𝗟𝗮 𝘀𝗼𝗺𝗯𝗿𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗷𝗼

four

El aire en la oficina de la policía estaba cargado de tensión. Vargas no podía dejar de darle vueltas al caso. Cada pieza que encontraba parecía conectar con otra, pero ninguna de ellas encajaba perfectamente. Había algo que no terminaba de encajar. Natalia Hernández no solo había sido asesinada; su muerte parecía estar envuelta en una maraña de secretos y mentiras. Y ahora, la figura de Ricardo Sosa, su socio, comenzaba a emerger como el centro de la tormenta.

Vargas se sentó en su escritorio, repasando nuevamente los detalles del caso. Sosa había estado en la escena del crimen, o al menos eso decían los testigos, pero su versión de los hechos tenía muchas lagunas. No era un hombre fácil de leer, y eso solo aumentaba las sospechas del detective. Aunque en su perfil parecía ser una persona exitosa y respetable, Vargas no podía ignorar los susurros en las sombras.

Flashback: El encuentro con Ricardo Sosa

Esa misma mañana, Vargas había entrevistado a Ricardo Sosa por primera vez. El hombre de mediana edad, de rostro imponente y una apariencia pulcra, parecía nervioso, pero mantenía una postura firme. Durante la conversación, Sosa no dejó de hablar de su relación profesional con Natalia, destacando su compañera de trabajo y cómo habían logrado hacer crecer la empresa juntos. Sin embargo, algo en su tono parecía demasiado ensayado, como si estuviera ocultando algo.

"Lo lamento profundamente. Natalia fue una amiga, una socia, y es difícil aceptar que ya no estará con nosotros", había dicho Sosa con voz grave, al borde de la angustia. Pero Vargas no se dejó engañar tan fácilmente. Algo en sus ojos parecía huir de la verdad, como si estuviera tratando de ocultar algo detrás de su fachada profesional.

"¿Tenía algún enemigo, señor Sosa?", había preguntado Vargas directamente, observando cada gesto y tic de su interlocutor.

Sosa se detuvo un momento, como si esa pregunta le causara incomodidad. "Nadie que yo sepa", había respondido, mirando a Vargas a los ojos, pero el detective notó cómo su mirada evitó el contacto por un segundo, un detalle sutil, pero importante.

Ahora, Vargas sabía que Sosa no estaba siendo completamente honesto. Decidió centrarse más en su figura, buscando más pistas que pudieran vincularlo al asesinato de Natalia.

El detective empezó a investigar los antecedentes de Sosa. Se enteró de que la empresa que compartía con Natalia tenía algunas irregularidades en sus finanzas, y que él había estado involucrado en varios proyectos sospechosos en el pasado. Durante una reunión con la contadora de la empresa, Vargas descubrió que en las cuentas había varias transacciones que no cuadraban. Grandes sumas de dinero habían sido transferidas a cuentas de personas desconocidas.

"¿Sabe algo sobre estos pagos?", le preguntó Vargas a la contadora.

"No. Todo eso parecía estar autorizado por Ricardo", respondió, visiblemente incómoda. "Nunca cuestioné nada. Solo hacía mi trabajo".

Vargas notó que las transacciones no solo eran inusuales, sino que parecían tener relación con empresas de fachada, vinculadas a negocios oscuros. La verdad detrás de los pagos era aún un misterio, pero la figura de Sosa comenzaba a volverse cada vez más sospechosa. ¿Estaba implicado en algo más oscuro que la simple muerte de Natalia?

Decidido a desentrañar más sobre Sosa, Vargas organizó una nueva entrevista con él. Esta vez, el detective quería presionar un poco más. Se acercó lentamente a su escritorio, como quien observa a un animal peligroso.

"Señor Sosa", dijo Vargas, mirándolo directamente. "Parece que su empresa estaba involucrada en prácticas poco claras. No solo eso, sino que también ha recibido pagos sospechosos. ¿De qué se trata todo esto?"

Sosa palideció por un momento, y un sudor frío comenzó a aparecer en su frente. "Eso es... es un malentendido. Nada de eso tiene que ver con el asesinato de Natalia. Yo... Yo sólo soy un hombre de negocios", respondió, levantando la mano en un gesto defensivo.

Vargas no se dejó engañar. "Sé que has tenido problemas financieros, y también sé que las relaciones con tus socios no siempre han sido fáciles. Pero, ¿qué hay detrás de esos pagos? ¿Quién más está involucrado?"

El ambiente se tensó, y Vargas se inclinó hacia adelante, observando cómo Sosa se estremecía ligeramente. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, la puerta se abrió, y un oficial entró con un sobre en la mano.

"Detective Vargas, aquí están los informes de la policía sobre las transacciones que mencionamos. Parece que hay más de lo que pensábamos", dijo el oficial, entregándole el sobre.

Vargas lo abrió rápidamente, y sus ojos se iluminaron al ver lo que contenía. Los documentos revelaban que Sosa había estado recibiendo dinero de una fuente desconocida, pero lo que realmente llamó la atención del detective fueron las conexiones con personas fuera del país, muchas de ellas con antecedentes de delitos financieros. Todo comenzaba a encajar.

"Lo tenemos, Sosa. Estás involucrado en algo mucho más grande de lo que pensabas", dijo Vargas, sin dejar de observar al sospechoso.

Sosa, ahora visiblemente más nervioso, trató de mantener su compostura, pero las palabras del detective le hicieron perder su aplomo. "No sé de qué estás hablando... Yo no soy un criminal", tartamudeó, aunque sabía que la red se estaba cerrando a su alrededor.

Vargas sabía que estaba en el camino correcto. Las piezas del rompecabezas finalmente comenzaban a encajar, y Sosa era el primer eslabón de una cadena mucho más compleja. Aunque el socio de Natalia parecía querer ocultar su relación con ella y con las finanzas turbias de la empresa, las pruebas eran claras: algo oscuro se ocultaba detrás de su fachada.

Con un último vistazo a Sosa, Vargas salió de la habitación. Sabía que había algo más por descubrir, pero lo que sí tenía claro era que la verdad estaba mucho más cerca.