El sonido de los pasos de Jimin resonaba en los pasillos vacíos del edificio de la academia. Las clases habían terminado hacía unos minutos, y la mayoría de los estudiantes ya se había marchado. Pero él había decidido quedarse un poco más, reflexionando sobre las palabras de su madre esa mañana:
—No dejes que el miedo te impida vivir, hijo.Esas palabras seguían dando vueltas en su cabeza, especialmente cada vez que pensaba en Jungguk. Había algo en él que lo hacía sentir seguro, pero también vulnerable, como si abrirse por completo pudiera romperlo.
"¿Por qué es tan complicado?" pensó mientras subía lentamente las escaleras hacia la azotea.Cuando llegó, encontró a Jungguk esperando, con los auriculares colgando de su cuello y el cabello ligeramente despeinado por el viento. La sonrisa de Jungguk apareció al verlo, pequeña y reservada, pero suficiente para acelerar el corazón de Jimin.
—¿Llegaste tarde otra vez? —bromeó Jungguk, inclinando la cabeza.
—Los profesores no paran de hablar —respondió Jimin con una sonrisa cansada.Ambos se quedaron en silencio por unos segundos, mirando hacia la ciudad desde la altura. A esas horas, el cielo comenzaba a teñirse de tonos rosados y anaranjados, un contraste perfecto con las luces que empezaban a encenderse en los edificios.
—¿Jungguk? —la voz de Jimin era suave, casi un susurro.
—¿Sí? —respondió él, girándose para mirarlo.Jimin vaciló. No estaba seguro de cómo plantear lo que sentía, pero había algo en ese momento que lo empujaba a ser honesto.
—¿Te ha pasado que no sabes lo que sientes, pero al mismo tiempo, no puedes ignorarlo? —preguntó, evitando su mirada.Jungguk lo miró fijamente, tratando de descifrar sus palabras.
—Todo el tiempo —respondió finalmente.La sinceridad en su tono hizo que Jimin levantara la vista. Sus miradas se encontraron, y por un instante, parecía que el mundo se detenía. Pero antes de que pudieran decir algo más, el sonido de una notificación en el teléfono de Jungguk rompió la magia.
Él revisó el mensaje rápidamente, frunciendo ligeramente el ceño.
—Es Hoseok. Dice que necesita hablar conmigo.El nombre resonó en la mente de Jimin como un recordatorio de la complejidad de su situación. Sabía que Hoseok y Jungguk compartían una amistad cercana, pero también era consciente de que había algo más entre ellos, algo que Jungguk nunca le había contado directamente.
—Deberías ir —dijo Jimin, retrocediendo un paso.
—¿Estás seguro? —preguntó Jungguk, notando el cambio en su expresión.Jimin asintió, aunque algo dentro de él le pedía que lo detuviera.
—Sí, no te preocupes. Nos vemos mañana.Jungguk vaciló, pero finalmente se marchó. Jimin lo observó desaparecer por las escaleras, sintiendo una mezcla de emociones que no podía describir.
Mientras tanto, en otro lado del edificio, Taehyung y Seokjin estaban sentados en las gradas del campo de fútbol, viendo cómo Namjoon y Yoongi practicaban pases con el balón.
—¿Crees que Jimin y Jungguk resolverán lo suyo? —preguntó Taehyung de repente, apoyando la barbilla en la palma de su mano.
Seokjin lo miró de reojo, sonriendo.
—Son jóvenes. Les tomará tiempo, pero creo que sí.—¿Y nosotros? —Taehyung sonrió de lado, con ese brillo juguetón en los ojos que siempre lograba desarmar a Seokjin.
—¿Qué hay con nosotros? —preguntó Seokjin, fingiendo indiferencia.
—Yo ya resolví lo que siento por ti, hyung. Ahora solo falta que tú hagas lo mismo.El rubor en las mejillas de Seokjin era inconfundible, pero antes de que pudiera responder, Namjoon y Yoongi llegaron corriendo, interrumpiendo el momento.
—¿Están planeando escapar sin nosotros? —bromeó Yoongi, pasándose una mano por el cabello sudado.
ESTÁS LEYENDO
And I'll be alright? - AU Jikook
Fanfiction¿Qué pasa cuando tienes a dos personas en la mente? Sí, eso me pasa a mí. Su "mejor amigo" lo había utilizado, pero aun así seguían siendo amigos. Ese es un sendero del camino; el otro era... un antiguo amor de primaria que duró hasta los inicios d...