creo que su encantadora sonrisa me hizo sonrojar al sentir el calor subiendo a mis mejillas.

- S-Si, soy nueva aquí.

- Pues, bienvenida al hotel de mi hija, es un gusto, Ennid. - Me estrechó la mano y la tomé amistosamente.

- ¿Nos conocíamos? - Me habló Vaggie.

- Hmm... Según yo, no. -Respondí con mi mejor sonrisa.

- Bueno, Husk te dará la llave de tu habitación y te dará un pequeño recorrido. - Charlie habló.

- ¿Yo? ¿Por qué yo? - Habló el gato malhumorado, poniendo su botella en la barra del bar. - Hay opciones para pedirle ese favor a alguien, no solo yo, ¿sabían?

- Amigo mío. Sabes que ese es tu trabajo como el bartender y recepcionista del hotel. ¿O ese no es tu trabajo?. - Le dijo Alastor, por un momento, todo se volvió negro.

Más te vale no enojar al venadito, Ennid.

- Mierda. Tú ganas. - Empezó a buscar una llave.

- Así que tú eres... Perdón, pero, ¿qué tipo de demonio eres? - Habló la araña, creo que se llamaba Angel.

- Yo... En realidad no soy un demonio. Soy... - Carraspeé mi garganta.

- ¡¿Un ángel?! - Habló una pequeña con un solo ojo, después fue corriendo a la cocina.

Eso... Fue lo más random que he visto en toda mi vida como ángel observador, y eso que he visto demasiadas cosas raras.

Estoy de acuerdo con mi conciencia.

- ¿Eres... Un ángel? - Habló Vaggie, asustada.

- Yo... Sí... - Bajé la mirada.

- ¡¿Eres una espía de Adán?! - Dijo Lucifer, asustado y enojado a la vez.

- ¡¿Q-Qué?!, ¡no!

- ¡¿Entonces?! - Ahora fue turno de Angel

- Me... Expulsaron del Cielo...

Un gran silencio...

- ¿Por qué no me sorprende? - Dijo Lucifer.

- Entonces... ¿Por qué? - Habló Charlie.

- Cometí un error gigante al descuidar la humanidad, y el estúpido de Adán fue de chismoso con Sera, antes de que lo solucionará todo.

Hubo otro silencio, hasta que ví como esa pequeña iba a por mí con un cuchillo en su mano. Empecé a correr por mi vida.

- AAAAAH! - Dije mientras intentaba escapar.

- ¡NIFFTY! - Angel fue a por ella.

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Después de un rato corriendo por mi vida, pudieron atrapar a esa pequeña llamada Niffty y le explicaron porque no tenía que matarme. Jejeje.

No sé quién da más miedo, ¿Alastor, Sera o Niffty?

Husk me dió un recorrido, aunque es un gato amargado, pero era... ¿Cómo decirlo?, era muy buena onda. De hecho, todos los del Hazbin Hotel, no... No eran como me contaron los demás ángeles.

- Bienvenida al Hazbin Hotel, Ennid. - Dijo Charlie mientras me daba un abrazo y después, entré a mi nueva habitación.

Este iba a ser un cambio enorme, espero que no haya problemas después. Aunque para ser sincera, sí da miedo estar en el infierno.

No seas cobarde

Ojalá hubiera un botón para apagar mi conciencia.

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Gracias por leer ❤️

Ennid: Hazbin Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora