Maníaca

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Lunes, 4 de agosto de 2025.

Marcaban las 11 de la mañana, el cielo estaba despejado y el sol pegaba con fuerza sobre las calles de Shinjuku. El verano se hacía notar y la ola de calor obligaba a todo el mundo a vestir acorde.

Los rayos de sol se abrían paso por las cortinas, posándose sobre los ojos cerrados de una estudiante que dormía plácidamente, obligándola a despertarse y ponerse en pie.

—Uaahh... —bostezó, frotándose los ojos—. Erika, ¿qué hora es?

Al quitarse las manos de los ojos, comprobó que su compañera de cuarto no se encontraba frente al ordenador, como era costumbre. Extrañada, Arisa comprobó la cama superior de la litera, quizá se encontraba descansando como ella. Mas, al mirar, no la encontró ahí tumbada.

—Qué raro... ¿Dónde se habrá metido esta chica ahora?

Y, como si hubiese sido convocada por un mago, la susodicha golpeó la puerta de la habitación para entrar a esta y provocando que la otra pegara un salto del susto.

—¡Takahashi, despierta! —gritó la de las gafas—. Tengo algo que...

Kanemaru miró a ambos lados de la habitación, incapaz de dar con su compañera de cuarto. Un ruido la instó a mirar hacia arriba y, ahí, pegada al techo, estaba Takahashi.

—¿Qué haces ahí arriba? No es momento de hacer el mono.

—Pues ya me dirás tú quién entra con tanto escándalo —respondió, despegándose del techo y dejándose caer.

—Es igual. Tengo algo que enseñarte, estoy segura de que te gustará.

Arisa miró a Erika, esperando a que le fuera a dar algo.

—Uhh... ¿Te has cortado el pelo o algo?

—No aquí, sino fuera —Dio media vuelta, dando varios pasos hacia el exterior de la habitación-. Sígueme.

—¿Adónde?

—Tú hazme caso —sentenció la otra.


——————


Tras casi una hora entre caminar y tomar el tren, las dos chicas llegaron a su destino.

—¿Se puede saber qué hacemos en un muelle? —preguntaba Arisa, aún confundida.

—Es aquí —señaló Erika, apuntando a una nave industrial.

La arácnida se quedó mirando al edificio en lo que Erika seguía caminando hacia la puerta para abrirla.

—Un momento, Erika. ¿Esto no es de alguien? —preguntó, preocupada—. No estaremos traspasando, ¿verdad?

—No te preocupes —Trató de calmarla de pelo largo—. He alquilado el lugar para toda la semana.

—¿¡Cómo!?

Kanemaru no tardó en abrir la puerta, ingresando en el interior de la nave.

—¡Venga, entra!

—¡V-Voy!

Al entrar en la nave, Arisa pudo presenciar todo un escenario lleno de obstáculos, construcciones con forma clara de edificios medianos y todo tipo de barras laterales y verticales por doquier. Parecía un parque de juegos, pero era más bien un recorrido medianamente grande de parkour.

—Aquí pondré a prueba todas tus capacidades —dijo Erika en lo que caminaba por el recorrido—. Quiero ver todo el potencial de tus habilidades y de tu singular poder.

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⏰ Last updated: Nov 24, 2024 ⏰

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