La casa de Tsukishima estaba llena de risas, ruido y el constante vaivén de las actividades cotidianas. A pesar de ser una pareja de aspecto serio y casi intimidante para los demás, la vida en su hogar era todo lo contrario: cálida, cómoda y llena de pequeños momentos que solo ellos compartían.
Era una mañana soleada, Tsukishima, como siempre, estaba en la cocina preparando el desayuno, su habitual tarea. T//N se encontraba en el baño, con su cabello aún mojado de la ducha, mientras su hijo de seis años, Haruto, correteaba por la casa como si estuviera listo para un maratón. Aunque era temprano, las energías del pequeño no conocían límites.
—¡Papá! ¡Ya estoy listo! —gritó Haruto, corriendo hacia la cocina con su uniforme de la escuela algo torcido, como siempre, porque jamás lograba ponerse la camisa correctamente.
—¿Otra vez así? —murmuró Tsukishima sin levantar la vista de la tostadora, pero su tono era tan familiar, tan lleno de cariño que Haruto no lo tomó a mal.
—No seas tan estricto, Kei —dijo Kageyama mientras salía del baño, secándose la cabeza con una toalla. Estaba vestida con un conjunto casual, y su usual expresión seria estaba suavizada por la sonrisa que solo Tsukishima conocía. —¿Ya lo has castigado por no saber vestirse bien?
—No, pero ya le dije que si sigue así, el uniforme va a terminar en la basura —respondió Tsukishima, con su típica actitud despreocupada.
—No seas tan cruel —Kageyama se acercó, le dio un suave beso en la cabeza a Haruto y, sin querer, chocó su hombro con Tsukishima haciendo que la tostada caiga.
—¿De verdad, T//N? —Kei levantó una ceja, pero una sonrisa divertida se asomó en su rostro. Él sabía que ella solo hacía eso para sacarle una reacción.
Haruto, ajeno a la discusión, continuó en su mundo, poniendo un poco de cereal en su tazón y regando la leche por todo el borde.
—¡Ya basta de peleas! —dijo Haruto, con su actitud juguetona. —¡Tenemos que ir al colegio!
A pesar de la ligera tormenta en la mañana, los tres se dirigieron al coche para llevar a Haruto al colegio. En el camino, Tsukishima se encargó de ajustar el asiento de seguridad, mientras T//N, que nunca era la mejor con los detalles, ponía música, aunque sus selecciones no coincidían con los gustos de su esposo.
—¿Por qué siempre pones esa música tan rara? —preguntó Kei, mientras observaba por el retrovisor al niño, que cantaba alegremente con la canción, completamente ajeno al malestar de su padre.
—A ti te gusta la música rara —respondió Kageyama con una mueca, dándole un toque de broma a la conversación. Aunque la verdad era que a ella le gustaba escuchar música tranquila en los viajes, por lo que la elección de canciones en ese momento fue pura venganza.
—Tienes que dejarlo —murmuró Tsukishima, notando cómo su hijo disfrutaba de lo que estaba pasando. Aunque en el fondo, Tsukishima no podía evitar sonreír por lo que era una interacción de familia muy normal. A pesar de lo duro que intentaba ser a veces, amaba esos momentos, y la apariencia tranquila de su cara solo camuflaba sus sentimientos.
Finalmente, después de dejar a Haruto en el colegio, Tsukishima y Kageyama se dirigieron a casa. El trayecto de vuelta estaba más tranquilo. Ninguno de los dos habló mucho durante los primeros minutos, como si ambos estuvieran disfrutando del silencio, pero luego T//N rompió el hielo.
—¿Estás enojado conmigo por lo del uniforme? —preguntó Kageyama, mirando de reojo a Tsukishima, sintiendo que la tensión en el aire era palpable.
—No —respondió Tsukishima, sin apartar la vista del camino, pero sonriendo para sí mismo. —Solo... a veces me sorprende lo fácil que me manipulas, nena.
Kageyama no pudo evitar reír, y sin decir nada más, llevó su mano hacia la pierna de Tsukishima, dándole una ligera palmada. El contacto era más que suficiente para que ambos supieran lo que había entre ellos: una relación sólida llena de complicidad y amor.
Cuando llegaron a casa, la rutina continuó. Sin prisa ni estrés, pero sabían que se acercaba la hora de estar solos. El día iba a continuar, pero antes de salir a sus respectivos trabajos, Tsukishima y Kageyama compartieron un momento íntimo en el salón de su hogar. Entre risas, bromas y comentarios sarcásticos, lograron dejar que el estrés de la vida diaria se desvaneciera por unos minutos, dejando solo el amor y la calma que compartían entre ellos.
Y aunque cada uno de ellos estaba tan acostumbrado a su actitud áspera y su sarcasmo, había algo en esos pequeños momentos, en los intercambios rápidos y sin pretensiones, que les hacía sentir más cerca que nunca.
—¿Vas a seguir siendo tan testarudo después de todo este tiempo? —preguntó Kageyama, sus palabras suaves y llenas de cariño.
—¿Y tú vas a seguir siendo tan ruidosa? —respondió Tsukishima, pero sus ojos brillaban con algo que solo T//N entendía: la seguridad de que, a pesar de todo, todo estaba bien.
Porque al final, eso era lo que importaba. Habían encontrado su lugar en el mundo, y ese lugar siempre sería el uno al otro.
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Kei Tsukishima y TN Kageyama (paso a paso)
FanfictionDios como aumentaaaa!!! Gracias por el apoyo chicas. Y también a las futuras lectoras, gracias. No hay nada mas bonito que ver un amor crecer de manera lenta pero profunda. Amargishima y Pesadayama. Se veía como un simple amor de adolescentes. Per...