Capítulo Cuatro

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Al despertar, sentí que un agobiante dolor se apoderaba de mi ser

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Al despertar, sentí que un agobiante dolor se apoderaba de mi ser.

No recordaba muy bien lo que había pasado el día anterior. No recordaba ni siquiera un detalle que me hiciera darme cuenta.

¿Habría hecho algo incorrecto?

Me levanté de la cama y empecé a revolver entre mis cosas, buscando un alivio para la sensación agobiante.

Mis manos iban removiendo cada cosa pequeña, hasta encontrar las tabletas.

En ese momento, recibí el llamado de Gael

—¿Estás bien? —Me preguntó preocupado.

Nada nuevo en él.

Había momentos en los que se angustiaba de más.

Cuando lo hacía, llevaba trabajo calmarlo.

—Sí... solo me duele un poco. No es para tanto.

Escuché su suspiro pesado.

—Te lo dije. No debiste beber demasiado.

Puse los ojos en blanco al escuchar su reclamo.

No era la primera vez que discutíamos por algo similar. Cada discusión que teníamos, tenía relación con su sobreprotección.

—Una vez al año no hace daño.

Oí que hizo el intento de contestar, pero luego se quedó callado.

Podía oir el agua corriendo, a través de la llamada.

¿Qué estaría pensando?

—No, no hace daño. Pero debes aprender a medir cuánto beber en lugares llenos de gente.

Un sentimiento de irritación me recorrió el cuerpo.

—¿Incluso en mi propio cumpleaños? —Llevé las tabletas a mi boca.

Por una parte lo entendía.

Nadie querría ver a su mejor amiga volverse alcohólica. Pero por otro, no me pasaba nada solo por beber un poco.

—Sí, incluso en tu propio cumpleaños.

Hice un ruido, para exteriorizar mi disconformidad.

Era injusto tener que contenerme en todo lugar, aunque fuera mi día especial.

—A veces, eres demasiado molesto.

Escuché que estaba a punto de responder, pero antes de que lo hiciera: colgué.

No estaba de humor para aguantar más reclamos de los que ya sabía que me iban a llegar.

De por sí, me encontraba agobiada. Ya sabía que mi madre me reclamaría.

Mi mejor amigo, a veces tenía las actitudes que me irritaban de ella.

Promesa de dos corazones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora