𝐒𝐨, 𝐡𝐢𝐠𝐡 𝐬𝐜𝐡𝐨𝐨𝐥: Bebé Tim.

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~Calliope~

Llegamos al hospital aproximadamente a las 4 a.m. Mi mamá nos trajo lo más rápido que pudo, algo que avergonzó a Arizona.

— Señora Torres...

— No me digas nada, tu hermanito está en camino, claro que te traería —interrumpió ella. — Las dejaré aquí, tengo que volver por las cosas.

Asentimos.

— ¡Gracias!

Mi madre nos dejó frente al hospital. Como Ari estaba nerviosa, tomé su mano y la guié hacia adentro. Al pasar por el mostrador, Arizona mencionó su nombre, ya que estaba registrada, y así ingresamos fácilmente.

— ¡Llegaste! —la recibió el papá de Arizona con una sonrisa aliviada.

— A tu madre la están preparando —le comentó.

— ¿Tim está bien? —preguntó la rubia, preocupada.

— Sí, hija, no te preocupes por eso —respondió él, y al instante me miró—. Torres, ¿por qué tan desaparecida?

— Sr. Robbins, su hija no me invita a su casa —respondí para hacerla enojar a la rubia.

Arizona me observó con una mirada de reproche.

— Es una maleducada. ¡Ven cuando quieras!

Asentí.

No pudimos hablar mucho con el señor Robbins, ya que lo llamaron los médicos para estar en el parto, lo que puso aún más nerviosa a Arizona.

— Estoy nerviosa, espero que Tim no tenga complicaciones —dijo Arizona mientras se sentaba en la sala de espera.

— Tranquila, todo va a salir bien —me puse a su lado y llevé con suavidad su cabeza a mi hombro.

Ella dio un suspiro profundo.

— Qué emoción, conoceré a Tim —Ari me miró con felicidad e ilusión.

— Mi cuñadito —bromee, y ella me golpeó suavemente pero sonrió.

— Estás loca.

— Loca por vos.

Se sonrojó ante mis palabras.

— No pierdes el tiempo, Tim está naciendo y tú queriéndome seducir.

Solté una carcajada ante su comentario.

— ¿Seducir?

— Sí, y deja de burlarte de mí —se cruzó de brazos molesta.

— No te enojes — dejé un beso en su mejilla para calmarla.

Ella se acurrucó más a mí y cerró los ojos lentamente.

— ¿Tienes sueño? —pregunté curiosa.

— No, solo descanso mis ojos —respondió con una voz suave y soñolienta.

Sabía que se dormiría. Como hacía un poco de frío, la tapé con mi campera para que estuviera cómoda. Por mi parte, tampoco resistí mucho y pronto caí en un sueño, disfrutando de ese momento.

[•••]

No paso mucho cuando nos despertaron, el padre de Arizona hizo que la despierte, debía conocer a su hermanito.

― Te espero aquí - Dije hacia Arizona, anteriormente avisaron que solo podía entrar pocas personas.

― Okay, No tardaré mucho. ― Su cara estaba iluminada, estaba muy feliz.

~Arizona~

Mis nervios estaban a flor de piel, estaba a solo segundos de conocer a Tim, mi hermanito, ese momento que tanto había esperado.

—Mira, ahí está —dijo mi padre con una sonrisa.

El bebé estaba en brazos de mi madre, y aún no había podido verlo del todo. Me acerqué rápidamente hacia ella y finalmente pude contemplarlo.

—Oh... —las lágrimas amenazaron con escapar de mis ojos—. ¿Puedo cargarlo?

—Con cuidado —respondió mi madre.

En ese instante, ella me lo entregó. Era tan frágil y pequeño que sentí un miedo profundo de romperlo.

—Se parece a ti —comentaron mis padres al unísono.

Sonreí ante su comentario.

—Hola, Tim, soy Arizona, tu hermana mayor —le dije al bebé con ternura. ― Es muy lindo.

― Y lo que me hizo sufrir en el parto el desgraciado! ― Mi mamá dijo en broma.

Yo reí.

La parte más dolorosa de este momento fue cuando el horario de visita llegó a su fin. Al salir de la habitación, Callie me estaba esperando en el pasillo.

—¿Y? ¿Cómo es? —preguntó, llena de curiosidad.

—Es lo más lindo que he visto en mi vida, Calliope —la abracé con emoción—. ¡Te mostraré fotos!

—Por favor —exclamó ella, emocionada. yo tome mi celular y comence a mostrarle todas las fotos que le saque ― Aww que hermoso! se parece a ti.

Sonreí.

― Mis padres dijeron lo mismo.

—Las llevaremos a casa; deben descansar —escuché la voz de mi padre detrás de mí.

—Pero...Tim...

—Tim está en buenas manos y ustedes necesitan descansar —me interrumpió con firmeza—. Pueden volver en el siguiente horario de visita.

—Está bien...

Decidimos que Callie se quedaria conmigo, quería tenerla cerca en este momento tan importante para mi y ella también quería acompañarme .

—Yo debo volver con tu madre, cuida la casa, ¿okey? —me ordenó mi padre cuando llegamos a casa.

—Sí, papi. Cuida a Tim!

—Lo haré, tranquila —respondió él antes de salir, dejándome sola con Callie.

—¿Quieres dormir unos minutos y luego desayunar algo? —le pregunté, eran apenas las 8 a.m., y ambas necesitábamos descansar un poco.

—Por favor.

Nos dirigimos a mi cuarto y le presté ropa cómoda, ya que aún llevábamos puesta la vestimenta de la boda. Cuando salí del baño, vi que Callie ya estaba acostada así que me uní a ella en la cama.

—¿Me abrazas? —pedí con un tono suave.

—Ves que sí te gusta —se burló ella con una sonrisa traviesa.

Rodé los ojos en respuesta.

—¿Lo vas a hacer o no? —pregunté, un poco molesta.

—Sí, claro.

Justo cuando me acurruqué junto a ella, su teléfono sonó. Miró la pantalla y vio que era "Ruby", su novia. Sin pensarlo dos veces, lo apagó.

—¿No vas a atender a tu novia? —dije en un tono casi molesto, Callie se sorprendió por mi tono y actuar, pero decidió no preguntar más por su bien.  

—No, estoy contigo —respondió mientras apagaba el teléfono nuevamente—. Descansemos, ¿sí?

Asentí en silencio.

Últimamente, me molestaba el hecho de que Ruby fuera la novia de Callie, sentía celos al pensar que ella podía darle lo que yo no puedo ofrecerle ahora. Es frustrante y doloroso para mí.

𝐒𝐨, 𝐡𝐢𝐠𝐡 𝐬𝐜𝐡𝐨𝐨𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora