준 ╱ 𝗯𝗹𝗮𝗰𝗸 𝘄𝗶𝗱𝗼𝘄 . . . !
oo. the maze runner / newt fanfiction. ݈݇-
❛ . . . donde ni CRUEL puede salvarse
de la rudeza y sed de venganza que
tienen las viudas negras.
❪ the maze runner fanfic ❫
❪ primer libro de saga ❫
❪ newt x femal...
capítulo catorce , problemas ❪ acto uno , pesadillas ❫
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LYRA DESPERTÓ CON LOS PRIMEROS RAYOS DE SOL FILTRÁNDOSE A través de la ventana, iluminando su rostro con suavidad que contrastaba con el tumulto de emociones que se agolpaban en su pecho. Gruñó para sí misma, odiando la llegada de un nuevo día, pero sus pensamientos se detuvieron en seco al recordar lo que había sucedido la noche anterior: Newt, borracho, entrando a la cabaña para confesarle sus sentimientos, el beso y dormir entre sus brazos.
Por un instante, creyó que había sido solo un sueño, una fantasía que su mente le regalaba. Pero al girarse y encontrar el espacio vacío a su lado, el frío de las sábanas le confirmó que había sucedido de verdad..y que él había huido de sus brazos.
Un nudo de pánico le apretó el pecho, y su mente comenzó a llenarse de dudas. ¿Se había arrepentido? ¿la ausencia del alcohol lo había hecho recapacitar? la posibilidad de que Newt pudiera lamentar sus palabras la dejó paralizada, como si el suelo bajo sus pies se tambaleara.
Pero entonces, el crujir de la puerta la sacó de sus pensamientos. Viendo como Newt entró a la cabaña con una sonrisa tranquila mientras cargaba un pequeño ramo de orquídeas amarillas y un plato de fresas.
–Hola– saludó él, tendiéndole el ramo amarillo de las orquídeas– buenos días, Ly.
Lyra sintió como su corazón latía con fuerza, derritiéndose ante el gesto y la sencillez de sus palabras. ¿Cómo podía ser tan perfecto?
–Buenos días, ricitos– contestó, devolviéndole la sonrisa mientras le hacía un espacio en la cama– pensé que te habías ido al Laberinto.
–Quise quedarme. ¿De verdad pensaste que iba a huir?
–No– mintió Lyra y el rubio alzó sus cejas, divertido. Sabiendo perfectamente que estaba mintiendo– bueno, lo dudé por unos segundos.
Newt se inclinó hacia ella, dándole un pequeño y suave beso en su mejilla antes de robarle otro de sus labios. El calor subió hasta el rostro de Lyra, tiñéndolo de un rojo que hacía juego con su cabello.
–No voy a huir, Ly. Mucho menos ahora– susurró él, con una firmeza que hizo que el corazón de la joven se llenara de alivio y esperanza.
Eran las palabras que ella necesitaba escuchar. Las palabras que le confirmaban que, pese a todas sus inseguridades y miedos, él estaba ahí para quedarse. Porque ella era merecedora de ese cariño.
–Permiso– dijo Newt y retiró con cuidado la orquídea que Theo le había dado la noche anterior, reemplazándola por una del ramo que él mismo había traído– esa me gusta más.
–¿Y eso?
–Estaba fea– respondió, lanzando la anterior al suelo con desdén– olía a muerto.
Lyra lo miró entrecerrando los ojos, leyendo entre líneas lo que realmente significaban sus palabras.
–¿Celoso de Theo?
–¿Yo?– preguntó, sonriendo con descaro– ¡por supuesto que estaba celoso! ¿cómo no iba a estarlo? ¡te dio una orquídea!
–Pensé que eras más sincero cuando estabas borracho– soltó Lyra entre risas– ¿qué te pasó?
Newt, divertido por la situación, se inclinó hacia ella hasta que sus rostro quedaron a escasos centímetros.
–Anoche besé al amor de mi vida– susurró, con una intensidad que hizo que Lyra contuviera la respiración. Su rostro se volvió enrojecer, lo que arrancó una pequeña risa al rubio– el rojo también te queda lindo.
–Vete a la mierda– murmuró ella, empujándolo suavemente.
La mañana pasó entre risas, conversaciones y pequeños momentos en los que Newt no podía evitar robarle besos, logrando que en cada uno Lyra se sonrojara aún más. Él parecía disfrutar de verla así, y ella, aunque protestaba, no podía negar lo mucho que le gustaba.
Cuando finalmente no quedó ni una fresa en el plato, ambos se dispusieron a trabajar. Lyra preparó su clase con los carniceros y Newt se quedó trabajando en los jardines junto con Zart. Aunque estaban separados, las miradas que compartían a lo lejos les bastaron lo suficiente como para entretenerse.
Incluso cuando Lyra terminó su jornada, no pudo evitar escaparse hacia el jardín, buscando al rubio que mantenía su corazón con vida.
–Hola, ricitos.
–Hola, Ly– saludó Newt, alzando la mirada del suelo para encontrarse con el dulce brillo de los ojos de Lyra, que combinaban a la perfección con la orquídea amarilla de su trenzado– ¿te he dicho ya que el amarillo te queda increíble?
–Si, ya me lo has dicho– respondió Lyra, sintiendo el calor encenderse en sus mejillas. Newt soltó una carcajada al instante, provocando que ella lo fulminara con la mirada– no es gracioso.
–Para mí sí– dijo Newt, todavía riendo, mientras sus ojos seguían puestos en ella– aunque, si pudieras hacerlo delante de Theo, te lo agradecería demasiado.
–Claro, como tú digas– bromeó Lyra, rodando los ojos antes de girarse para continuar con su camino– iré a ver a Alby. ¿Nos vemos luego?
–Claro– respondió Newt, pero justo cuando ella comenzó a alejarse, su voz la detuvo– Ly.
–¿Qué?
–¿No vas a darme un beso antes de irte?
Lyra negó con la cabeza, divertida mientras volvía a acercarse a él.
–Sólo uno– dijo antes de dejar un beso rápido en sus labios.
–Eso no es un beso– protestó Newt con una sonrisa traviesa– apenas me tocaste los labios.
–Claro que es un beso.
Con una mezcla de determinación y ternura, Newt la tomó suavemente de la nuca, atrayéndola hacia él. Esta vez, sus labios se encontraron en un profundo beso, lleno de deseo y una calidez que Lyra no podía ignorar. El cosquilleo que recorrió su cuerpo la dejó sin aliento, atrapada en la magia que solo Newt podía crear con un simple gesto.