𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟿: 𝚂𝚒𝚖𝚙𝚕𝚎𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝙿𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝𝚊

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Pov Jennie

Me dirijo hacia la cafetería, soltando un bostezo. Son ya las dos de la madrugada, y me siento agotada. He estado despierta todo este tiempo, esperando alguna noticia de ella. Hace unos minutos pasó el doctor a revisarla. Por suerte, todo está bien. Sin embargo, no dejaba de quejarse por el dolor, y tuvieron que sedarla para que se calmara un poco. No pensé que la situación fuera tan grave. El idiota del médico, solo mencionó que tenía una fractura y un golpe en la cabeza, pero se olvidó de decir que necesitó de una cirugía. Ahora le ha quedado una cicatriz fea, demasiado fea para ser sincera. Me pasé más de diez minutos escuchándola quejarse por sus tatuajes. Intenté no prestarle atención, pero inevitablemente mi mirada se posó en ellos, y debo admitir que eran realmente hermosos.

Me siento en una mesa en la esquina, lejos de todos. Saco mi móvil y lo desbloqueo, encontrando una serie de llamadas de mis hermanos y varios mensajes de Minji. Respiro hondo y marco el número de Jisoo. Sé que es tarde, pero necesito hablar con alguien ahora mismo.

Espero, ansiosa, mordiéndome las uñas hasta que contesta.

— Jennie, joder. ¿Dónde coños estás? Son las dos de la mañana. Dime que no estás ebria, porque bastante tengo con que me hayas interrumpido mi sueño con mi delicioso italiano — dice casi de un tirón.

— Dios, respira — le contestó, rodando los ojos — no, no estoy ebria — aclaro antes de que siga hablando — y lamento no haber contestado antes, pero pasó algo — le digo, mordiendo mi labio.

— Sí, me lo imaginé cuando te vi alejándote de ese idiota. ¿Ahora qué hizo? — pregunta. Me doy cuenta de que, con todo esto, había olvidado el motivo que me llevó a esta situación.

— No, Jisoo, no es eso —comentó, intentando apartar el tema. Ya habrá tiempo para eso; ahora necesito salir de este lío — es algo peor.

— No me digas que, por despecho, te metiste con el primer burro que se te apareció — dice ella, alarmada.

— No, claro que no. Sabes que ni loca haría eso. Déjame hablar — respondo, irritada — Jisoo, estoy en problemas. Cuando me fui, iba camino a casa, y al llegar... bueno, me llevé a alguien por delante.

Silencio, es todo lo que recibo de su parte. Frunzo el ceño y alejo el móvil para verificar si sigue en línea o ha cortado, pero la llamada sigue.

— ¿Hola?

— ¿¡Qué hiciste qué!? — pregunta ella, gritando.

— Jisoo, espera. Antes de que te alteres, déjame explicártelo — le digo rápidamente, intentando calmarla.

— ¿¡Cómo quieres que no me altere si acabas de decirme que atropellaste a alguien!? Ay, Dios mío, ¡tenemos un familiar asesino! — exclama, horrorizada.

— ¡Jisoo, deja de decir estupideces, no ha muerto! — le gritó, golpeando la mesa con el puño.

Levanto la mirada y noto que varias personas me observan, sorprendidas. Respiro hondo, intentando calmarme.

— Lo que quiero decir — digo en tono más suave — es que fue un accidente. Ella cruzó la calle sin mirar — frunzo el ceño al darme cuenta de cómo hablo de ella — bueno, más bien, la muy estúpida fue irresponsable por cruzar sin fijarse.

— Dios, ¿al menos está viva? — pregunta ella, mientras escucho que se sirve algo.

— Sí, está viva. Justo ahora estoy en el hospital con ella, y me he asegurado de que esté bien — suspiro — Dios, Jisoo, fue horrible — me pasó la mano por el cabello — te juro que nunca en mi vida había sentido tanto miedo.

𝐑𝐎𝐂𝐊𝐒𝐓𝐀𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora