𝑵𝒐𝒕𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒂𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒅𝒐𝒓:
Antes que nada, en el anterior capítulo le faltaron unos dialogos al final, si desean leerlo es el diálogo que Lionel le dice a Guillermo: "se parece a ti". Bueno ahora sí, disfruten:✯✯✯✯✯✯✯✯✯✯ ✯✯✯✯✯✯✯✯✯✯
A Lionel no le sorprendió que Guillermo tomará todas las labores durante la primera semana después de haber sido dado de alta, el alfa se levantaba en la mañana, le daba un baño a Ciro, mientras él preparaba el desayuno, después de comer y mientras alimentaba a Thiago, Guillermo limpiaba todo el departamento de punta a punta, cambiaba las sábanas de la cama, lavaba la ropa, limpiaba el baño.
Hacia todo, como un 𝐦𝐚𝐧𝐢á𝐭𝐢𝐜𝐨.
—𝑹𝒊𝒄𝒊𝒕𝒐𝒔 —le llamó desde la cama, uno de esos días, el alfa asomó el rostro con las cejas arqueadas casi de manera inmediata en respuesta, en aquel estado de alerta.
—¿Sucedió algo?, ¿con Thagui, contigo o con Ciro?
—No, no, ven, recuéstate un rato con nosotros —Guillermo lo observó inseguro y se acercó, Ciro estaba dormido a su lado y Thiago estaba pegado a su pecho.
—Me falta lavar-
—Ricitos, solo tomaremos una siesta.
—Si me duermo, ¿quién te ayudará a colocar a Thiago en su cuna y-
—Puedo levantarme, anda, hazme caso —le pidió, viéndolo vacilar antes de finalmente aceptar y recostarse detrás de él, hundiendo su rostro en su espalda— Descansa un rato conmigo.
—... No puedo dormir demasiado.
—¿Por qué no?
—Porque... —las palabras del alfa murieron en sus labios, al acurrucarse contra su figura al sentir el suave aroma tranquilizarlo— ¿Me estás tratando de adormecer?
—Para que tomes una siesta, sí —se acomodó al recién nacido y palmeo su espalda, sacándole los gases— Has estado haciendo muchas cosas estos días, descansar por un rato no te hará ningún mal.
—Conejito...
—Thiago está bien, se dormirá en un rato y tomará una siesta con Ciro.
—La cena...
—Duerme, Guille —Guillermo no respondió más nada y al escuchar su respiración tranquila, supo que se había dormido. Estiró una mano y le acarició el cabello, notando los círculos oscuros debajo de los ojos del menor.
Thiago se removió y él lo acomodó a un lado, el pequeño le observó con los ojos muy abiertos, lo que lo hizo sonreír y hacerles muecas, acariciando sus mejillas y viéndolo sonreír.
Los bebés cambiaban mucho durante los primeros meses, pero él realmente deseaba que su pequeño mantuviera el parecido que tenía con el alfa, tenía sus brillantes ojitos avellanas y sus rasgos suaves.
En ese momento, Ciro se removió, abriendo sus ojos y parpadeando lentamente.
—Aún puedes dormir un poco más, patito —murmuró, viendo como el pequeño se sentaba, observándolo fijamente antes de ver al pequeño— Es tu hermanito, Thiago.
—Dagui... —murmuró— Thagui...
—Sí, precioso.
Lionel giró a ver a su pareja, que estaba dormido profundamente y optó por no molestarlo.
>>¿Ya no quieres dormir?
—... —Ciro hizo un mohín y negó levemente, restregándose los ojos. Lionel observó el reloj de la mesa, el pequeño había dormido una hora y media, un tiempo un poco menor al que estaba acostumbrado— 𝑷𝒂𝒑𝒊.
El omega soltó un suspiro y alzó al recién nacido, viendo a Ciro bajarse de la cama al bajarse por el borde, hasta quedar de pie. Con mucho cuidado se deslizó hasta el borde y se levantó, suspirando en alivio en el momento que pudo mantenerse de pie.
Caminó hasta la cuna más pequeña y dejó a Thiago dentro, acomodando las sábanas y la pequeña almohadita en el lugar, el bebé se removió, pero se quedó tranquilo, probablemente porque se dormiría en un rato.
—Vamos, Ciro.
Salieron de la habitación a paso lento, dirigiéndose a la sala, le encendió la televisión al pequeño y caminó hasta la cocina, donde lavó los platos que habían utilizado en el almuerzo.
Habían hecho varios cambios durante los últimos meses de su embarazo, rediseñaron la habitación de huéspedes para convertirla en una para los niños, una vez estos llegarán a cierta edad dividirían las habitaciones, razón por la que la oficina de Guillermo había sido reinstalada en el departamento de abajo y el cuarto restante había sido convertido en un cuarto de juegos.
—¡Papi, ven!
—Voy, voy... —soltó una risita cuando el niño se guindo en su pierna, siguiéndolo hasta el sofá, donde acomodó algunos cojines para que el niño pudiese recostarse.
Pensó en hacerlo también, pero su herida aún era reciente y no debía esforzarse demasiado, por no mencionar que a Guillermo le daría algo si lo viese así. Acarició la cabellera de Ciro con cariño, antes de caminar hasta la habitación de los pequeños, para acomodar la ropa que Guillermo había lavado el día anterior, cosa que no requería demasiado esfuerzo.
Guardó todo en su lugar antes de salir, Ciro seguía ensimismado viendo televisión y aún era temprano, lo mejor sería que dejara dormir a Guillermo un rato más y luego, después de que el alfa le ayudase con su baño, preparará la cena.
Eso no sería algo demasiado complicado, después de todo, ya habían establecido una rutina y mientras más rápido mejorará, podría ayudar a su pareja, que sabía que había aceptado todo ese montón de trabajo sin quejarse.
El alfa terminó despertando unas tres horas luego y había corrido a sus brazos desesperado, verificándolo por todas partes, como si algo le hubiese ocurrido.
—¿Ricitos...?
—¿Por qué no me despertaste cuando te levantaste?, es peligroso que lo hagas por ti mismo, un punto puede soltarse y—un beso calló sus quejas, Lionel deslizó sus manos por sus hombros y se separó cuando lo sintió relajarse— Lio.
—Ciro no quería seguir durmiendo y Thagui había terminado de comer.
—Me tenías que haber levantado, ¿qué sí te hubieses hecho daño?
—Tranquilo Guille, eso no pasó.
—Aún así —el omega dejó varios besos en la quijada del alfa, que finalmente suspiró y correspondió su beso— No debiste dejarme dormir tanto.
—Estabas cansado, has estado haciendo todo por los tres y merecías descansar un poco —le dijo al besar su mejilla— Además, no he hecho demasiado, solo recogí algunas cosas y le encendí la televisión a Ciro.
—... Hm.
—No pongas esa cara, ricitos —le dijo, pero Guillermo solo se abrazó a él y posó un beso en su marca.
—Tomemos un baño.
—¿... Ciro?
—Que se una a nosotros.
×
×
×
El primer mes pasó rápidamente, con Lionel casi recuperado de la cirugía, sus días en el departamento eran incluso más tranquilos. En ese momento, Lionel traía al bebé envuelto en una toalla, mientras podía escuchar los gritos y las risas de Ciro y de Guillermo, que estaban tomando un baño en ese momento.