Capítulo 12

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Frutos de la Confianza

Los días pasaron, y la primavera se asentó en la ciudad, trayendo consigo una nueva energía. Mariano y Jake habían encontrado un equilibrio en su relación, y cada momento juntos se sentía cada vez más significativo. La música, la risa y las conversaciones profundas habían tejido una conexión que iba más allá de lo superficial; se estaban conociendo de una manera que los llenaba de emoción.

Una tarde, después de un largo día de ensayos, Mariano invitó a Jake a su casa. La idea era simple: cocinar juntos y disfrutar de una noche tranquila, lejos del bullicio del grupo. Mariano se sentía entusiasmado; había planeado preparar la receta de pasta que Jake había mencionado en una de sus charlas.

Mientras el agua hervía en la olla, Mariano se movía por la cocina con una mezcla de nerviosismo y emoción. La música suave de fondo creaba un ambiente acogedor, y cada vez que miraba a Jake, su corazón se aceleraba. Jake, con una sonrisa iluminada, ayudaba a picar los ingredientes, y Mariano no podía evitar admirar la forma en que su cabello caía desordenadamente sobre su frente.

- ¿Sabes? Me encanta cocinar contigo -dijo Jake, mientras sus manos trabajaban con destreza.

Mariano sonrió, sintiendo que la calidez de la compañía lo envolvía. -A mí también. Siempre es más divertido compartirlo con alguien.

Cuando la pasta estuvo lista, se sentaron a la mesa, y Mariano sintió que la atmósfera se volvía más íntima. Con cada bocado, las risas fluían, y las miradas se encontraban con una intensidad que lo hacía sentir vivo. Era como si el mundo exterior se desvaneciera, dejándolos solo a ellos dos.

Después de cenar, decidieron trasladarse al sofá, donde la conversación continuó fluyendo. Las luces tenues creaban un ambiente íntimo, y Mariano sintió que la conexión entre ellos se volvía más palpable.

- Mariano, hay algo que he estado pensando -dijo Jake, su voz suave pero firme.

Mariano sintió que un escalofrío recorría su espalda. -¿Qué es?

Jake se inclinó hacia él, su aliento cálido y cercano. -Quiero que sepas que estoy aquí para ti, no solo en lo emocional, sino en todo. Siempre he sentido que hay una chispa entre nosotros, y me gustaría explorarla más a fondo.

Mariano se detuvo, su corazón latiendo con fuerza. La honestidad en los ojos de Jake lo hizo sentir vulnerable, pero al mismo tiempo, fue liberador. -Yo también lo he sentido. Hay algo especial en nosotros que no puedo ignorar.

Jake se acercó un poco más, sus manos encontrando las de Mariano. -¿Te gustaría que diéramos un paso más en nuestra relación? Quiero que sea algo hermoso, lleno de amor y respeto.

Mariano sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Era un momento que había esperado, pero también le aterraba la posibilidad de abrirse completamente. Sin embargo, en la mirada de Jake encontró la seguridad que necesitaba. -Sí, quiero eso. Quiero estar contigo de una manera más profunda.

El aire se volvió denso y cargado de electricidad. Jake se inclinó hacia adelante, sus labios encontrándose con los de Mariano en un beso suave pero apasionado. Fue un beso que hablaba de ansias acumuladas, de deseos ocultos y de una conexión que superaba las palabras. Mariano sintió que su piel se erizaba, cada beso encendiendo una chispa que lo llenaba de calor.

A medida que el beso se intensificaba, Jake comenzó a acariciar el rostro de Mariano, sus manos explorando con ternura. Mariano cerró los ojos, dejándose llevar por la sensación. Era un momento de descubrimiento, una danza delicada entre la pasión y la dulzura.

- ¿Te sientes bien? -preguntó Jake, separándose un poco para mirarlo a los ojos.

Mariano asintió, sintiendo que su corazón se llenaba de amor. -Sí, más de lo que imaginé.

Jake sonrió, su mirada llena de ternura. -Solo quiero asegurarme de que estamos en la misma página. Esto es especial para mí.

- Lo es para mí también -respondió Mariano, sintiendo que la confianza entre ellos crecía aún más.

Con esa certeza, Jake se inclinó nuevamente y comenzó a besarlo, esta vez con más fervor. Las manos de Mariano encontraron el cabello de Jake, atrayéndolo hacia él mientras sus cuerpos se acercaban. El mundo exterior se desvaneció, y solo existían ellos dos, sumidos en la magia de ese momento.

Con cada roce, Mariano se sentía más libre, como si cada beso desnudara su alma. Jake lo sostenía con firmeza, y Mariano sabía que estaba en buenas manos. Se dejaron llevar por la pasión, explorando el calor de sus cuerpos, el deseo palpable que había estado esperando ser liberado.

La noche continuó, llenándose de susurros y risas, sus corazones latiendo al unísono. Mariano se dio cuenta de que había encontrado en Jake no solo un amante, sino también un compañero, alguien con quien compartir su vida en todas sus facetas.

Finalmente, se detuvieron, ambos respirando pesadamente, sus frentes unidas. Mariano sintió que una mezcla de felicidad y emoción lo invadía. -Esto ha sido increíble.

Jake sonrió, sus ojos brillando con complicidad. -Y esto es solo el comienzo. Quiero que exploremos cada parte de nosotros juntos.

Mariano asintió, sintiendo que su corazón estaba listo para todo lo que vendría. Había una belleza en su conexión, un amor que estaba floreciendo con cada momento compartido. En ese instante, Mariano supo que estaba listo para enfrentar cualquier desafío, siempre que Jake estuviera a su lado.

Con el deseo de seguir explorando su relación, se acurrucaron en el sofá, dejando que la noche transcurriera entre susurros y promesas de un futuro lleno de amor y complicidad.

Jake y Mariano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora