𝙋𝙖𝙧𝙩𝙚 3: ¿𝙌𝙪𝙚́ 𝙨𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙢𝙞 𝙘𝙤𝙧𝙖𝙯𝙤́𝙣?💘

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Después de unas horas de que Lucifer estuviera rogándole a Rosie de no ir a la casa de Alastor, no tuvo más opción que aceptar.

Rosie lo guió caminando por varias calles hasta llegar a una casa algo grande, donde ese chico de piel morena lo estaba esperando en la entrada.

Sus miradas se cruzaron por unos segundos, y su corazón empezó a latir muy rápido para ser un ritmo normal, ¿pero por qué? "No será... ¡No, ni lo pienses!" peleaba Lucifer en su mente, hasta que sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió como Rosie se detuvo en frente del chico moreno.

Lucifer, con la mirada desviada, escuchaba como su amiga lo presentaba frente al chico.

–Y bueno, Alastor, como lo prometí, aquí está, Luzbel.

Alastor se acercó a Lucifer, se arrodilló frente a él, agarró su mano y la besó suavemente para presentarse.

–Alastor, para servirle...

El sonrojo de Lucifer se expandió por toda su cara, ya sin poder esconder su nerviosismo.

Rosie se dio cuenta de como Lucifer se estaba sonrojando y se rió un poco antes de acercarse a él y susurrarle:

–No te preocupes, a veces Alastor puede ser un poco... Travieso, pero llega a ser buena gente.

Alastor se levantó del suelo, se sacudió un poco las rodillas y se dirigió a Rosie.

–Entonces, querida, ¿este pequeño es el que va a vivir conmigo?

–Sí, nesecita un hogar y este lugar fue lo primero que se me ocurrió para él.

–Bueno, querida, fue la mejor opción, cuidaré a esté pequeño como si fuera mi hijo.

Agarra a Lucifer por su brazo y lo jala hacia él, acercándolo a su pecho y abrazándolo, cosa que puso aún más nervioso al ángel caído.

–Estará bien en mis brazos, no te preocupes por nada, Rosie.

Rosie se rió un poco y se despidió de ambos antes de irse alejando, dejando a Lucifer solo con una persona que no conocía, pero por alguna razón, igual sentía como si lo conociera...

Alastor jaló a Lucifer hasta la casa y lo mete adentro del lugar

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Alastor jaló a Lucifer hasta la casa y lo mete adentro del lugar.

–Así que pequeño, Luzbel, ¿eh?

–A-ah... Sí...

Alastor se acercó más e intentó tocar uno de los cabellos rubios del ángel caído, pero este se quitó antes de que lo hiciera, nervioso.

–Un nombre muy... Angelical. ¿Tus padres eran cristianos?

–P-pues... S-se podría decir que sí...

–¿Eres tartamudo o sólo estás nervioso, cariño? Tranquilo, no muerdo... Bueno, no mucho.

Lucifer se sonrojó aún más y se acomodó un mechón de pelo como una excusa para desviar la mirada.

Alastor, sabiendo que lo pone nervioso, lo deja en paz y cambia de tema.

–Bueno, como sea, ¿te llevo tus cosas a la habitación, cariño?

–¿La habitación? Según Rosie eran dos...

–Ah, sí, son dos, pero una la tengo temporalmente ocupada, no pensé tener a un compañero en este lugar, así que por el momento nos tendremos que acomodar en el mismo cuarto.

–¿En el... Mismo cuarto...?

–Sí, ¿te molesta? Porque puedes irte a otro lado.

–¡No, no no! E-estoy bien, sólo que... Pensé que serían cuartos distintos...

Lucifer salió todo el día a pasear y reflexionar un poco lo que sucedió ayer en la noche, ¿qué hizo mal para terminar así? Él estaba aquí sólo por ella, le dió todo lo que ella quería, la complacía en todo momento, etcétera, ¿por qué en un momento...

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Lucifer salió todo el día a pasear y reflexionar un poco lo que sucedió ayer en la noche, ¿qué hizo mal para terminar así? Él estaba aquí sólo por ella, le dió todo lo que ella quería, la complacía en todo momento, etcétera, ¿por qué en un momento para otro Lilith lo dejó de amar? Porque ella lo amaba, ¿verdad...?

Finalmente se hizo de noche y tenía que volver a la casa de Alastor, pero no quería, se le hacía incómodo dormir junto a alguien que no sea su familia o Lilith, por lo que se le hacía raro, pero ya no se podía arrepentir.

Llegó y abrió lentamente la puerta, sabiendo que ya eran altas horas de la noche y que probablemente Alastor ya estuviera dormido, pero no era así.

–¿Tú... Sigues despierto?

–Sí, ¿y tú que haces llegando a esta hora? ¿No sabes que es peligroso andar afuera tan tarde?

–Si sé, no tienes que tratarme como un niño...

–Bueno, como sea, ya vete a dormir. Deberías descansar, yo te llevó.

Alastor le agarró la mano a Lucifer y lo guió poco a poco mientras caminaban a la habitación.

Llegando, Alastor se acostó, y se hizo a un lado, dejando un lado para que ambos puedan dormir en la misma cama.

Lucifer, sin soportar el hecho de que iba a dormir junto a otro hombre, se niega a acostarse.

–¡N-no! Es decir, no voy a dormir en la cama... De todas maneras, gracias, pero no me voy a acomodar ahí, puedo dormir en el piso...

Alastor rodo los ojos, divertido por su excusa.

–Claro, cariño, no hay problema, tú duerme donde quieras...

Lucifer se acomodó en el suelo, apesar de no estar cómodo ahí, pero era mejor que dormir junto a otra persona.

Unas horas después, Alastor se despertó y se dio cuenta de que el pequeño ángel estaba temblando de frío mientras dormía.

Se levantó de la cama, con cuidado lo cargó, lo acostó y lo tapó con varias sábanas para que descansara a gusto.

Se acostó a su lado y, de forma inconsciente, Lucifer lo abrazó, buscando compañia.

Alastor, sin saber cómo reaccionar, simplemente acarició sus rubios cabellos con suavidad para calmar un poco sus pensamientos.

–Tranquilo, angelito... Buenas noches...

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⏰ Última actualización: Nov 26, 2024 ⏰

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