Capítulo 1

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-¡Dana, ya está la cena!

-¡Voy mamá!¡Isaaaaaaac!

-¡No griten tanto joder!-Gritó también mi hermano.

-Bajen ya que se enfría la comida, esto está delicioso.

Mamá se había esforzado por hacernos la cena, por más que le dije que yo me encargaría, como ya es costumbre en esa cabeza no hay "no" que valga.

-Esto se ve estupendo.

-Mamma mia, mis favoritos-Decía Isaac mientras se relamía los labios con ganas de zamparse de un bocado los spaguettis a la carbonara que había hecho mamá para nosotros.-La verdad mamá es que te la rifaste, necesito que me enseñes a hacerlos. Solo de verlos se me hace agua la boca.

-Bueno venga, a comérselo todo anda, que un día es un día...

-¡Mamá!

Mamá de un momento para otro yacía desmayada en el suelo, yo quedé en shock mientras mi hermano llamaba a una ambulancia.

***

-Joder, mamá-Lagrimas caían de mis mejillas sin parar, no soportaba ver a mamá en ese estado. -Soy yo Dana...

-Dice el doctor que es mejor que permanezcas ingresada algunos días, te daran todos los tratamientos necesarios- Isaac estaba parado en el marco de la puerta con una mano apoyada en el, se le notaba la tristeza en los ojos, le temblaban las manos, no podía ver a ninguno de los dos así.

-Yo y Isaac estaremos bien-Trataba de fingir una postura de seguridad y autoridad para que mamá estuviese más calmada pero por más que lo intenté la tristeza me ganaba.

-No digas nada, descansa-Isaac se acercaba a mamá.-Ya somos lo bastante grandes como para poder valernos un poco por nosotros mismos, tenemos 19. A demás fuimos criados por la mejor mamá del mundo.

-Te queremos mucho mamá.

***

Ya pasaron cinco días desde aquel suceso con mi madre. Yo y Isaac nos quedamos solos en casa y de vez en cuando venía el abuelo a pasar a vernos a nosotros y de ahí iba al hospital a ver a mamá y quedarse con ella ahí.

-Dana...

-Dime tata

Así le decía a Isaac, aún siendo gemelos el me superaba por unas horas y los hermanos menores son los que tienden a ponerle nombres a sus hermanos, o eso decían y yo lo cumplí estrictamente sin saberlo.

-Piensas que mamá...Piensas que todo saldrá bien esta vez?

-No lo sé, tengo miedo, tengo miedo de que esta vez la enfermedad le supere.

-Ella siempre ha sido fuerte, espero que lo siga siendo.

-Vivimos constantemente con el miedo de que un día como este va a llegar, no quiero ver a mamá sufrir.

-Yo tampoco...

Isaac me miraba melancólico con esos ojos grises que los dos habíamos heredado de mamá.

-Venga, se que es complicado pero, vamos a comer algo y de paso despejamos la mente un rato.

Isaac luego de dudarlo un poco aceptó, se le veía en la cara que no tenía ganas de salir a ningún lado, pero aún así aceptó porque no teníamos nada preparado en la casa y estábamos muy cansados aquel dia.

Hoja y LienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora