Leo Manoban había llegado a un punto en el que la lealtad y el amor parecían dos fuerzas opuestas que se desgarraban en su interior. Después de la misión con Xu-Kai y el mensaje urgente de Jisoo, la tensión era insoportable. Los secretos que guardaba, sus emociones encontradas hacia Jennie, y el peso de su responsabilidad en el imperio de Xu-Kai lo sumergían en un torbellino del cual no veía escapatoria.
Esa noche en el bar
Leo llegó al bar donde Jisoo le había dicho que lo encontraría. Era un lugar oscuro y discreto, lejos de las miradas curiosas. Cuando entró, vio a Jisoo sentado en una esquina, esperando con una expresión sombría. Al verlo, Leo se acercó y se sentó frente a él, sin saber si el tema de esa conversación lo haría tambalearse aún más.
—Gracias por venir, hermano —dijo Jisoo, levantando la mirada para encontrarse con los ojos de Leo.
—Dime qué pasa, Jisoo. Sé que no me habrías llamado aquí sin una razón importante.
Jisoo exhaló lentamente, como si estuviera tratando de encontrar las palabras adecuadas.
—Xu-Kai no es lo que crees, Leo. Hay cosas que no sabes… cosas que podrían hacerte cuestionar tu lealtad hacia él.
Leo se tensó. Aunque sabía que Xu-Kai era un hombre complicado, era la primera vez que escuchaba algo tan serio de Jisoo, quien había estado con él desde que empezaron en este mundo.
—¿A qué te refieres, Jisoo? ¿Qué es lo que no sé?
—Xu-Kai ha estado manejando tus movimientos, tus decisiones, tus propias amistades. No te has dado cuenta, pero te ha aislado de las personas que amas… y no es casualidad. Él sabe lo que sientes por Jennie, y está dispuesto a usar eso en tu contra si alguna vez decides apartarte de su lado.
Las palabras de Jisoo golpearon a Leo como un martillazo. Siempre había pensado que su relación con Jennie era un secreto, algo que Xu-Kai no podía saber. Pero ahora, la idea de que su propio jefe estuviera al tanto de sus sentimientos le producía un escalofrío.
—No puede ser, Jisoo. Xu-Kai confía en mí. Si supiera algo, ya me lo habría hecho saber.
—Leo, entiende algo: en este mundo, la confianza es una herramienta, no un sentimiento genuino. Xu-Kai usa la confianza para mantenerte cerca, para asegurarse de que no traiciones sus intereses. Y si en algún momento él cree que eres una amenaza… no dudará en eliminarte. Lo mismo vale para Jennie.
Leo sintió un nudo en el estómago. Jennie era su punto débil, y ahora Xu-Kai tenía esa información. De repente, las palabras de advertencia de Jisoo comenzaron a resonar en su cabeza. Todo lo que había creído sobre su lealtad, su posición, e incluso su relación con Jennie, se sentía frágil y amenazado.
Días después
Leo comenzó a actuar con cautela, observando cada movimiento de Xu-Kai y de aquellos que le rodeaban. Decidió mantener en secreto su conversación con Jisoo, temiendo que cualquier indicio de duda pudiera delatarlo. En cada reunión, cada misión, observaba cómo Xu-Kai movía los hilos, manipulando a sus aliados y enemigos con la habilidad de un estratega experimentado.
Una tarde, mientras estaba en la base de operaciones, Leo recibió un mensaje de Xu-Kai pidiéndole que lo visitara en su oficina. La incertidumbre lo invadió, pero no podía mostrar debilidad. Entró en la oficina, donde Xu-Kai lo esperaba con una sonrisa en el rostro, un gesto que a Leo le resultaba desconcertante.
—Leo, has hecho un gran trabajo. No sé si alguna vez te lo he dicho, pero veo un enorme potencial en ti. En esta vida, pocos llegan tan lejos, y menos aún logran ganarse mi respeto como tú lo has hecho.
Leo forzó una sonrisa, aunque su mente estaba en alerta máxima. No sabía si Xu-Kai estaba siendo sincero o si simplemente lo estaba poniendo a prueba.
—Gracias, Xu-Kai. Tú me diste esta oportunidad, y no tengo intenciones de decepcionarte.
Xu-Kai lo miró fijamente, como si intentara leer cada pensamiento oculto en su mente.
—Me alegra escuchar eso, Leo. Aunque he notado que últimamente estás un poco distante… tal vez preocupado. Sé que esta vida puede ser difícil, pero debes recordar que somos una familia aquí. Y en una familia, la lealtad es lo más importante.
La tensión en el ambiente era palpable. Leo intentaba mantener la calma, pero la sensación de estar siendo vigilado le resultaba inquietante. Sentía que Xu-Kai estaba midiendo cada reacción, buscando señales de debilidad o traición.
—Lo sé, Xu-Kai. Estoy comprometido con nuestra causa. Puedes confiar en mí.
Xu-Kai asintió lentamente, como si estuviera evaluando la respuesta. Luego, se inclinó hacia adelante y habló en un tono más bajo.
—Quiero que sepas que, si en algún momento tienes dudas o preguntas, puedes venir a mí. No necesito a alguien que sea perfecto; necesito a alguien que esté dispuesto a hacer lo necesario, aunque sea doloroso.
Leo asintió, tratando de ocultar la inquietud que crecía en su interior. La conversación parecía haber terminado, pero Leo sabía que Xu-Kai lo había puesto en alerta, que cada palabra había sido una advertencia velada.
Esa misma noche
Leo salió a buscar a Jennie, incapaz de contener la mezcla de emociones que lo embargaban. Encontrarse con ella era el único momento en que podía ser él mismo, sin la necesidad de fingir o esconderse. Al verla, la abrazó con fuerza, sintiendo cómo sus preocupaciones parecían desvanecerse, aunque solo fuera por un instante.
—Jennie, te necesito ahora más que nunca. Todo esto me está consumiendo, y no sé cuánto más podré aguantarlo.
Jennie lo miró con ternura, entendiendo el dolor que llevaba en su interior.
—Leo, sé que esto es difícil. Pero no estás solo en esto. No importa lo que pase, siempre estaré a tu lado. No dejaremos que Xu-Kai nos controle.
Leo la miró, y en sus ojos vio la determinación que lo inspiraba a seguir adelante. Sabía que no podía dejarla ir, que sin Jennie, todo lo que hacía no tenía sentido.
Al día siguiente
Leo tomó una decisión. Sabía que Xu-Kai representaba una amenaza para él y para Jennie, y que, si quería escapar de su control, tendría que tomar un riesgo. Con la ayuda de Jisoo, comenzó a planificar una salida; un plan que le permitiera liberarse de Xu-Kai sin exponer a Jennie al peligro.
Jisoo le advirtió que era un movimiento peligroso. Escapar de Xu-Kai no sería fácil, y cualquier error podría ser fatal. Sin embargo, Leo estaba decidido. No podía seguir en esa vida indefinidamente; tenía que encontrar una manera de liberarse, incluso si eso significaba traicionar a Xu-Kai.
Días después, en una reunión secreta
Leo y Jisoo, junto con un pequeño grupo de aliados, se reunieron en un lugar seguro. Habían ideado un plan para exponer las actividades ilícitas de Xu-Kai y desmantelar su imperio desde dentro. Sin embargo, sabían que Xu-Kai siempre tenía ojos en todas partes y que cualquier paso en falso podría poner en peligro no solo sus vidas, sino también las de aquellos que amaban.
—Esta es nuestra única oportunidad, Leo —dijo Jisoo—. Si queremos salir de esto vivos, tendremos que actuar rápido y sin errores.
Leo asintió, consciente de lo que estaba en juego. Pero también sabía que era ahora o nunca. Si Xu-Kai descubría sus intenciones, no tendría ninguna piedad.
Esa misma noche
Leo regresó al apartamento donde Jennie lo esperaba, y le confesó el plan. Jennie, aunque preocupada, entendía que esta era la única forma de liberarse de la sombra de Xu-Kai. Ambos sabían que el riesgo era enorme, pero estaban dispuestos a enfrentarlo juntos.
Leo se quedó en silencio, observando a Jennie con una mezcla de amor y determinación. Sabía que, pase lo que pase, haría todo lo posible para protegerla. Y aunque el camino que les esperaba era incierto, Leo estaba dispuesto a arriesgarlo todo para lograr la libertad.
Con un último beso, sellaron su compromiso. Ahora solo les quedaba dar el siguiente paso…
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Despedida Amarga (jenlin)
Historical FictionEn un mundo donde el amor y el peligro caminan de la mano, Leo Manoban, un joven con un pasado complejo, se encuentra atrapado en el torbellino de la vida universitaria y las expectativas familiares. Nacido intersex y apoyado por su familia para con...