Su móvil vibro de nuevo. Y otra vez. Y otra.
Cada una de las vibraciones eran, sin que él lo pudiese evitar, un recordatorio de lo que no quería afrontar ni pensar. También fueron la gota que colmaron el vaso, y sin mirar si quiera qué o quien era, apagó el móvil. Se pasó las manos por la cara y se dejó caer en el sofá, sintiéndose agotado mientras se hundía en los suaves cojines.
—Lamine Yamal — escuchó ese nombre en la tele, de fondo, haciendo que mirase a través de sus dedos, incapaz de quitar las manos de su cara.
Escuchó el discurso del chaval, notando lo nervioso que estaba. Una pequeña sonrisa se le escapó, pequeña e involuntaria, pensando en lo bien que le caía el chico, pese a estar en ese equipucho. Se merecía ganar el premio a mejor joven del mundo; lo que había hecho con 16 y 17 años era de todo menos normal.
Pensar en todo eso le dio un escalofrío. Decidió distraerse y despejar su mente levantándose a por algo de comer, sin poder evitar pensar que Gavi se estaba metiendo demasiado en su cabeza, tanto que estaba empezando a apreciar a los chicos del Barcelona por las anécdotas que el andaluz le contaba. Si Ancelotti o Florentino se enterase de eso se enfadarían mucho con él, o incluso algo peor.
Lo único que encontró en su cocina fue una barrita de cereales, y sin dudarlo, se la metió en la boca. Sabía que eso no era suficiente, pero no tuvo tiempo de rebuscar algo más cuando el timbre de su casa sonó.
Se quedó quieto unos segundos, dudando en si lo había escuchado o habían sido imaginaciones suyas. Cuando volvió a sonar, tragó lo que le quedaba de barrita para apresurarse a ir a la puerta, con el ceño fruncido porque le picasen a la puerta a esas horas de la noche.
Se quedó aún más sorprendido cuando en su puerta se encontraba un inseguro Gavi. Le miraba con ojos dudosos, como si estuviese teniendo una batalla interna de si debería estar ahí o no. Vinicius no estaba mucho mejor. Se había quedado petrificado, tanto, que ni siquiera había sido capaz de abrir la puerta del todo cuando su mano se había quedado parada. El menor se aclaró la garganta y se balanceó levemente sobre sus pies, mostrándose nervioso. Aún así, fue el primero en hablar.
—Hola.
—Eh... Hola, hola— Vinicius parpadeó varias veces, reaccionando en el momento en el que escuchó la voz del otro—. ¿Qué haces aquí?
—¿Puedo pasar?— murmuró, mordiéndose los labios y removiéndose incómodo.
—Claro, claro, pasa.
Se apartó de inmediato de la puerta, dejando que el menor pasase por su lado. Cerró la puerta tras él, fijándose en lo que hacía aquel chico. Su corazón se encogió con miedo y dolor cuando el otro dudó en qué debía hacer, pero se sintió aliviado cuando se quitó la chaqueta, la colgó y fue directo al salón. Eso fue un indicio de que no todo estaba perdido, seguía actuando como si fuese su casa y no la de un desconocido. O peor, la de un ex.
Ignoró el escalofrío que le recorrió y le siguió de inmediato, notando como el otro se había quedado quieto en medio del salón y miraba fijamente la tele, donde la gala del Balón de Oro seguía avanzando. En cuanto notó la presencia del brasileño, le dirigió una mirada entre aburrida y cansada.
—Te gusta torturarte, ¿eh?
—Bueno, qué puedo decir— dijo, sonriendo levemente mientras se sentaba en el sofá—. Siempre he tenido un lado masoquista.
Pablo suspiró, con un atisbo de sonrisa creciéndole en sus labios mientras se sentaba a su lado. El corazón del brasileño se calentó, pero ese momento no duró mucho. Supo que iba a ser un momento delicado cuando borró todo rastro de felicidad y habló de nuevo.
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Thoughts ; vini nd gavi
FanfictionOne-shots de Gavi y Vinicius como pareja. ¡! Basado completamente en la ficción, no quiero asumir sexualidades de ninguno de los personajes.