El Equipo de Investigación Digimon es un proyecto diverso destinado a dar voz y visibilidad a los miembros de la comunidad hispanohablante de Digimon. Gracias a las entrevistas espero poder apoyar a todo tipo de cuentas, sea cual sea su enfoque (Fan...
Respeto | RAE. 1. m. Sentimiento que se tiene hacia alguien o algo y que hace que se les trate con atención y cuidado, y que se les reconozca un mérito o valor especial.
No encuentro mejor empiece para este artículo que la definición de la palabra Respeto, porque probablemente sea necesaria emplearla entre quienes lean el siguiente artículo, que ya aclaro está escrito desde un punto de vista coloquial, sin detenerme a examinar con exactitud cifras, ventas, datos minuciosos, ahondando más bien en la superficie del asunto donde reside, a mi juicio, el debate eterno que nos asalta cada semana: «Digimon Adventure», ¿sí o no?
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Si bien reconozco que «Digimon Adventure» bebe muchísimo de la nostalgia, es evidente que fue el ánime, producto o parte de la IP Digimon, como prefiráis llamarlo, que catapultó a la franquicia a la fama. Negar eso es pecar de necios, como también lo es negar que los datos oficiales, al menos los que Toei Animation nos traslada, indican que la marca «Adventure» sigue siendo una mina de oro con cada nuevo elemento que añaden a la franquicia; aka Película, Ánime, Merchandising, etc. Afirmar lo contrario sería mentir. ¿Quiere esto decir que deben seguir sobreexplotándolo? No y al mismo tiempo sí. Sí, porque el éxito se traduce en ventas, las ventas en dinero y el dinero es lo que cualquier empresa/estudio busca conseguir con su producto. Beneficios. Dinero con el que, quizás, a futuro, vean la luz productos que de otra forma no pudieran ser costeados. ¿Acaso alguien imaginó un juego como «Digimon Survive» alguna vez? Ni en sueños y, aunque es hablar por hablar, lo reconozco claramente, estoy seguro que esta apuesta arriesgada por parte de Bandai Namco se vio beneficiada del merchandising del ánime «Digimon Adventure 2020» o la película «Last Evolution Kizuna». Entonces, os preguntaréis, ¿dónde queda el No? En las infinitas posibilidades que la IP ofrece. ¡Que son muchísimas y llenas de potencial!
«Digimon: Ghost Game» fue un salto interesante, entretenido y que cautivó a una audiencia que fue perdiendo el sentimiento vívido en ella a medida que la trama se quedaba estancada; mientras que «Digimon Survive» se apoyó considerablemente en la esencia de «Adventure» para consolidar su imagen y hacerlo vendible, tirando, una vez más, de esa nostalgia de la que antes os hablaba. Aún así, claros ejemplos de que existe vida más allá que puede y debe explorarse. Dicho esto, ¿por qué esa guerra contra la nostalgia? Mi respuesta no os va a gustar, probablemente.
Mucha gente olvida que Digimon, en comparación con otras franquicias, es muy de nicho. Por lo tanto, el consumidor fiel y entregado se encuentra en menor cantidad que el consumidor casual que, ante un bocado llamativo, puede ir al cine, sentarse frente al televisor semana a semana o dejarse el dinero en videojuegos, cartas, etc. Es de este consumidor del que Bandai/Toei sacan mayor provecho. ¿Quién iría, por ejemplo, a ver una película de «Xros Wars»? ¿O seguiría una secuela de «Universe: Appli Monsters»? Objetivamente, un público menor del que ha seguido los últimos lanzamientos de «Adventure».
Como dije al principio, no he venido a hablaros de datos, de cifras, sino del día a día. Y el día a día nos dice cuál es la temporada favorita, qué personajes calaron en el espectador y qué momentos se atesoran con gran recuerdo. Y, lo siento mucho, no son «Data Squad», «Hunters» ni «Frontier». Me duele admitir que el último gran producto en pantalla reconocido por el público en general fue «Tamers», el único ánime al que Toei le hubiera dado una continuidad de no tener un creador polémico, según tengo entendido, pero ese es otro debate. No obstante y, aunque suene irónico, los mismos que claman el fin de la marca «Adventure», aquellos que demuestran su hartazgo y desidia con cada lanzamiento relacionado, son los mismos que piden a gritos el resurgir de las temporadas sucesoras. ¿Por qué no dejarlas atrás para centrarnos en el futuro que tanto ansía la comunidad y que tanto demandan? Este es el brete donde ese odio desmedido, esa inquina que emerge de las entrañas, entra en acción en muchos casos, y tiene una respuesta rápida y sencilla: porque son las temporadas favoritas de quienes protestan y les duele que estén olvidadas, proporcionalmente hablando, lo que es entendible. Tampoco quiero decir que no existan otras razones, de hecho existen. La misma sobreexplotación. Es entendible cabrearse al ver que sólo tienen ojos para una parte de la franquicia, pero ese sentimiento que genera en algunos fans se vuelve tan tóxico que les impide darse cuenta del porqué de las cosas y sólo les permite echar bilis sistemáticamente a cada noticia o nuevo proyecto anunciado. Porque estoy convencido de que si Toei realizase temporadas nuevas del resto de ánimes y viviera de ellos, no tendrían tantos problemas con la nostalgia ni buscarían una frescura con tanto ahínco. Si me preguntan, dejaría descansar «Digimon Adventure» de manera más prolongada para apostar por contenidos que innovadores... Pero no decido yo.
Ya lo dije antes, un empresario busca recaudar beneficios. No tener pérdidas. Y es el punto de vista al que deberían aferrarse para entender el razonamiento de Bandai/Toei a la hora de visualizar el futuro. De esta forma, estoy seguro de que muchos fans serían capaces de aparcar esa animadversión para con «Adventure» que, sin convertirla de su agrado, ayudaría a que lograsen comprender que mientras dicha máquina funcione, mientras la rueda siga girando, la IP Digimon no quedará enterrada en el olvido como otras tantas franquicias.
Una IP que se mantiene hoy en día gracias al TCG, no olvidemos.
En fin, hora de terminar. Sé que este artículo no va a estar libre de polémica y pensamientos contrarios, de críticas públicas y en privado, y por eso lo abrí con la palabra Respeto.
El debate es una herramienta útil, divertida y beneficiosa para todos, pero pierde su uso cuando se deja caer en el insulto, los ataques e indirectas negativas que nada ayuden a mantener una conversación sana entre Autor y Lector, o aquellos Lectores que dialoguen entre sí. Por eso os animo a analizar mis palabras y responder con educación, aunque tengamos opiniones diferentes. Siempre existe un punto de entendimiento que alcanzar. ^^
Sigamos luchando por una comunidad sana, donde la libertad de expresión sea igual para todos, ya que, por extraño que os pueda resultar, queda invalidada muy a ligera y a menudo por quienes creen hablar bajo una verdad absoluta o son víctimas de cualquier tipo de odio desmedido.