Capítulo 12: Un Nuevo Comienzo

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Emma Thompsson

Desde que Alex y yo nos besamos en ese pasillo, no podía dejar de pensar en él. Era como si todo a mi alrededor hubiera cambiado. Ya no me importaban los susurros ni las miradas. Solo pensaba en la manera en la que sus labios se sintieron sobre los míos, en cómo su abrazo me hizo sentir segura, como si nada pudiera dañarme.

Sin embargo, la nota que había encontrado en mi casillero seguía rondando mi mente. ¿Quién la había dejado? ¿Por qué alguien se estaba metiendo en algo que ni siquiera acababa de empezar? No le había dicho nada a Alex, porque no quería preocuparlo. Pero mientras me preparaba para ir a clases esa mañana, sentí ese nudo en el estómago, como si algo malo estuviera a punto de pasar.

Al llegar a la escuela, lo vi esperándome en la entrada. Sonrió al verme y mi corazón dio un brinco. Me acerqué a él, sintiendo que mi día mejoraba automáticamente solo por estar a su lado.

—Buenos días, hermosa —dijo, dándome un rápido beso en la mejilla.

—Hola, tú —respondí, sintiendo el rubor en mis mejillas.

Mientras caminábamos hacia nuestras clases, noté que Alex estaba un poco más serio de lo habitual. No sabía si era mi imaginación, pero había algo en sus ojos que me preocupaba.

Alex Turnner

Desde que vi esa nota que Emma encontró, no he podido dejar de pensar en quién podría estar detrás de esto. Era obvio que alguien no estaba contento con que estuviéramos juntos, y aunque quería protegerla, también sabía que no podíamos vivir con miedo.

Había pasado todo el fin de semana pensando en cómo hacer que ella supiera que, pase lo que pase, estaba completamente comprometido con lo que sentía por ella. Y hoy, finalmente, había tomado una decisión.

—Emma, ¿te puedo llevar a un lugar después de clases? —le pregunté, intentando sonar casual.

—¿Oh? ¿Otro café? —respondió con una sonrisa pícara, recordando nuestra primera cita.

—Algo así —le dije, sonriendo—. Pero esta vez es más especial.

Ella asintió, claramente intrigada, y durante el resto del día me enfoqué en planear cada detalle. Quería que este momento fuera perfecto.

Emma Thompsson

Después de la escuela, Alex me llevó a un lugar que no conocía. Era un pequeño parque en las afueras de la ciudad, rodeado de árboles que, con el sol del atardecer, parecían brillar en tonos dorados y naranjas. Era hermoso.

—Este es mi lugar secreto —dijo Alex, mirándome con esa intensidad que hacía que mi corazón se acelerara—. Vengo aquí cuando necesito pensar.

Nos sentamos en un banco, en silencio por un momento. Sentía que había algo en su mente, pero no quería presionarlo. Finalmente, me tomó de la mano y me miró a los ojos.

—Emma, hay algo que he estado queriendo decirte desde hace tiempo, y no quiero esperar más.

Mi corazón empezó a latir con fuerza. ¿Era este el momento?

Alex Turnner

Miré a Emma a los ojos y me di cuenta de que nunca había estado tan seguro de algo en mi vida. Había pasado por tantas dudas, tantos miedos de que las cosas no funcionaran, pero ahora que estaba con ella, todo se sentía correcto.

—Sé que ha pasado poco tiempo, pero no quiero dejar pasar esta oportunidad. Me haces sentir algo que nunca antes había sentido, y... quiero que esto sea más que un simple "ver qué pasa". Quiero que seas mi novia, Emma.

Ella me miró, sus ojos verdes llenos de sorpresa y emoción. Por un segundo, temí haber ido demasiado rápido, pero entonces la vi sonreír, una de esas sonrisas que hacía que todo lo demás desapareciera.

Emma Thompsson

Sentí como si el mundo se detuviera. ¿Alex realmente estaba pidiéndome ser su novia? No podía creer que esto estuviera pasando. Era como si todos mis sueños se estuvieran haciendo realidad en un solo momento.

—Sí... —susurré, sin poder evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas de felicidad—. Claro que sí, Alex.

Él sonrió y, antes de que pudiera decir algo más, me acercó a él y me besó de nuevo. Pero esta vez, el beso fue diferente. Era más profundo, más seguro, como si ambos supiéramos que no había marcha atrás. Estábamos en esto juntos.

Alex Turnner

Besarla de nuevo fue como respirar por primera vez. Sentí que todo encajaba y que, a pesar de las complicaciones que seguramente enfrentaríamos, valía la pena. Nos separamos lentamente, ambos sonriendo como tontos.

—No te preocupes por lo que los demás digan —le dije—. Podemos enfrentarlo juntos.

Ella asintió, y en ese momento, supe que nada ni nadie nos podría separar.

Sin embargo, cuando estábamos a punto de irnos, escuché un ruido entre los arbustos. Miré rápidamente, pero no vi a nadie. Solo quedaba una ligera sensación de que algo o alguien nos estaba observando.

—¿Escuchaste eso? —me preguntó Emma, preocupada.

Negué con la cabeza, intentando mantener la calma.

—Probablemente solo fue un animal. No te preocupes.

Pero mientras la acompañaba a casa, no pude dejar de pensar en la nota y en ese ruido extraño en el parque. Había algo que no cuadraba, y aunque quería disfrutar del momento, sabía que pronto tendríamos que enfrentar lo que se avecinaba.

Emma Thompsson

Cuando llegué a casa esa noche, me acosté en mi cama, con una sonrisa tonta en el rostro. No podía creerlo. Alex y yo estábamos oficialmente juntos, y nada ni nadie podría arruinar eso.

O al menos, eso pensé... hasta que recibí un mensaje de un número desconocido.

Disfruten su momento. Pronto se darán cuenta de que no todo es tan perfecto como parece.

Me quedé mirando la pantalla de mi teléfono, sintiendo ese escalofrío familiar recorrerme la espalda. ¿Quién estaba detrás de esto? ¿Por qué no nos dejaban en paz?

Sabía que tendría que decirle a Alex, pero no quería arruinar lo que acababa de empezar. Por ahora, solo quería disfrutar de nuestro momento. Pero en el fondo, sabía que nuestra historia estaba a punto de volverse mucho más complicada.

ENTRE SUSURROS Y MIRADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora