Lucifer estaba agradecido por el trabajo que implicaba administrar el hotel. Se estaba preparando para la gran inauguración del hotel y era un trabajo duro, pero que lo mantenía ocupado.
Gestionar reparaciones, marketing, conocer nuevos inversores, además de poner orden en el infierno y reorganizar todo para que no sea un desastre.
Tenía mucho trabajo por delante.
Pero él siguió trabajando. Y trabajando. Y trabajando .
¡No tenía nada con lo que lidiar! Nada. En. Absoluto.
El personal notó el cambio en la actitud de Lucifer. Si bien parecía confiado y eficiente por fuera, una sombra persistía en sus ojos, un eco de las batallas que estaba librando en su interior. Sin embargo, persistió, enterrando sus luchas bajo el peso de las responsabilidades.
A altas horas de la noche, rodeado de planos y papeles, Lucifer por fin se permitió un momento de respiro. El silencio de la oficina vacía reflejaba su soledad. Contempló los grandiosos planes para la reapertura del hotel, con una mezcla de satisfacción y agotamiento en el rostro.
Pero en el silencio, los muros de la negación comenzaron a resquebrajarse. Lucifer no podía escapar de la verdad para siempre, y los susurros de emociones no resueltas resonaban en los rincones tranquilos de sus pensamientos. Sin embargo, por ahora, los apartó y se concentró en el evento que se avecinaba y que exigía toda su atención.
Mientras Lucifer se encontraba sentado entre los papeles y los planes, perdido en el laberinto de sus responsabilidades, un golpe resonó en la oficina. Sobresaltado, levantó la vista y vio a Alastor de pie en la puerta, con su sonrisa siempre presente teñida de preocupación.
—Ah, Alastor —saludó Lucifer, intentando mantener la compostura—. ¿A qué debo el placer?
La sonrisa de Alastor vaciló levemente cuando entró en la habitación, sus ojos escrutaron el escritorio desordenado y el cansancio grabado en los rasgos de Lucifer. "Lucifer, parece que te has estado esforzando al máximo", comentó, su tono estaba teñido de genuina preocupación.
Lucifer desestimó la preocupación con un gesto desdeñoso. —¡Gracias! Sólo estoy atando cabos sueltos para la inauguración del hotel. Nada que no pueda manejar —respondió con la voz tensa por el cansancio. Evitó visiblemente la mirada de Alastor, concentrándose en algún documento al azar.
La expresión de Alastor se endureció mientras se acercaba al escritorio, su mirada atravesando la fachada de Lucifer. "Eso no fue un cumplido", dijo, con tono firme. "Necesitamos hablar.
Lucifer puso los ojos en blanco, preparándose para la inminente conversación que había estado evitando. "¿Qué pasa, Alastor?", preguntó con una sonrisa molesta.
"Lucifer, estás agotado. ¿Cuándo fue la última vez que pudiste dormir bien?"
Lucifer le restó importancia con un gesto. "Dormir es para los débiles. Tengo asuntos más importantes que atender".
Alastor suspiró, apoyándose en el escritorio. "¿Y qué pasa con esas citas médicas a las que te has estado saltando? No puedes ignorar tu bienestar, especialmente considerando las circunstancias".
Los ojos de Lucifer parpadearon con un dejo de incomodidad, pero rápidamente desvió la atención. "No es nada. Solo estoy un poco ocupado, eso es todo". Había olvidado que Belph le había programado chequeos. No lo había tenido en cuenta. Había recibido algunos mensajes de texto y llamadas al respecto, pero lo ignoró. No se había dado cuenta de que Alastor siquiera estaba al tanto de las citas, ya que nunca se lo contó a él ni a nadie.
Por otra parte, Alastor tuvo la idea de mantenerlo en un hospital durante la guerra.
Alastor alzó una ceja, inflexible. —Estás embarazado, Lucifer. Eso no es nada. Tienes que cuidarte a ti mismo y al pequeño.
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Tratar con el diablo primera traduccionconejitoeslindo
FanfictionLa batalla en el Hotel Hazbin termina con Charlie muriendo defendiendo el hotel, dejando a todos devastados, especialmente a Lucifer. Mientras todos se mudan a su otra vida sin esperanza, Lucifer se decide a cumplir el sueño de su hija: hacer un tra...