Los días siguientes fueron un delicado balance entre recuperación y preocupación. Loki permanecía en el ala médica, con su cuerpo aún débil y frágil tras la intensa crisis. Thor prácticamente se instaló a su lado, negándose a abandonar la habitación incluso cuando Eir insistía en que descansara. Cada movimiento de Loki, por mínimo que fuera, era observado por Thor con una mezcla de alivio y ansiedad.
Para Loki, Thor se convirtió en una presencia constante y cálida. Estaba allí para sostenerlo cuando intentaba sentarse, para ayudarlo a beber los tónicos curativos que los sanadores le proporcionaban, e incluso para contarle historias en voz baja cuando el silencio de la noche se volvía demasiado abrumador. Loki, aunque inicialmente reticente, empieza a aceptar la atención con gratitud oculta. Había extrañado tanto esto, el ser cuidado y recibir toda la atención de Thor, admite que siempre ha sido egoísta en ese aspecto, ya que quiere la atención de Thor solo para el.
Una tarde, mientras Loki descansa apoyado en un montón de almohadas, Thor entra en la habitación cargando una bandeja con comida cuidadosamente seleccionada.
- Sé que no tienes mucho apetito, pero Eir dijo que necesitas recuperar fuerzas - Thor dice con una sonrisa. Coloca la bandeja sobre una pequeña mesa junto a la cama y se sienta a su lado- Hice que prepararan tu sopa favorita.
Loki alza una ceja, aunque no puede evitar que sus labios se curvaran ligeramente.
- ¿Desde cuándo conoces mis gustos culinarios?
Thor ríe suavemente, un sonido que parecía llenar la habitación de calidez.
- Se que he perdido los recuerdos de los últimos años, pero tus gustos de comida son los mismos de cuando eras un bebé.
Loki aparta la mirada, sintiendo cómo un rubor leve colorea sus mejillas, quiere replicar pero Thor tiene razón. Toma la cuchara y prueba un poco de sopa, permitiendo que el sabor cálido y reconfortante calme algo dentro de él.
Unos golpes en la puerta hacen que su concentración en la comida se pierda, Thor se encarga de abrir la puerta, el famoso equipo de los Vengadores está parado afuera de la habitación, desde que paso el incidente todos estaban preocupados por Loki y el bebé, pero debido al estado tan delicado no se permitían las visitas, así que luego de dos largas semanas la bandera verde estaba arriba.
El primero en ingresar es Tony, quien carga una bolsa llena de dispositivos extraños y una expresión que trata de ser indiferente pero que apenas logra ocultar su preocupación.
- Bueno, princesa de los helados, escuché que tuviste una situación intensa aquí. ¿Cómo te sientes?
Pregunta Tony mientras saca un pequeño monitor que había diseñado especialmente para rastrear los signos vitales del bebé, aún tenía pesadillas en donde Loki es derribado por el rayo y puede ver sangre a su alrededor, sabe que la atención médica asgardiana es excelente, pero no está de más asegurarse por sus medios que todo está bien.
Loki lo observa con incredulidad, pero también con una pizca de diversión.
- Como si hubiera sido atropellado por una estampida de caballos asgardianos. ¿Qué es eso? - inquirió, señalando el dispositivo.
Tony se encoge de hombros mientras conecta el monitor.
- Un pequeño regalo de mi parte. Es para asegurarnos de que el pequeño dios que tienes ahí dentro esté bien. No es perfecto, pero mejor que nada.
Steve entra poco después, trayendo un ramo de flores, el alivio al verlo es evidente.
- Nos han permitido entrar de dos en dos, los demás están esperando su turno- Steve avisa- Loki, nos alegramos de que estés mejorando- se acerca, colocando las flores en la mesita junto a la cama- Tú y el bebé son muy importantes para todos nosotros.
Loki se muestra algo incómodo al principio, pero no pudo evitar sentirse conmovido por la sinceridad en sus palabras.
- Les agradezco mucho - dice finalmente, su tono suave pero sincero.
Tony no pierde la oportunidad de bromear.
- Vaya, Rogers, creo que es la primera vez que alguien te agradece por ser tan sentimental.
Loki no pudo evitar soltar una pequeña risa, y por un momento, la habitación se llena de una sensación calida inesperada. Las visitas se extienden por toda la tarde, aunque su batería social termina agotada, se siente tan bien el recibir tanta atención y el saber que es apreciado por los amigos de equipo de su esposo.
Mientras los días pasan, Thor continua mostrando un lado de sí mismo que pocos habían visto antes. Era paciente, cariñoso y atento. Cuando Loki tenía pesadillas, Thor estaba allí para calmarlo, envolviéndolo en un abrazo protector hasta que se volvía a dormir. Cuando Loki tenía momentos de duda o inseguridad sobre su papel como madre, Thor lo tranquilizaba con palabras llenas de amor y apoyo.
Loki por fin pudo regresar a su habitación, aunque debe estar en absoluto reposo hasta que el bebé decida nacer, aún faltan alrededor de cuatro semanas, esto lo pone un poco ansioso y la noticia de Thor no ayuda en nada para calmarse.
- ¿Tienes que ir? - Loki pregunta casi en un susurro.
- Lo siento, enserio no quiero separarme de tu lado, pero tengo que ayudar en esta misión, será solo una semana, trataré de terminarla en menos tiempo - Thor sonríe.
- Odio que tengas que irte, si te sucede algo... yo.
- No me pasará nada, lo prometo...
- No hagas promesas que no podrás cumplir - Loki hace un puchero.
- He estado fuera de las misiones por demasiado tiempo, los demás no pueden lidear solos con todo esto de Thanos.
- Tienes que regresar... sano y salvo.
- Por supuesto que lo haré... regresaré para estar contigo y nuestro pequeño ser.
Para Loki es difícil separarse de Thor, durante los días de su ausencia su nivel de ansiedad a aumentado, trata de tranquilizarse ya que sabe que cualquier emoción fuerte puede ser perjudicial, hay momentos en el día donde Thor se comunica con el y eso calma su acelerado corazón.
Pasa más de una semana y Thor no regresa, esto lo pone de los nervios, es de noche y no puede dormir, se levanta despacio de su cama y va hasta el pequeño balcón, está tan concentrado en las estrellas que no escucha los pesados pasos acercarse, son unas manos en su cintura que lo asustan.
- Maldición... - Loki se voltea apresurado- No hagas eso, idiota, casi me sacas el niño.
Thor ríe y deja un beso en los labios del menor.
- Lo siento, no lo haré de nuevo.
Siguen compartiendo besos apasionados, hasta que Thor lo carga y lo lleva dentro, va hasta uno de los sillones, se sienta y acomoda a Loki en su regazo, busca algo y saca una pequeña caja adornada con runas doradas, se la ofrece a Loki, al abrirla, encuentra una gema radiante, de un azul profundo con destellos plateados que parecían estrellas fugaces atrapadas en su interior.
- Esta gema proviene del corazón del espacio, del mismísimo tejido que conecta los reinos. La recuperé para ti, mi amor, porque sé que amas las cosas únicas y llenas de misterio. Quiero que la tengas como símbolo de todo lo que compartimos, de nuestra unión que trasciende los mundos.
Loki, aunque intenta mantener su compostura, no puede evitar que sus ojos brillen con emoción.
- Eres tan predeciblemente tonto... y, al mismo tiempo, increíblemente dulce. No necesitabas un regalo para recordarme lo que significamos el uno para el otro, pero debo admitir que has superado mis expectativas.
Tomando la gema en sus manos, Loki siente una calidez que no solo provenía del objeto, sino del vínculo que compartía con Thor. Con una sonrisa traviesa, añade:
- Aunque me pregunto... ¿la gema tiene algún poder oculto? Porque si no, debo decir que solo es un adorno bonito.
- Solo tú pensarías en eso. Pero sí, tiene un poder: protege al portador de cualquier amenaza dimensional. Así puedo estar seguro de que estarás a salvo, incluso cuando no esté a tu lado.
Loki, rodea con sus brazos el cuello de Thor y lo abraza con fuerza, esta tan conmovido por el obsequió de su esposo.
- Eres insoportable, Thor, pero eres mi insoportable.
Y así, con la gema en su poder, Loki siente que su relación con Thor era más fuerte que nunca, un amor que ni siquiera el infinito del espacio podía romper. Al día siguiente, ambos se despiertan con buenas noticias, aunque un poco inquietantes.