Prólogo

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El 17 de enero de 1961 a mitad de la noche fría, la oscura y noble familia Black celebró la llegada de los nuevos miembros de la familia; unos hermosos bebés habían nacido

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El 17 de enero de 1961 a mitad de la noche fría, la oscura y noble familia Black celebró la llegada de los nuevos miembros de la familia; unos hermosos bebés habían nacido. Walburga y Orión no les cabía la emoción en el pecho, pero sin duda el más emocionado era el pequeño Sirius, que con solo dos años de edad celebró con risas y ansiaba ver a sus hermanitos.

Rasalas y Regulus Black.

Los mellizos fueron creciendo poco a poco y fue cuando de pronto, Walburga y Orión descubrieron algo peculiar en Rasalas; a su pequeña bebé le detectaron un bulto en su parte íntima, que con el tiempo, se formó en pene.

El matrimonio no lo tomó a mal está peculiaridad, en su lugar estuvieron orgullosos que el apellido Black continuará también por Rasalas al crecer; así pues, dedicaron en darle a ella y a sus hermanos la mejor educación desde muy pequeños, poniéndoles maestros para aprender a leer, para aprender diferentes idiomas y los obligaban a tener largas horas de lectura sobre historia e historia mágica, volviendo a los tres pequeños en niños cultos.

Sin embargo, fue el matrimonio Black que se encargó de inculcar en ellos  la supremacía de sangre, recordales cuales eran sus ideales. A la edad de 8 años, ya tenían en la mente que ser sangre pura los volvía superiores a todo.

Pero a pesar de toda esa educación estricta, los tres niños crecieron en un entorno agradable y divertido. Gracias a que destacaban en sus estudios, eran recompensados con montones de juguetes. Sus favoritos, eran nada más que los carritos de pedales, en los cuales se la pasaban haciendo carrera. Los hermanos llevaban buena relación a pesar de sus diferentes personalidades.

Sirius el mayor no era tan brillante en los estudios como sus hermanos menores, el era más rebelde y aventurero; era el que planteaba las ideas y llevaba a sus hermanos en hacer travesuras, pagaba un feo castigo, pero eso no lo hacía cambiar.

Rasalas mostraba más interés en aprender, pero existían aquellos momentos de rebeldía y le seguía las ideas a Sirius.

Regulus era el más tímido de los tres, y aunque siempre cuestionaba las locuras de sus hermanos mayores, estos siempre lo sonsacaban y sacaba su lado divertido, sintiéndose seguro con sus hermanos.

Lamentablemente, todos aquellos momentos de diversión y risas compartidas, se acabaron cuando llegó la hora de asistir al colegio de magia y hechicería Hogwarts...

Todo iba a cambiar.

Hogwarts había sido para Sirius un escape de su hogar. Había conocido a personas con quién compartida su forma de ser e ideas; por fin se sintió en un lugar donde era comprendido. Desde entonces empezó a defender sus ideales, trayendo consigo los problemas con sus padres y hermanos.

El año siguiente en el que los mellizos entraron a su primer año, Orión puso reglas en ellos que debían seguir sin reproches para no terminar como Sirius. La regla principal era no hablarle a traidores a la sangre y menos a sangres sucias.

𝐄𝐥 𝐕𝐞𝐫𝐚𝐧𝐨 𝐃𝐞 𝐑𝐚𝐬𝐚𝐥𝐚𝐬 𝐌. 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 [#1.0] (𝐍. 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora