31

1K 97 25
                                    

—¡Eu Mia!—sentí cómo alguien me sacudía del brazo, como si me intentara despertar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



—¡Eu Mia!—sentí cómo alguien me sacudía del brazo, como si me intentara despertar.—¡Miluchi!

Ese apodo.

Adormecida, abro mis ojos como si fuera la cosa más difícil del mundo; enseguida un destello de luz hace que mi mano actúe por si sola, tapando mis ojos de los rayos del sol. Miro para mis costado, buscando esa voz y lo único que puedo ver es el patio de la casa de mi abuela, donde tiempo después de que falleciera, empezara a vivir Thomas.

Mi cuerpo automáticamente, se para solo del pasto y arranco a caminar hasta entrar a la casa. Lo mas raro es que no había nadie, la casa estaba desolada, conmigo dentro y no se como llegue acá. Mis ojos se movían todo el tiempo viendo para todos lados, como si buscara algo, o mas bien a alguien.

—¡Ey nena, dale que llegamos tarde!—Una figura apareció en la puerta de entrada, era el, era Thomi. Sonreía y de forma rápida salió, desapareciendo de mi vista.

—¡Esperame!—le grito, y otra vez, mi cuerpo actuó solo, comenzando a seguir a mi hermano.

A lo lejos, lo vi subiéndose a mi auto, el Ford mustang negro que tanto le gustaba, y me hacía una seña con la cabeza para que subiera con el. Eso hice, pero en el momento que cerré la puerta con una sonrisa pintada en mi cara, y justo cuando mis ojos chocaron con los suyos, todo se volvió negro.

(...)

—¡Miluchi dale que tenemos que tocar!—mis ojos se volvieron a abrir ante ese apodo. En la puerta de lo que parecía ser un camerino, estaba parado Thomas, otra vez con esa sonrisa y sosteniendo las baquetas para tocar la batería.

Una vez mas, me paro y lo sigo. En ese tramo, miraba a mis costados, parecíamos estar en el Luna Park, el lugar favorito para tocar de Thomi. El pasillo era largo, y no había nadie, solo nosotros dos caminando. Aunque lo raro, era que el iba mas adelantado que yo, y por mas que quisiera alcanzarlo, no podía, no llegaba a el. Algo había que me impedía poder tocarlo, y darle un abrazo.

—Thomi...—lo llamo, pero el no se da vuelta. —¡Thomi!—le grito mas fuerte y aún así, no se inmuta, sigue caminando.

Rendida, veo como desaparece entre las cortinas que tapaban la parte lateral del escenario. Y segundos después, lo hago yo, viendo varias cosas del equipo, instrumentos, y sobre todo, escuchando barullo, gritos y aplausos. Pero otra vez, perdí a mi hermano de vista.

Perdida, decido entrar al escenario. Lo raro, es que había publico, pero al salir nadie me vio a mi, si no que su vista estaba puesta en el baterista. Las luces lo iluminaban solo a el, que con una sonrisa inmensa tocaba como nunca antes su canción favorita, "Have you ever seen the rain"  de Creedence. Se me hizo imposible no sonreír y lagrimear a la misma vez, lo veía tan autentico como siempre, alegre, divertido; como si nada hubiera pasado.
Era solo el, disfrutando lo que mas le gustaba hacer, tocar la batería.

También te gustarán

          

(...)

Si Clau, anuncian que falleció en el acto. Recibió un fuerte golpe en su cabeza, que generó una contusión cerebral. — la voz de una panelista, se escuchaba de fondo, pero no podía ver nada por que una vez mas, todo estaba negro. —Una gran hemorragia hizo que muriera desangrado en el piso.

De repente, luces como flashes impactaron en mi cara. Estaba en un auto, era como una limusina, pero me encontraba sola. Tenia puesto un vestido algo suelto plateado, una botas altas blancas y un saquito de peluche blanco. A mi costado había una especie de destello, brillante y como si fueran estrellas perdidas, que formaban la figura de una persona.
Cuando intente tocarlo, una mano en mi brazo me tironeo para atrás, sacándome del auto blanco y dejándome entre los fotógrafos y la prensa.

—¿Y Thomas?—me pregunto una voz grave, que no sabía de donde venia. No supe que contestar, solo vi el auto unos segundos antes de que la puerta se cierre sola, y el auto arranque con velocidad por la calle.

Desesperada, empuje a varios fotógrafos, y cuando me despeje completamente de ellos, comencé a correr atrás del auto con todas mis fuerzas, siguiéndolo por algunas calles hasta que lo perdí completamente de vista.
A lo lejos vi una parada de colectivos vacía, cansada camine hasta ella y me senté unos minutos, viendo algunos autos pasar. Sentía un gran vacío dentro mío, era raro e imposible de describir. De la nada, mi vista se pone en un cartel atornillado en una columna de luz.

Ave. THOMAS.

—Avenida Thomas—leí con dudas, y sin entender mucho. Mi vista se quedo clavada ahí, eso hasta que un silbido llamo mi atención.

Del otro lado de la calle, en la esquina, estaba el mismo destello, parado y con el brillo un poco mas intenso. Ladee mi cabeza con mi ceño fruncido, y lentamente empecé a mover mis pies, acercándome mas a el.
Cuando estábamos a escasos metros, un colectivo pasa rapidísimo, y como si de un portal se tratase, aparecí en otro lugar.

Me encontraba parada, al lado mío estaba lleno de los mismo reporteros y fotógrafos que hace minutos atrás. Me sacaban fotos a mas no poder, encandilandome con sus flashes. Tape mis ojos con mi mano, y mire al frente mío. Un señor alto con traje blanco, me impedía poder ingresar por la puerta, que era como un portal pero, no se a donde, ya que del otro lado no había nada, solo una gran luz blanca que también me encandilaba bastante.

—¿Puedo entrar?—le pregunté, por mas que no le pudiera ver la cara.

—No, todavía no...—negó con su cabeza.—Esta noche no Mia.

Iba a preguntarle como mierda se sabía mi nombre, pero al ver un flash todo se volvió negro otra vez.

(...)

Ahora estaba parada en medio de una pista de baile, rodeada de gente saltando, bailando y disfrutando la música. Varias pasaban cerca mío, con tragos en la mano, sonriendo y cantando. Pero yo, seguía con el mismo sentimiento que antes. Cansada y con inmensas ganas de llorar, me abrazo a mi misma hasta sentir como algo iluminaba toda mi cara. Seria, miro de donde provenía esa luz.

Sobre una puerta, una figura de una persona alta, me miraba fijamente. Era ese destello sin rostro que ahora, era completamente blanco, como si fuera una estrella enorme, y me iluminaba únicamente a mi. Mis ojos se abrieron sorpresivamente, y me le quede viendo varios segundos, hasta que se da vuelta y comienza a caminar alejándose de mi.
No lo dudo por nada del mundo, y empiezo a pasar entre la gente con dificultad, hasta que el ultimo tramo para llegar a esa puerta, lo hice corriendo.

Cuando la traspasé, una vez mas estaba el la calle, no había nadie, estaba todo desolado y reinaba el silencio. Mis ojos buscaban a esa persona, pero se había esfumado sin dejar ningún rastro. Cuando me doy cuenta, entiendo que estoy donde fue el accidente, y un nudo se instala en mi garganta.

Estoy bien...—escucho su voz en el aire, sin saber de donde provenía. —Ya estoy en el club del paraíso.

Y mis ojos suben al cielo, viendo un número 28 formado por las estrellas. Ese era su edad. Mis ojos se llenan de lagrimas, y me arrodillo en el piso sin dejar de ver el cielo.
Mi cabeza ahora iba a mil por hora, hasta que un gran flashback, vino a mi mente.

No estaría mal morir joven...—suelta Thomas que estaba al lado mío, tomando una cerveza.

Estábamos en la playa de noche, la vez que nos fuimos de vacaciones a Cancún. Los dos sentados en una roca grande, viendo las olas del mar romper a pocos metros nuestros.

—¡Ay nene, callate!—jodiendo, le pego en el brazo ganándome su risa.

—Es verdad...—alza sus hombros viendo fijamente al mar, y yo mas seria le pongo toda mi atención. —Yo quiero ir al club del paraíso, ahí en el cielo.—señala el cielo con su dedo.—Fumar, hablar con las mas grandes leyendas del rock, y bailando.

Suelto una risita, negando divertida, y dándole un buen trago a mi gin de frutos rojos.

—Y después, voy a armar una fiesta ahí arriba para cuando te toque entrar a vos...—con su sonrisa, me mira alzando su ceja.

—¿Y si no puedo entrar?— se forma un mini silencio. —¿Que pasa si no puedo entrar al club del paraíso?, ¿como hago para volver verte otra vez?

—Vas a entrar cuando te toque...—pasa su brazo por mis hombros, y me atrae a el hasta dejar un beso en mi frente.

—Te amo Thom...

—Te amo Miluchi....

(..)

)

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Llore como jna hija de re mil puta

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Llore como jna hija de re mil puta. Chau, fue lo mas fuerte que escribí en toda mi vida JAJAJJAA

Voten y comenten, que siempre las leo, las amo ❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹

(Imagen de arriba descripción grafica de como era esa figura)

Cicatrices || Guido Armido Sardelli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora