7. Can you forgive me?

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—¿Vas a salir hoy, hija? —preguntó Khan mientras terminaba de beber su té, el vapor escapando de la taza con lentitud.

—Sí, papá. Iré... con Jane a comprar unas cosas. ¿Necesitas algo?

Khan dejó la taza sobre la mesa, el sonido del cristal al contacto con la superficie resonó en el silencio incómodo de la cocina.

—No... Solo preguntaba. —Su mirada se desvió hacia la ventana, como si algo fuera del cristal pudiera aliviar el peso en su interior—. Te has esforzado mucho por mí estas últimas semanas. Tu madre estaría orgullosa de saber que seguiste adelante, incluso después de que ella se fue.

Uzi lo miró con un nudo en la garganta. Su tristeza era palpable, una mezcla de culpa y dolor por no saber cómo consolarlo.

—Papá...

—No quiero que te desgastes demasiado por mí —interrumpió Khan, su voz apenas un susurro, cargado de cansancio—. Por favor, si el doctor dice que mi enfermedad ha empeorado... no busques el modo de tratarla.

El corazón de Uzi dio un vuelco, y el aire pareció volverse más denso en la habitación.

—¿Cómo puedes decir eso? —dijo ella finalmente, su voz temblando con incredulidad—. No puedes pedirme que me quede de brazos cruzados.

Khan suspiró, girando su cabeza hacia ella con una sonrisa triste que no alcanzó a iluminar sus ojos.

—Porque no quiero que arruines tu vida intentando salvar la mía. Tu madre ya se fue, Uzi. No quiero que el peso de mis decisiones caiga sobre ti.

Ella apretó los puños sobre la mesa, incapaz de contener el torrente de emociones que lo que acababa de escuchar provocó en ella.

—Pero eres lo único que me queda.

Khan desvió la mirada de nuevo hacia la ventana, su rostro reflejando un dolor que no se atrevía a compartir.

—Lo sé... Pero quiero que encuentres algo más allá de mí, Uzi. Algo que te haga feliz, algo que te dé un propósito. No quiero ser la razón por la que te detengas.

Uzi permaneció en silencio, sus pensamientos un torbellino de emociones. ¿Cómo se suponía que debía responder a eso? ¿Cómo podía siquiera considerar dejar de luchar por él?

—Sabes, a veces pienso que estoy siendo egoísta por seguir aquí. —Su voz era baja, cargada de un peso que parecía haberse acumulado durante semanas—. Si no fuera por ti, tal vez ya habría dejado todo esto.

—Papá, no digas eso —respondió Uzi rápidamente, su tono firme, pero la inseguridad en su mirada la traicionaba.

Khan soltó un suspiro, apoyando las manos sobre la mesa.

—Uzi, no tienes por qué sacrificar tu vida por mí. —Se inclinó ligeramente hacia ella, sus ojos oscuros y serios como nunca antes—. Si tu madre estuviera aquí, me diría que estoy fallando como padre por dejar que te cargues con todo esto. Y tiene razón.

Uzi tragó saliva, sintiendo cómo el peso de sus palabras le oprimía el pecho.

—No es un sacrificio, papá. Yo quiero hacerlo —replicó, pero su voz sonaba débil, insegura.

Khan negó con la cabeza y apartó la mirada, observando nuevamente por la ventana.

—No siempre pareces feliz, Uzi. A veces, cuando sales de casa, siento que llevas algo más que simples preocupaciones de tu día a día. Como si estuvieras persiguiendo algo que te está destruyendo lentamente.

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Las palabras de Khan fueron como un puñal directo a su corazón.

—Papá, yo… no es así —murmuró, evitando mirarlo.

—¿No? —preguntó, volviendo su atención a ella—. Porque si es por mí, Uzi, no lo hagas. No tomes decisiones que puedan hacerte daño solo por intentar salvarme. Prométeme que no harás nada de lo que puedas arrepentirte.

La garganta de Uzi se cerró. Quiso hablar, pero no podía. Si decía algo, si abría la boca, sentía que la verdad se escaparía y lo arruinaría todo. Así que simplemente asintió, obligándose a sonreír.

Khan la miró en silencio, estudiándola, antes de levantarse lentamente.

—Solo recuerda, hija... El amor no puede salvarte si estás construyendo tu vida sobre mentiras.

El aire en la habitación se volvió más frío, y Uzi sintió como si el suelo se desmoronara bajo sus pies. Esas palabras la siguieron incluso después de que Khan se alejara, dejándola sola con su culpa y su creciente desesperación.

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〖 Narra Uzi 〗


El sol caía con suavidad sobre los jardines del palacio, bañándolo todo con una luz dorada que parecía casi cruel en su belleza. Las flores perfectamente cuidadas y las bancas de mármol parecían tan ajenas a lo que sentía en ese momento, tan ajenas a mí. Caminaba con pasos medidos, sintiendo que el suelo bajo mis pies era más inestable de lo que aparentaba.

Mi corazón latía con fuerza, casi con desesperación, como si quisiera advertirme de que me detuviera, de que no siguiera adelante. Pero no podía. Necesitaba encontrarlo, necesitaba verlo, incluso si las palabras de mi padre retumbaban en mi mente como un eco maldito: "El amor no puede salvarte si estás construyendo tu vida sobre mentiras."

Cuando lo vi, sentí que algo en mi pecho se encogía. Ahí estaba él, sentado bajo la sombra de un árbol, con la luz del atardecer acariciando su cabello blanco como la nieve. Me sonrió al verme, pero no fue la sonrisa de siempre. Era más tenue, más apagada, como si algo dentro de él estuviera roto. Y eso me hizo sentir que todo lo que temía estaba a punto de hacerse realidad.

A medida que me acercaba, el nudo en mi estómago se hacía más grande, más pesado. Algo estaba mal. Lo sabía. Lo sentía. Pero aun así, cuando llegó a mi lado y se puso de pie, extendiendo su mano hacia mí con esa cortesía tan suya, me forcé a tomarla, a fingir que todo estaba bien, aunque por dentro me estuviera desmoronando.

—Uzi, me alegra que hayas venido. ¿Podemos hablar un momento? —dijo, señalando una de las bancas cercanas.

Su voz era tranquila, pero no de la manera reconfortante que solía ser. Había algo más allí, algo que no podía identificar pero que me hizo tensarme al instante. Asentí, aunque mis piernas apenas me respondían, y me senté junto a él. Dejé más espacio del que solía entre nosotros, como si mi cuerpo intentara poner una barrera que mi corazón no podía.

—¿Qué ocurre? —pregunté, intentando sonar despreocupada, aunque sentía que el aire a mi alrededor se había vuelto denso, casi imposible de respirar.

N guardó silencio por un momento. Bajó la mirada a sus manos, que descansaban entrelazadas sobre su regazo, y luego alzó los ojos hacia mí. Sus ojos... siempre amables, siempre llenos de una calidez que me había hecho creer que todo era posible, ahora estaban opacos, heridos.

—Sé que no eres quien dices ser, Uzi.

Fue como si el mundo dejara de girar. Como si el tiempo se detuviera y el suelo bajo mis pies desapareciera. Mi respiración se cortó, y mi mente comenzó a girar frenéticamente, buscando una salida, una respuesta, algo. Pero no había nada. Solo ese vacío que sus palabras habían dejado dentro de mí.

por un segundo crei que uzi iba a correr detras de n sacaria la daga y se la clavaria en el pecho o en la espalda delpues de abrazarlo o algo asi jskhfkj qwq

5d ago

*gritos internos* T-T

5d ago

〖 Te Mentí 〗💜NxUzi💛 AUWhere stories live. Discover now