Purple Thread「 Freenbecky 」

𝟎𝟓 | Purple

La habitación de Becky lo único que tenía era una cama medio decente y un tocador, no tenía más por lo que decidí comprarle algunas cosas para amueblarla.

Becky había dicho que no hacía falta, el tocador tenía algunas cajoneras pero no eran suficientes para guardar toda su ropa por lo que un armario fue mi primer gasto en sus muebles.

Como Becky entendió que no había forma de que cambiara de opinión me dijo que comprara el más barato y eso hice, se veía algo preocupada cuando le dije que le compraría un guardarropas.

—No entiendo nada ¿habrá un video de YouTube? —Becky y yo estábamos ya en su habitación recién pintada, su color anterior estaba muy desgastado.

Ambas estábamos sentadas en medio de tantos periódicos que usamos para no manchar el piso, ella aprovechó que nos sobraron unos cuantos e hizo dos gorritos con ellos, uno para mí y otro para ella. Tierna.

Sigo siendo hetero.

—Te dije que compres uno barato, no uno con mil piezas —dijo arrebatándome las instrucciones de como armar el bendito armario.

Varias piezas estaban regadas por toda la habitación, pudimos armar unas pocas pero aún faltaban.

—Okey, creo que estas van así —soltó las instrucciones, tomó algunas maderas y las unió con ayuda de un martillo y clavos.

Poco a poco esto iba tomando forma, la ayudé uniendo más piezas, de haber sabido que nosotras tendríamos que armarlo hubiera comprado uno caro.

—Ya está, solo falta una pieza más —habló Becky.

Después de unos cuantos minutos más tratando de descifrar como teníamos que armarlo habíamos logrado un buen avance, tenía mucha más forma ahora y, como ella dijo, solo faltaba una pieza más.

—Creo que está dentro de esa caja —señalé una caja que estaba cerca de la puerta.

—Voy por ella —Becky caminó hasta la caja y efectivamente, ahí estaba la última pieza, la cargó entre sus pequeñas manos y, antes de llegar conmigo pisó mal y se resbaló soltando la tabla y su cuerpo se fue para atrás.

Reaccioné al instante, me levanté y la tomé de la mano con mis dos manos evitando que tocara el suelo. Me agradeció con la mirada, se reincorporó y poco a poco nos fuimos soltando de las manos.

Hubiéramos seguido de no ser porque al soltamos las manos tan lento nuestros meñiques se medio entrelazaron y un brillo morado apareció en nuestros ojos.

¿Acaso vi bien? sus ojos eran morados... ¡sus ojos eran morados!

Ante tal susto, ambas nos separamos y nuevamente, Becky casi cae al suelo cuando se tropezó con una caja. Esta vez la sostuve de la cintura pegando demasiado nuestros cuerpos. Los gorritos de periódico habían abandonado nuestras cabezas en el momento de su primer tropiezo.

Sus ojos eran cafés nuevamente, eran cafés pero eran realmente hermosos, nunca había apreciado su rostro tan cerca y vaya que era muy hermoso. Ella tenía sus manos en mis hombros usándolos como soporte y, por alguna extraña razón no nos movimos, no queríamos hacerlo, o por lo menos yo no quería.

Bien, ahora si estoy dudando seriamente si sigo siendo heterosexual.

Becky deslizó su mano izquierda por mi brazo y logró capturar una mano mía que se encontraba en la parte trasera de su cintura, la quitó de ahí al igual que apartó su mirada de mis ojos.

Vio con detalle nuestras manos y, de un momento a otro entrelazó nuestros meñiques haciendo que nuestros ojos volvieran a brillar de un hermoso color morado.