(9)- El sacrificio

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Capítulo 9: El Sacrificio

La atmósfera en la fábrica se volvió densa, casi sofocante. (T/N), Okarun y Momo sostenían sus posiciones alrededor del altar, la luz del medallón irradiando un resplandor suave pero firme en medio de la oscuridad. La entidad que habían enfrentado antes había regresado, pero esta vez más furiosa, con una presencia que desafiaba toda lógica. Parecía alimentarse de la energía del lugar, creciendo con cada segundo.

-¡Sigue con el ritual, Momo! -gritó (T/N), viendo cómo el círculo de protección comenzaba a debilitarse bajo el embate de la sombra.

Momo mantenía su concentración, recitando las palabras del ritual en un tono firme, aunque su respiración se hacía cada vez más entrecortada. La sombra arremetía contra el escudo, y cada impacto reverberaba como una onda que sacudía todo a su alrededor. Los tres sentían la tensión, pero sabían que el ritual debía completarse para sellar definitivamente a la entidad.

-¡No podemos rendirnos ahora! -exclamó Okarun, alzando el medallón con fuerza, su voz firme. -El poder del medallón depende de nuestra unión. ¡Debemos concentrar todo lo que tenemos en esto!

La voz de Okarun hizo que (T/N) mirara a sus amigos con una comprensión renovada. La batalla que enfrentaban no era solo una lucha contra la sombra, sino también una prueba de su vínculo y determinación. Con ese pensamiento en mente, (T/N) dio un paso adelante, preparándose para hacer lo que fuera necesario.

La entidad, al percibir la determinación de (T/N), se lanzó hacia ellos con una furia desbordante, y el círculo protector comenzó a ceder, el brillo del medallón parpadeando como si su energía se extinguiera lentamente. En ese instante, (T/N) supo que el momento de actuar había llegado, aunque eso significara arriesgarse más de lo que había pensado al principio.

-Okarun, Momo... confíen en mí. -(T/N) murmuró con un tono decidido, avanzando hacia la sombra con el medallón en alto.

-¡(T/N), espera! -gritó Momo, pero ya era demasiado tarde; (T/N) había cruzado la barrera del círculo de protección, acercándose al corazón de la entidad.

La energía del medallón comenzó a irradiar con más intensidad mientras (T/N) lo sostenía firme en sus manos. La sombra retrocedió un instante, como si percibiera el poder que emanaba de ese pequeño objeto. Aprovechando la pausa, (T/N) canalizó toda su energía y se concentró en un solo pensamiento: liberar la oscuridad que había estado atrapada en ese lugar durante tanto tiempo.

Okarun, al ver la valentía de (T/N), reaccionó de inmediato. -¡Vamos, Momo! ¡Tenemos que unir nuestra energía al medallón!

Sin dudarlo, Momo y Okarun se acercaron al límite del círculo y comenzaron a canalizar su poder hacia (T/N), sosteniéndolo con todas sus fuerzas. La conexión entre ellos se hizo palpable, casi tangible; era una corriente de energía que fluía desde sus corazones hacia el medallón, formando una barrera de luz cada vez más intensa.

-¡Tienes que regresar al lugar de donde viniste! -exclamó (T/N), y con cada palabra sentía cómo la esencia del medallón resonaba en su interior, como si una voz antigua hablara a través de él.

La sombra tembló ante la luz, debilitándose, sus contornos comenzando a desmoronarse. (T/N) sabía que el sacrificio que estaban haciendo los tres, al canalizar toda su energía en el medallón, estaba funcionando. Sin embargo, también sentía que su propia fuerza se desvanecía, como si estuviera entregando una parte de sí mismo en el proceso.

-¡Un último esfuerzo! -gritó Okarun, su voz resonando en la sala. Momo, con lágrimas en los ojos, continuaba recitando el ritual, mientras el medallón emitía un estallido de luz pura que atravesó la fábrica.

Con una última ola de energía, (T/N) apretó el medallón y liberó todo lo que quedaba dentro de él. La sombra soltó un grito desgarrador, y en un destello final, se disolvió en el aire, dejando solo silencio y calma en el lugar. La luz del medallón parpadeó una última vez y luego se apagó, señal de que la entidad había sido sellada para siempre.

(T/N) cayó de rodillas, exhausto, sintiendo el peso del sacrificio en cada fibra de su ser. Okarun y Momo se apresuraron a su lado, arrodillándose junto a él.

-¿Estás bien? -preguntó Momo con voz temblorosa, colocándole una mano en el hombro.

-Lo... lo logramos -susurró (T/N), mirando a sus amigos con una sonrisa débil pero satisfecha. -Fue gracias a ustedes.

El ambiente en la fábrica había cambiado. El peso oscuro que había persistido en el aire ya no estaba; en su lugar, se sentía una paz profunda. Okarun tomó el medallón apagado en sus manos y lo observó en silencio, consciente de que aquel objeto había sido más que una simple herramienta en su lucha; había sido el vínculo que los unió y les dio la fuerza para vencer.

-No hemos terminado -dijo Okarun finalmente, rompiendo el silencio. -Este medallón todavía guarda secretos, y tenemos que descubrir lo que realmente significa todo esto.

Momo asintió, y (T/N) también, con una chispa de determinación en sus ojos. Sabían que la entidad había sido sellada, pero también sentían que su camino no había terminado. Había más preguntas que respuestas, y ellos estaban listos para seguir adelante, no solo como amigos, sino como un equipo forjado en las llamas de la batalla.

Mientras salían de la fábrica, (T/N) se dio cuenta de que la conexión que sentía con el medallón y con sus amigos había cambiado para siempre. En ese instante comprendió que, aunque la oscuridad había sido derrotada, su viaje apenas comenzaba.

Entre Sombras (Dan Da Dan Fanfic) X Female ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora