Jane estaba en la cocina, rodeada de ollas, sartenes y un desorden que parecía el escenario de una batalla. Había querido sorprender a Hiroshi, Kohaku y los mellizos con una cena especial. Tenshin se había ofrecido a ayudarla, pero ella, con su terquedad habitual, había insistido en hacerlo sola.
Ahora estaba parada frente a la mesa, observando los platos que había preparado. Todo estaba... quemado. El arroz pegajoso, el pollo carbonizado y las verduras marchitas. Su labio temblaba mientras trataba de contener las lágrimas. Había puesto tanto esfuerzo, pero todo había salido mal.
—Jane... —dijo Tenshin suavemente, acercándose.
—No... No digas nada —respondió ella, apartando la vista—. Quería hacerlo sola. Quería que fuera perfecto para ellos.
En ese momento, se escucharon pasos. Hiroshi entró primero, seguido de los niños. Se detuvieron al ver el desastre en la mesa y la expresión desolada de Jane.
Hubo un silencio incómodo. Jani abrió la boca para decir algo, pero Hiroshi levantó la mano, deteniéndola.
—Papá... —intentó Jani de nuevo, pero Tenshin intervino.
—Jane quería hacer algo especial para ustedes. Cocinó sola y... bueno... esto es lo que tenemos —dijo, señalando la comida quemada con una sonrisa nerviosa.
Sin decir palabra, Hiroshi se acercó a la mesa, tomó un plato y se sirvió. Todos lo observaron mientras tomaba el tenedor y probaba un bocado. No hizo ninguna mueca, no mostró desagrado. Solo masticó lentamente y luego levantó la vista.
—Está rico. Me gusta —dijo, como si fuera la cosa más normal del mundo.
Kohaku lo miró incrédulo por un momento, pero luego tomó un plato y lo imitó. Zerito hizo lo mismo, siguiendo el ejemplo de su padre.
—¿En serio? —susurró Jani, pero al final también se sentó y tomó un plato, aunque no muy convencida.
Jane los observaba, su corazón desbordado de emociones. Cuando Hiroshi repitió "Está rico" mientras tomaba otro bocado, ella no pudo contener las lágrimas y comenzó a llorar.
Hiroshi se levantó de inmediato y fue hacia ella. Sin decir nada, la envolvió en un abrazo fuerte y reconfortante. Jane se aferró a él, dejando que las lágrimas fluyeran mientras los niños los miraban en silencio.
—Gracias —susurró ella entre sollozos.
—Gracias a ti —respondió Hiroshi, acariciándole el cabello—. Esto significa mucho.
Los mellizos intercambiaron miradas mientras Kohaku sonreía levemente, y Tenshin se apoyaba contra la pared con los brazos cruzados, observando la escena con satisfacción. Para Jane, ese momento caótico y conmovedor era todo lo que necesitaba.
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Capítulos aislados
FanfictionCapítulos aislados del Lore de las historias de la Yakuza.