4. La llegada del hombre magico

24 3 0
                                    

Quackity y los demás continuaron su viaje hasta llegar a aquel punto señalado en el mapa por Merlon, acompañado aquella noche. Debido a la fuerte ventisca que se aproximaba. Terminaron por pasar la noche en una cueva, la cual parecía haber sido preparada antes.

-Esto es extraño... -susurro Carre, al notar una especie de cama de paja- es como si aquí hubiera vivido alguien.

-incluso había una puerta de madera en la entrada-comentó Mariana, inspeccionandola.

-debe haber sido el refugio del Merlon-hablo Rivers.

El pelinegro admiraba todo con diversión, las camas eran pequeñas, Carre por su parte comenzó a inspeccionar todo por su parte quedándose curioso.

-Saben por un minuto, este parecería el refugio de niños, ¿no lo creen?-todos miraron al chico- recuerdan lo que dijo el don, que cuido de niños que provenían de Karmaland y si ellos tuvieron que pasar su tiempo aquí.

-Pero pato, todo esto luce como si hubieran sido usados hace varios tiempo atrás.

Todos se miraron un tanto asustados.

-ciertamente ahora que lo pienso, todo es tan extraño-susurro Rivers, ganándose la atención de todos- el señor Merlon no se ve que salga de casa, incluso el pueblo parece evitarlo. Y además, cuando salimos de su cabaña fue como si hubiéramos salido de otro mundo.

-Rivers, pero que mamada estás insinuando-río Mariana nervioso- ¿Qué no ese viejo hombre es...?

-Ahora que lo mencionan boludo -continuo Spreen- incluso la nevada y el frío no se noto estando con él, y si ese hombre en realidad no es humano. Incluso podría tener miles de años y no darnos cuenta.

Todos se quedaron callados, intentando hablar de otra cosa para disponerse a descansar, sin embargo el híbrido de pato se mantuvo curioso al notar un dibujo que no quiso mostrarles a sus amigos, aquel dibujo en una pared mostraba a dos niños y uno con orejas de oso. Uno de ellos parecía sostener algo dorado alzandolo, mientras el símbolo de copo se mostraba.

En aquel pueblo varios hombres del rey rastreaban señales de los chicos. Llegando hasta el inicio de aquellas antorchas, para su sorpresa al seguir aquel camino de antorchas apagadas llegaron a una cabaña destruida.

-los pasos terminan aquí-comentó un hombre.

-Malditos mocosos, el rey no estará feliz.

Merlon miraba a aquellos hombres luciendo serio, era como si aquellas personas no pudieran notarlo.

-Al parecer esos niños, están siendo seguidos.

Las huellas en la nieve de los chicos se encontraban, en donde alguien se agachó examinado las.

-Al parecer se dirigen a Karmaland -comentó una mujer-y por la ruta.

-Es una ruta segura-comentó Luzu, quien analizaba aquellas huellas, extendió su palma mientras sus ojos brillaban, los copos de nieves comenzaron a tornarse dorados, rojos y verdes.

Mientras la imagen de los chicos y el reno se hacían presentes, el castaño se levantó analizando a cada uno, deteniéndose en Quackity.

-¿Humanos? ¿En esta parte del bosque? Y sobre todo jóvenes, ¿por qué intentan adentrarse en tierras peligrosas? -habló confundida.

-No lo sé Molly, pero al parecer buscan algo.

-¿Crees que sean hombres de Jschlatt?

-No lo sé -volvió a repetir- pero si es así, no dejaremos que pasen. Tal vez solo fue un golpe de suerte, recuerda que las criaturas del bosque adoran jugar con los humanos, solo espero que personas tan jóvenes encuentren lo que buscan y regresen.

Cuentos de navidad Vol.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora