Capitulo 8: El Trato

17 4 0
                                    

Capitulo 8:
 el Trato. 


Un deja vu. Un hombre alto sostenía bajo su brazo a un niño que gritaba y pataleaba. Hace mucho tiempo ese hombre alto era Raditz, el niño era Gohan. Ahora el niño era el mismo Raditz.

La última vez que Goku había visto a su hermano, había ido a la Tierra con la intención de llevárselo, de hacer que se uniera al escuadrón de los Saiyajin y, al negarse Raditz había intentado matarlo. ¿Resultado? Ambos murieron en esa pelea.

Irónicamente, varias décadas después, Goku realmente se unió a los Saiyajin. Diferentes circunstancias, diferentes momentos. Pensar en ello hizo que Goku sintiera dolor de cabeza, y simplemente no podía apartar la mirada de ese mocoso que acusaban de meterse en territorio real.

"¡Bájame, imbécil!" Raditz gritó. Era un enano bastante mal hablado, perfecto para los estándares del planeta.

El guardia estaba a punto de escoltarlo al interior del palacio a las mazmorras, cuando una voz desde la ventana redonda justo encima de la gran puerta hizo callar a todos.

"¡Suficiente!"

Todos miraron hacia arriba bruscamente, todos excepto Vegeta, quien parpadeo y palideció. Goku lo miró desconcertado durante unos segundos, luego levantó la vista y encontró el motivo de tanta consternación.

Y, siendo honesto, simplemente no pudo contener un grito ahogado. Otro niño, más pequeño y mejor vestido, estaba sentado en la cornisa, con los brazos cruzados y una mirada dura.

Vestía un uniforme azul y su armadura tenía marcado el escudo de la realeza y además una larga capa roja. Ojos negros alargados, cabello castaño oscuro puntiagudo y un fleco que cubría su frente, la fotocopia exacta del hombre que Goku tenía a su lado, solo que en una versión reducida.

Cuando el niño saltó con gracia y aterrizó entre la multitud, todos retrocedieron e inclinaron la cabeza como muestra de su devoción.

"¿Qué está sucediendo?" preguntó el pequeño Vegeta. No debe tener más de cinco años, pero tenía el mismo tono autoritario que tenía cuando Goku lo conoció por primera vez.

El guardia que sostenía a Raditz se inclinó profundamente antes de hablar.

"Su Alteza, perdónanos" dijo. "Sospechamos que este pequeño monstruo está aquí sin permiso. Insiste en que es miembro de su escuadrón y que también es su amigo" continuó el guardia, mostrando a Raditz, mientras lo sostenía del tobillo.

El pequeño Vegeta se cruzó de brazos y con una sonrisa, observó a Raditz retorcerse.

"Son mentiras" dijo con desdén. Raditz se quedó en silencio y palideció. "Pero no del todo. Es miembro de mi escuadrón, pero no es mi amigo" agregó el pequeño Vegeta.

Raditz frunció los labios, pero ya no protestó por las risas y tirones de los guardias, tal vez debido a la humillación. Goku sintió una profunda oleada de lastima por él.

"No te encerraremos en las mazmorras, mocoso. Pero por mentirnos hoy limpiarás el suelo de la prisión" gruñó el guardia y, tras una reverencia a Su majestad, emprendió su camino hacia las mazmorras sujetando a Raditz por el tobillo.

"Perdónenos por el alboroto, Su Alteza" dijo otro soldado, y el príncipe Vegeta arrugó la nariz con desdén.

"Hm, incompetentes" siseó, luego camino hacia la entrada con los brazos aun cruzados y una expresión de disgusto. Entonces, finalmente, notó la presencia de Goku y Vegeta apenas separados de la multitud, frente a la puerta, mirándolo como si se tratara de un espejo. El pequeño Vegeta arqueo la ceja, pero no parecía particularmente sospechoso de sus identidades. "¡¿Qué diablos estas mirando?!" preguntó cínico.

HAKAIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora